Tras décadas de olvido y una ruina que amenazaba con borrar uno de los rincones más valiosos del patrimonio berciano, el próximo 1 de julio abrirá sus puertas el Jardín Romántico del Bierzo, un espacio literario, botánico y simbólico creado sobre la antigua huerta de la Casa Gil, lugar natal del poeta y novelista romántico Enrique Gil y Carrasco. La recuperación de este entorno no ha sido solo una obra arquitectónica, sino también un ejercicio de memoria colectiva, sostenido por la implicación ciudadana, el apoyo institucional y un modelo de restauración sostenible.
El proyecto ha sido posible gracias a una doble vía de financiación: por un lado, una campaña de crowdfunding lanzada en 2023 que ha logrado movilizar a más de 110 mecenas, recaudando más de 10.000 euros hasta la fecha, con el objetivo de alcanzar los 20.000 euros antes del cierre definitivo de la campaña. Por otro, la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León aportó 100.000 euros a través de una convocatoria pública para intervenciones patrimoniales, lo que permitió acometer las primeras obras de consolidación.
Desde los primeros trabajos de desescombro y limpieza en verano de 2023 hasta la recuperación de carpinterías originales y la estabilización de los muros, la intervención ha movilizado a empresas locales y equipos especializados en restauración histórica. La obra ha estado dirigida por el arquitecto Miguel Ángel Ramón y el aparejador Enrique Daroca, y ejecutada por firmas como Construcciones Los Cuñados, Emico, Geotecnia GWL, Carpintería Pereira o Jardinería Milenrama.
De la ruina a la esperanza
Situada en el número 15 de la calle del Agua de Villafranca del Bierzo, en pleno corazón del Camino de Santiago, la casa natal del autor de El Señor de Bembibre presentaba, hasta hace poco, un estado de abandono casi total. Solo su fachada blasonada resistía el paso del tiempo, mientras el interior se desmoronaba lentamente. En octubre de 2022, la Fundación Biblioteca Enrique Gil, entidad sin ánimo de lucro, decidió dar un paso al frente adquiriendo el inmueble y emprendiendo un ambicioso proyecto de restauración.
La operación recibió un impulso crucial en 2024, cuando el Ayuntamiento donó también la parcela contigua, en ruina total, ampliando en 200 metros cuadrados la superficie del futuro jardín y asegurando la estabilidad de la estructura, aunque también elevando el coste del proyecto.
El resultado es un espacio de 600 m² que combina elementos botánicos, paisajísticos y literarios. Inspirado en el Romanticismo y en el ideario estético de Gil y Carrasco, el jardín ha sido diseñado con criterios de sostenibilidad y economía circular, aplicando las "3 erres": reducir, reutilizar y reciclar. Se han recuperado maderas nobles de castaño, vigas, puertas y cerámicas originales del siglo XIX, al tiempo que se han reutilizado elementos del entorno.
Entre las especies vegetales plantadas destacan ejemplares autóctonos y simbólicos: "hijos" de la glicinia de la Casa de los Escudos de Ponferrada, o del olmo descendiente del mítico árbol de Cuatrovientos, encinas, nogales, romero, liriodendros, manzanos japoneses o castaños de parede. Además, la Fundación ha firmado un convenio con la CIUDEN para el suministro de plantas autóctonas y asesoramiento técnico durante dos años.
El recorrido del jardín incluye un “sendero de la vida del poeta”, con tres exposiciones permanentes dedicadas a su vida y obra, referencias a El Señor de Bembibre, y un diseño simbólico que evoca el lago de Carucedo. Todo ello, visible para peregrinos y visitantes desde la Calle del Agua, a través de una lona estética aprobada por Patrimonio que cubre temporalmente el apeo de la fachada.
Lo que queda por hacer
Aunque el jardín abrirá el 1 de julio, con una visita guiada para los medios, la Fundación se ha fijado como próximo hito el 15 de julio, 210 aniversario del nacimiento de Enrique Gil, para la inauguración simbólica del conjunto, una vez finalice la plantación de especies de primavera y la instalación definitiva de los elementos museográficos.
Quedan aún fases por acometer: la restauración interior del edificio, su adecuación como centro cultural y la creación de un archivo literario en homenaje al autor romántico más universal del Bierzo. La Fundación continúa buscando fondos y mantiene abierta la campaña de mecenazgo hasta finales de junio.
