"No podemos permitir demoler la historia del Salto del Pelgo"

Nace una agrupación que pretende ser escudo de la presa ubicada en Toral de los Vados, hoy sin aprovechamiento energético pero sí turístico aunque sin protección

Mar Iglesias
17/10/2021
 Actualizado a 17/10/2021
Paisaje del Salto del Pelgo que quiere preservar la asociación Salvemos el Pelgo. | MAR IGLESIAS
Paisaje del Salto del Pelgo que quiere preservar la asociación Salvemos el Pelgo. | MAR IGLESIAS
«No podemos permitir demoler la historia», dice con rotundidad el portavoz de la agrupación, aun horneándose, Salvemos el Pelgo, César Fernández. Son vecinos de Villafranca, Corullón y Toral de los Vados, las tres localidades afectadas por el salto del Pelgo, una presa centenaria que cumplió su misión de abastecimiento energético a la zona pero que hoy ha pasado a ser un enclave turístico singular sin ese uso. Y es por el fin de esa producción por lo que han querido constituirse en una agrupación que se ponga como escudo ante una posible demolición del salto.

Reconoce Fernández, que la Confederación Hidrográfica Miño-Sil podría concretarlo, siguiendo la normativa que obliga a eliminar obstáculos en los ríos cuando no tengan un aprovechamiento económico. Eso podría hacer que en el Plan Hidrológico 2022-2027 apareciera el Salto del Pelgo como estructura a extinguir. No se tiene en cuenta su valor paisajístico ni turístico, incrementado sobre todo el pasado año, cuando las pequeñas escapadas que permitía la pandemia ponían sus ojos en la cascada del Pelgo. Una imagen que recorrió instagram como una de las más buscadas.

Por eso, Salvemos el Pelgo pretende evitar ese paso y, para anteponerse, lo que propone es luchar consiguiendo una figura de protección para el salto «es un bien paisajístico de primer orden. Desde el punto de vista estructural se construyó con una técnica muy innovadora en la época. Es de 1925 y está realizada en arco de bóveda, usa ladrillos cerámicos y el cuerpo de la presa es de hormigón armado», explica Fernández. Esa es una de las causas por las que considera que derribarlo «sería derrumbar la historia».

Es un siglo lo que hay detrás del salto, que vio iniciar las prospecciones para su realización en 1917. Primero fue un pequeño salto con turbina que en 1933 se traslada. Desde el punto de vista ambiental «es un humedal, con suelos consolidados», reconoce Fernández. Combina el bosque atlántico y el mediterráneo, con especies autóctonas de tritones, jilgueros, garzas… «cuenta con una biodiversidad muy diferenciada», dice. De eliminarse el muro y los sedimientos de la presa «se dejarían desnudas las laderas» y sería mortal para toda esa fauna y flora.

«Perderíamos un bien cultural e histórico», puesto que es la huella de la que fue la primera central hidroeléctrica de León «es el inicio del desarrollo industrial del Bierzo». Pero además, desde 1933, los peces suben y bajan por el hueco que dejó la primera turbina, algo que también se eliminaría.

De llevárselo por delante «perderíamos el conocimiento y el aprendizaje. El daño ecológico que se produciría tirándolo es muy alto». Todo ello justifica el nacimiento de Salvemos el Pelgo que está preparando toda la documentación para que, en el momento en el que se dé el pistoletazo de salida a su nacimiento oficial, que será en tres meses desde la presentación de su solicitud, en la semana entrante, pueda comenzar a solicitar a la Junta el nombramiento de Patrimonio Industrial para el salto «es la figura que mejor encaja», dicen.

Ese BIC no cerraría la puerta a la recuperación del salto a nivel industrial y supondría protegerlo. «Tenemos mucha documentación para conseguirlo y estamos realizando un estudio de la biodiversidad para añadirlo», dice Fernández. Hasta ahora, la idea ha atraído a 35 posibles socios, a las puertas de formar parte de la agrupación cuando se eche a andar.

De inicio, la agrupación pretende sentarse con los tres ayuntamientos afectados por la presa (Villafranca, Toral de los Vados y Corullón) y con la Junta de Castilla y León. Salvemos el Pelgo no reprocha a los municipios no haber encabezado la lucha, puesto que considera que sí se ha mantenido y mejorado el camino a la presa con la intención de que sea un polo turístico de primer nivel, sobre todo por parte del Ayuntamiento de Toral. Pero apunta que hay otros caminos hacia el Pelgo que también pueden formar las arterias de un conjunto de paseos desde los que sacar jugo turístico a la zona, como los que van desde Horta u Otero y la Ruta del Peruchín.

«El Pelgo no es solo una cascada , es el vaso del pantano, el muro…es una zona muy emblemática». Tampoco reprochan a Confederación cumplir con la norma y decidir derribarlo “no son nuestros enemigos. El salto necesita una protección para salvarse y lo que es increíble es que nunca la haya tenido”, comenta Fernández. Una carencia que esperan resolver de cara a inicios del próximo año, cuando esperan constituirse como agrupación y realizar su primera asamblea.
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