El Morredero, de un sueño de nieve al reto de reinventarse tras el fuego

La estación de esquí esperaba su desmantelamiento pero ahora, ese trabajo lo ha hecho el fuego y El Morredero Existe pide que ahora se cambie el rumbo hacia un espacio verde con actividad todo el año

07/09/2025
 Actualizado a 07/09/2025
El refugio que, de inicio llevaban los Amigos del Morredero ha quedado desnudo tras el fuego. | MAR IGLESIAS
El refugio que, de inicio llevaban los Amigos del Morredero ha quedado desnudo tras el fuego. | MAR IGLESIAS

El incendio que este agosto arrasó, por los cuatro costados, la estación de esquí del Morredero y buena parte del cordal de los Montes Aquilianos ha reabierto el debate sobre el futuro de este espacio, convertido desde hace años en un símbolo del olvido institucional y de proyectos inacabados.

La Agrupación El Morredero Existe, que desde hace tiempo defiende la necesidad de recuperar este enclave natural, considera que la catástrofe debe ser “el punto de partida” para proyectar un nuevo modelo. Su propuesta pasa por transformar la zona en un espacio de esparcimiento con rutas verdes, un aula de educación ambiental y un refugio de montaña en condiciones que actúe como centro de visitantes. En definitiva, una estación de montaña sin remontes, abierta a actividades durante todo el año.

“Es imprescindible que los políticos exijan ya a la Junta los permisos y las ayudas necesarias para limpiar y reorganizar el terreno. No puede pasar ni un año más sin que los bercianos vuelvan a disfrutar de este lugar emblemático, que también puede ayudar a la maltrecha economía de los pueblos del entorno”, reivindican desde el colectivo.

De la Covatilla berciana al olvido

La historia reciente del Morredero está marcada por grandes expectativas frustradas. A mediados de la primera década del 2000 , el entonces gobierno municipal de Ponferrada llegó a proyectar una estación de referencia en el noroeste, con 17 kilómetros esquiables en 23 pistas, capacidad para 3.800 usuarios y un presupuesto de 33,5 millones de euros.

El plan, impulsado por la concejala Susana Téllez, del equipo de Carlos López Riesco y comparado con la estación salmantina de La Covatilla, preveía completarse en ocho años, de modo que habría estado operativo en 2019. Sin embargo, las inversiones nunca llegaron y el proyecto se fue desdibujando de una manera atroz.

En 2022, el Ayuntamiento valoró incluso la retirada definitiva de los remontes y otras infraestructuras, aunque la falta de presupuesto mantuvo la estación en una especie de limbo. El concejal de Medio Ambiente en ese momento, Pedro Fernández, defendía entonces que “El Morredero no tiene condiciones de nieve suficientes para sostener una estación de esquí”, pero sí apostaba por reconvertirlo en una estación de montaña con actividades como raquetas de nieve, ciclismo, senderismo o talleres de educación ambiental.

La estación llegó a tener tres remontes, dos refugios y cafetería. Era la tercera estación en León y cada invierno era un atractivo para los que buscaban un sitio no tan alejado ni tan poblado con las otras dos. Lo que pedía en ese momento El Morredero Existe era que se sacara a concurso la cafetería y se pusieran en funcionamiento de nuevo los refugios y, a poder ser, pero no como algo fundamental, un remonte. Cifraban entre 20.000 y 50.000 euros esa operación que esperaban que fuera un atractivo de la iniciativa privada también.

Entre el abandono y la oportunidad

La realidad actual muestra un paraje deteriorado: la madera de la antigua cafetería se pudría y ahora se ha quemado. El fuego ha pasado imparable, sin ningún medio de extinción hasta dejar en pequeños hilos negros los postes quitavientos entre remontes. Esas estructuras han pasado por el fuego y el refugio que había a los pies de la Silla de la Yegua se ha quedado desnudo, enseñando una bañera que contenía. El Morredero, como auguraba esa agrupación no ha llegado a su desmantelamiento, se ha muerto por el camino "con el olvido de las administraciones” y ahora, cocido bajo las llamas. 

El incendio ha dejado la situación todavía más crítica, pero también ofrece, según sus defensores, la oportunidad de “empezar de cero” con un modelo más sostenible, ligado al turismo de naturaleza y la educación ambiental.

La agrupación insiste en que la clave pasa por voluntad política y apoyo económico. “No hay mejor opción que esta para la recuperación, cuidado y conservación de un espacio que pertenece a todos los bercianos”, subrayan.

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El fuego se ha llevado los cortavientos y ha dejado los remontes quemados. | MAR IGLESIAS

 

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