El pasado domingo, miles de personas tomamos las calles de Ponferrada. Lo hicimos con determinación, con dignidad y con esperanza. Nos unimos para decir basta: basta de abandono, basta de promesas vacías, basta de una sanidad pública que no responde a las necesidades reales de nuestras comarcas.
La movilización, convocada por OncoBierzo, fue mucho más que una manifestación. Fue una ecografía multitudinaria del dolor, una expresión colectiva de hartazgo y amor por nuestra tierra.
Lo que vivimos el domingo fue histórico: la ciudadanía de El Bierzo, Laciana y La Cabrera salió a la calle unida, sin siglas ni colores, guiada solo por la urgencia de proteger un derecho fundamental: el de una sanidad pública, digna y cercana.
Desde Oncobierzo, nacida para denunciar la crítica situación de la atención oncológica en nuestra comarca, queremos dar las gracias. Gracias por estar. Por alzar la voz. Por recordar que cuando nos organizamos, somos miles, y somos fuertes.
Este camino ya no tiene marcha atrás. Pero también queremos compartir con vosotros nuestra profunda decepción. La Junta de Castilla y León y su presidente han optado por ignorar la dimensión y el significado de esta movilización. Mientras miles de ciudadanos se manifestaban en defensa de su salud y la de sus familias, desde Valladolid se sacaba pecho de una gestión que aquí, simplemente, no funciona. Esa actitud, fría y alejada de la realidad, no solo duele: ofende. Y duele aún más cuando miramos a quienes están en el centro de todo esto: los pacientes oncológicos. Personas que atraviesan uno de los momentos más duros de su vida y que, además de afrontar una enfermedad tan dura como el cáncer, tienen que enfrentarse a demoras interminables, falta de especialistas y una atención fragmentada. En muchos casos, ni siquiera pueden iniciar el tratamiento en los plazos que serían recomendables. Y cada día de espera es una amenaza. Este drama no es ajeno. Nos implica a todos. Porque el cáncer, por desgracia, no avisa.
Mañana puede tocarnos a cualquiera. A ti, a mí, a alguien a quien queremos. Por eso esta no es solo una lucha por mejorar un servicio: es una lucha por el derecho a vivir con dignidad, con cuidados, con justicia. Y lo decimos alto y claro: no vamos a parar. Esta manifestación ha sido sólo otro paso adelante. Hemos descubierto, entre todas y todos, que cuando caminamos juntos, podemos cambiar las cosas. Seguiremos en la calle, en los medios, ante las instituciones, donde haga falta.
No pedimos privilegios: exigimos lo que por ley y por humanidad nos corresponde. Nuestro compromiso es firme, y es con vosotras y vosotros: con la ciudadanía de El Bierzo, Laciana y La Cabrera. Vamos a seguir trabajando sin descanso, con honestidad, con responsabilidad y con absoluta lealtad hacia esta tierra y su gente, hasta lograr que esta situación cambie cuanto antes. Porque lo merecemos. Porque no vamos a conformarnos. Porque la vida y la dignidad de nuestras comarcas están en juego.