En los últimos estertores del año, diciembre de 2023, se llevó a cabo el desmantelamiento y posterior demolición de las antiguas carboneras de la MSP próximas a las viviendas que forman lo que conocemos como Poblado de la Minero. Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) y la Empresa Nacional de Electricidad Sociedad Anónima (ENDESA) fueron dos de las empresas que jugaron un papel muy importante en el diseño y desarrollo urbanístico de la ciudad. Para bien o para mal, resultaron ser piezas claves en el antes y el después del devenir de Ponferrada. En pleno siglo XXI, sigue viva la impronta de la labor desarrollada por ambas empresas. El ejemplo más claro son el poblado de la Minero o MSP totalmente insertado en el barrio de Flores del Sil; y el de ENDESA o la Térmica, al norte de la ciudad, ubicado en el actual barrio de Compostilla. Por otro lado, en la zona alta, concretamente la zona de Santas Martas, se levantaría un poblado de viviendas conocido inicialmente con el nombre de Colonias Jardín ‘El Plantío’.
Recuerdo otear las siluetas de las viviendas del poblado de la Minero desde el puente del ferrocarril, separado por un extenso terreno desértico -donde con el paso del tiempo surgiría el barrio del Temple- y como referentes la Panificadora, un solar de carbones que respondía al nombre de Primitivo y la sierra de los Venancio. Próximo al barrio de Flores del Sil, de casas bajitas y diseminadas a lo largo de la carretera de Orense, la antigua Nacional 120 Logroño-Vigo, cuyo trazado corresponde a la actual Avenida de Portugal.
La MSP era la primera empresa privada del país del sector minero; aunque la primera empresa a nivel global era HUNOSA. Llegó a contar con más de 4500 empleados en plantilla. Compraría entorno a unas 270 hectáreas de terreno para la creación de altos hornos y acería en Ponferrada. Ello suponía un 60 % del espacio total de la ciudad. Se tuvo la idea de construir casas para los trabajadores de la empresa. Viviendas promovidas a través del INV -Instituto Nacional de la Vivienda-, serían un total de 394 y la obra sería realizada por Argimiro Pardo y Luis F. Matachana. Se había pensado su construcción por la zona del actual barrio de Navaliegos (que fue desechada por problemas técnicos de alcantarillado que aumentarían bastante los gastos de su construcción). También se descartó la zona del famoso ‘Camino Negro’, actualmente Avda. de la Libertad. Definitivamente, el poblado se ubicaría en una zona del barrio del Flores del Sil, cuyo paraje se le llamaba la Cemba Alta. Obligatorio construir un colegio y una iglesia. Edificios de tres plantas, de un estilo sobrio, fiel reflejo de la calidad de vida del barrio. Las carboneras fuera de la vivienda, en la zona norte. Era el año 1958. Algunos empleados cobraban de sueldo sobre unas 400 ptas., y pagaban de alquiler por la vivienda el que menos 60 pesetas y el que más 125. Desde la central térmica de la Minero (actual, La Fábrica de la Luz-Museo de la Energía) se producía la luz que abastecía a la mayoría de los edificios de la empresa MSP. Durante años en una de sus calles estuvo situado el quiosco de Benedictino, todo un referente e institución para generaciones de niños y jóvenes que vivieron en el poblado.
Otras viviendas, separadas por las vías del ferrocarril en la zona de la que fue la Estación del Tren de vía estrecha Ponferrada-Villablino y a día de hoy entrada al ‘Museo del Ferrocarril’, se construyeron las casas-chalet, en el llamado barrio de los Ingenieros, que serían habitadas por los técnicos y altos cargos de la empresa. La última hilera de las cuatro existentes, que da a la Avda. La Libertad, fue ocupada por los empleados solteros de la Minero. Espacios ajardinados, alta calidad y con un buen equipamiento e infraestructuras. Teniendo como edificaciones anexas las escuelas de los hijos de los trabajadores -hoy colegio Valentín García Yebra-; sanatorio-hospitalillo -en la actualidad dependencias del empresario Victorino Alonso-; economato -a día de hoy el edificio Museo-; casas de viviendas adosadas en hilera Vía Nueva (destinadas básicamente para ser ocupadas por los maquinistas) frente a la nave del Museo del Ferrocarril, en actualidad un solar cubierto de hierba; y edificio de oficinas -ahora ocupada por un bloque de viviendas con nombre Vía Nueva 4, 6 y 8.
