Tras el susto del domingo, cuando la tierra cedió en Vega de Valcarce, en la carretera a La Cernada, engullendo dos coches sobre el paso vial bajo el que hay un riachuelo que estos días iba lleno de agua que no corría por un taponamiento, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Vega de Valcarce, José Luis Pérez lamenta la falta de mantenimiento de las administraciones de estas carreteras. "No se limpian las cunetas y no se hace un mantenimiento bueno", dice, al tiempo que entiende que las administraciones no lleguen a todo "el Ayuntamiento es pequeño, tiene 23 pedanías y en alguna de ellas solo vive una persona". Pese a ello, considera que se deberían poner los ojos sobre esa "España Vaciada de la que todo el mundo se queja pero nadie hace nada por ella", reprocha.
El vial ya ha sido reabierto tras unas obras de urgencia de la Diputación que recuperaron el drenaje bajo la carretera y volvieron a tapar los socavones. Aunque no es una solución definitiva, Pérez considera que sí les da seguridad seguir pasando por este recorrido, pero también asegura que hay muchos vecinos que, al ver estos sucesos de arrastre, prefieren enfocar su vida en otras zonas.
Él vino de un trabajo en Barcelona, como director comercial, y asegura que "es difícil" trabajar desde estas zonas "luchas mucho por conseguir cosas pero hay poco dinero", y al final, los pequeños pueblos van quedando a la espera frente a los municipios con mayor población y capacidad industrial. Por si fuera poco, apunta que los precios de obras en viales que ya estaban marcados se han multiplicado por cinco en diez años, eso hace que se tengan que replantear, por parte de las administraciones.
Ahora espera que la fibra óptica llegue antes de fin de año, como se les ha prometido, pero duda de que sea así porque "estamos dejados de la mano de Dios, no solo por el Ayuntamiento, por todos", acusa. Aunque también asegura que la vuelta al pueblo ha sido una decisión consciente de muchos, como es su caso "estamos aquí porque queremos estar, pero hay que hacer cosas por los pueblos". Reprocha que los cuidados con el Bierzo en Castilla y León no son los que se tienen en otras comunidades limítrofes "a veces me gustaría pertenecer a Galicia", dice convencido. Y, es que, entiende que la gente joven se vaya "hay que tener mucha valentía para quedarse", admite.