Olimpia, vecina de Bouzas: "No le veo el fin. Cada vez es un poco más"

"Nos vimos desbordados", afirma sobre la evacuación, mientras se refugia junto a su marido en el pabellón José Arroyo de Ponferrada

Elena F. Gordón (Ical)
16/08/2025
 Actualizado a 16/08/2025
Vecinos desalojados encuentran refugio en el pabellón José Arroyo. | CÉSAR HORNIJA (ICAL)
Vecinos desalojados encuentran refugio en el pabellón José Arroyo. | CÉSAR HORNIJA (ICAL)

Desde el lugar que ocupa junto a su marido en el pabellón José Arroyo de Ponferrada, al que llegó horas antes tras el desalojo de Bouzas obligada por el incendio que arrasa los montes bercianos procedente de Llamas de Cabrera, Olimpia expresa su preocupación por el avance de las llamas. “No le veo el fin. Cada vez es un poco más. Ha llovido mucho, mi pueblo es muy verde, pero el suelo está seco y arde como la pólvora”, explica a Ical.

“Nos vimos desbordados” detalla sobre el momento del desalojo. “Fue caótico, porque teníamos que recoger las cosas, la casa, la maleta... muchísimo agobio y poca reacción. Nos habían dicho que para desalojar tendría que estar ardiendo tres días el monte y en pocas horas tuvimos que marchar”, comenta. 

Residente habitual en Madrid, veranea y pasa temporadas en Bouzas -ocho meses durante la pandemia desde que los “soltaron”-, cree que su marido y ella esperarán unos días a ver si pueden regresar al pueblo y, si no, volverán a la capital de España. El pueblo celebraba estos días sus fiestas y ya había más de 120 personas apuntadas para la paella prevista para hoy, al igual que la espuma para los niños o los juegos populares para los mayores.

“Estamos preocupados; mucha gente vive aquí y lo que tienen lo tienen aquí. También por la gente que está defendiendo algo que dan por hecho que tenían que haberlo hecho los profesionales”, comenta. 

Visita municipal

Los alojados en el pabellón recibieron esta tarde la visita de varios concejales del Ayuntamiento de Ponferrada, que quisieron trasladarles personalmente su solidaridad y transmitirles ánimo. Los evacuados les interrogaron sobre el estado de los pueblos desalojados, cuyas viviendas en principio parecen estar a salvo. Los ediles explicaron que se intenta realizar fuegos técnicos para evitar la propagación y que el humo resta visibilidad en la zona, lo que dificulta algunas de las las labores de extinción. 

Personal de Protección Civil, Policía Municipal y psicólogos de la Junta están a disposición de las personas desalojadas que, por ahora, no tienen fecha de regreso prevista a sus localidades. 

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