Peranzanes: desde los teitadores al coworking

El teletrabajo ha sido determinante para estirar las estancias de los viajeros y para recuperar población, por lo que se mantiene como una veta de futuro

10/11/2023
 Actualizado a 10/11/2023
Teitador de Villafeile realizando los trabajos que ahora realizan nuevos profesionales.
Teitador de Villafeile realizando los trabajos que ahora realizan nuevos profesionales.

Peranzanes cuenta con un censo que no llega a los 300 vecinos y la población envejecida tiende a bajar. Del lado positivo, su alcaldesa, Henar García, reconoce que muchos jóvenes están volviendo, aunque no todos con un proyecto de vida para quedarse. Pero sí asegura que sus necesidades hoy han cambiado y "es fundamental el teletrabajo".

Lo han notado en verano, cuando los turistas estiraban sus estancias si contaban con una buena red y un espacio para poder continuar con su actividad "les hemos dejado el salón de plenos, porque solo lo usamos cada tres meses y ha funcionado muy bien", reconoce. Eso les ha hecho solicitar una ayuda al Ministerio de Transición Justa para poner en marcha un espacio de coworking en la parte de abajo del albergue de Chano, donde estaban las antiguas escuelas.

El importe de la ayuda pedida es de 30.000 euros y García lamenta que no se les haya contestado aún "espero que lo hagan porque es un proyecto que necesitamos". Sería un nuevo enfoque para una población rural en la que el ordenador se fusiona con el trabajo de los teitadores que estos días están recuperando las cubiertas de las pallozas del castro de Chano "cada diez años hay que hacerlo para mantener la protección" dice García. Pero cada año es más difícil encontrar teitadores que puedan acometer esta empresa.

Juan y Santos lo están haciendo estos días lluviosos, usando una lona y, a lo largo de dos meses, estarán trabajando en este oficio en el que no dan abasto "no hay profesionales y muchos ayuntamientos me piden a mí los contactos para poder teitar", dice Henar García.

Santos se dedicaba a la construcción y, gracias a un curso de formación que se ofreció en la Reserva de la Biosfera de Ancares consiguió este nuevo oficio que se limita a una época determinada, por el proceso que conlleva la utilización del centeno y su secado. Las pallozas se están arreglando, además de otras mejoras en el Castro, con una ayuda del Instituto Leonés de Cultura, que ronda los 120.000 euros, expplica García.

Mientras los teitadores trabajan, Peranzanes sigue su ritmo y, poco a poco, se va enganchando a una veta turística que está siendo notablemente exitosa "tenemos muchas posibilidades para acoger a turistas, pero en verano todo se queda pequeño", aplaude García. Por eso se han puesto en marcha nuevos proyectos. Antes de que finalice el año comenzará a funcionar El fogón de Isabelita. Un gaditano y un venezolano se han aliado para recuperar el bar de Guímara. Juan Luis viene desde el sur y cruza los dedos para que este establecimiento, en el que recuerda la cocina de su madre, sea todo un éxito con un producto estrella que prefiere guardarse en la chistera.

El restaurante de las pallozas sigue activo y en diciembre también se espera que se vuelva a encaminar el albergue, con una nueva encargada. Cuenta con dos habitaciones de matrimonio, otras tres con dos camas y junto a él hay cuatro bungalows con dos habitaciones cada uno. Hay otros dos alojamientos de turismo rural en Guímara, uno de ellos nuevo, abierto por los hermanos Ramón, dos fornelos inquietos con empresas del sector turístico entre otras.

En Chano se han arreglado las antiguas escuelas, en las que iría ese espacio de coworking que se espera. La parte alta estarái destinada a alojamiento y la de abajo a ese espacio más laboral.  En Peranzanes también hay otra casa rural... Una suma que cubre la demanda, e incluso a veces necesita ir más allá. Ese es el encaje que busca García, seguir creciendo en visitantes. En otoño se espera a los cazadores y en primavera a la trashumancia de las vacas, un momento también para vender a los ojos del mundo. 

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