Punto y aparte era la finca llamada Residencia del director de la empresa, el conocido por ‘El Belga’, que respondía al nombre de Marcelo Jorissen Braecke, ingeniero de minas. Finca arbolada con varios edificios en su interior. El principal un chalet de tres plantas, actualmente sede de las dependencias de la Policía Local, utilizado como residencia para los familiares de dicho director. El resto eran los domicilios de servicio o almacén. Uno, acoge dependencias de CIMA; otro, oficinas de los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Esta enorme parcela cercada por un muro impedía la entrada al recinto. Luego de los 80 pasaría a convertirse en un parque público, que responde al nombre de Parque del Temple.
En lo referente al poblado de Endesa o la Térmica, que posteriormente pasará a forma parte del actual barrio de Compostilla, sirvió para albergar ingenieros, directivos y algunos del personal de trabajadores relacionados con la construcción de la Central Térmica de Compostilla I. Era un espacio de 22 hectáreas de la empresa, y 15 de ellas estaban edificadas. Lo formaban en sus comienzos un total de 141 viviendas que fueron organizadas en el espacio siguiendo el modelo de ciudad jardín. Su construcción abarcó el período que va de 1948 a 1951, proyecto llevado a cabo por los arquitectos madrileños Francisco J. Belloso García y Juan Bautista Esquer de la Torre. En el centro del poblado la iglesia (Nuestra Señora del Refugio), a sus lados las viviendas de mayor nivel (chalets de varias viviendas con un terreno ajardinado de dimensiones considerables); y la plaza con los locales administrativos y de reunión. Rodeando este primer espacio, se situaron las viviendas de segundo orden, viviendas adosadas con una o dos plantas y un pequeño terreno ajardinado.
Hacia el exterior del mencionado poblado se situaron el resto de equipamientos como eran las instalaciones deportivas, sanatorio, escuelas… y las viviendas de menor nivel, que resultaban ser edificaciones de dos plantas, estrechas pero alargadas con un terreno hacia detrás, siguiendo la influencia edificativa anglosajona. Esta zona residencial, a 2 km. y medio del centro de Ponferrada ha pasado a convertirse con el paso de los años en uno de los barrios más históricos y singulares del municipio ponferradino. Hasta inicios del siglo XXI, verano del 2003, a unos 500 metros del barrio existió la archiconocida ‘Montaña de Carbón’ que consistía en dos escombreras de carbón que alcanzarían los 80 m. de altura y un volumen de 10 millones de metros cúbicos, creadas a partir del excedente del carbón extraído.
Un conjunto de viviendas que divise por primera vez al ir al fútbol para ver los partidos de la Deportiva en él que resultó ser el primer recinto deportivo, campo de ‘Santas Martas’; también visibles desde la carretera dirección Madrid, actualmente Avda. de Astorga, reconocible por la hilera de árboles -negrillos- a ambos lados de la citada vía, con su tronco encalado que los hacían visibles ante cualquier circunstancia climatológica, ¡eran las viviendas del poblado de Ciudad Jardín! Lo formaban un conjunto de 74 casas unifamiliares adosadas con un patio posterior y huerto o jardín delante de las mismas. El proyecto fue llevado a cabo por José Mª Mirones Martínez, arquitecto municipal de 1943 a 1975, que dejaría su huella personal en más de tres mil proyectos en la capital berciana. El promotor de su construcción sería Eduardo Domínguez Borrajo –’el de la Seat’-. Inconfundible la imagen del tejado, en forma de cúpula, de las dos viviendas a la entrada del mencionado poblado, como fondo la cordillera de los Aquilianos o Aquilanos, también llamados Montes del Bierzo. Creo pensar que sus primeros pobladores fueron gentes venidas de pueblos de los alrededores de la comarca berciana activados por el resurgir de un ‘pueblo grande’, con un apelativo muy llamativo ‘La ciudad del dólar’. En aquellos años la demanda de puestos de trabajos era muy alta, viendo así la forma de mejorar sus vidas y sobre todo la de sus hijos.