Miranda responde así a las peticiones de Partido Socialista y Ponferrada en Común (PeC), que en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, solicitaron que se habilitaran más viales para bicicletas en las principales arterias de la capital berciana. «En el centro es imposible actuar sin quitar nada, limitarse a pintarlos en la calzada no es la solución, no se debe ir por ahí», señaló el edil, que pone la Rosaleda como ejemplo a seguir y avanza que sí se apostará por los carriles bici en las futuras actuaciones. «En las zonas que se vayan ampliando lo haremos en condiciones, debidamente señalados y delimitados».
Por otra parte, Miranda no cerró a puerta a la peatonalización de nuevas calles, eso sí, contando con el respaldo de vecinos y empresarios. «Es cuestión de analizar que se podría hacer y entran en juego muchos factores: circulación, vecinos... hay que contar con todo el mundo, no puede ser una decisión unilateral del Ayuntamiento», afirma.
Así, el concejal apuesta por «compaginar» los intereses de los afectados y no caer en la precipitación, una fórmula que traslada a la tan ansiada reordenación del tráfico de La Rosaleda, otra de las demandas de la oposición al equipo de Gobierno de Gloria Merayo. «Si fuera pintar las calles y cambiar las señales ya estaría listo, pero están proyectadas varias rotondas y hay que estipular cuando hacerlas; si no hay salida al tráfico no tiene sentido», explica.
Un problema heredado
El concejal de Urbanismo, Tulio García, asegura que el cierre de la pasarela peatonal que une el barrio del Temple con la avenida de los Escritores por encima de las vías del ferrocarril se debe a la dejadez de los anteriores mandatarios. «Estaba prevista una actuación de urgencia, pero al analizar la estructura vimos que estaba muy mal. Además hay informes de hace varios años que ya alertaban de la situación y si se ha llegado a este punto es porque no se ha actuado», lamenta García. «La única salida es desmontar la actual», apostilla.