¿Sabéis? Conozco a Luis Artigue desde hace años. No fue la vida quien cruzó nuestros caminos, sino que, como en tantas ocasiones en el diario de mis días, fue la literatura quien me llevó hasta él. Luis siempre, desde el comienzo de sus publicaciones, ha sido un autor reconocido, y no dudé en leer según se publicó Donde siempre es medianoche, que el propio Luis me envió. Me encantó, una de las mejores novelas que he leído en los últimos años. Tras esta llegaron Café Jazz El Destripador y Ficción para multitudes, otras dos obras fantásticas. Hoy me detengo para hablaros de su última creación: Trumpsilvania.
Recuerdo, hace ya algo de tiempo, en una entrevista, cuando me preguntaron por dos o tres firmas leonesas que creía que en el futuro iban a despuntar y permanecer. Sí, uno de los nombres que dije era el de Luis Artigue. Hoy en día es difícil tener un estilo propio, reconocible sobre el resto. Todo parece estar escrito, todo parece estar dibujado en las hojas en blanco, todo parece estar contado y todo parece haberse hecho de todas las formas posibles. Sin embargo, somos muchos los que podríamos reconocer un texto suyo solo con la lectura. Su estilo, del que un día, en un programa conjunto que él y yo hicimos para un canal de televisión, me referí como «creo que si Woody Allen fuera escritor sería Luis Artigue».
La imaginación desbordante de este talento leonés se perfila con unas tramas y personajes tan atrayentes como únicas. Trumpsilvania es un buen ejemplo de ello. Hace no mucho, cenando en Ponferrada, desde donde escribo, en concreto en El Bodegón, con él y con el también escritor Manuel Ángel Morales, el propio Luis nos decía que «me di cuenta de que los vampiros y el sistema de Trump tenían algo en común: nos quieren chupar la sangre. De ahí parte la idea inicial». No sé si se puede ser más genial, la verdad.
Yo conocía esta obra mucho antes de que saliera al mercado. Un día, tomando algo con él tras una presentación que hizo para el festival de jazz de Ponferrada me preguntó por lo nuevo que yo estaba escribiendo (en aquel momento estaba con La última misión Apolo), y él me comentó que estaba con una nueva novela, donde Trump volvía al poder en Estados Unidos, llegando a conformar un Gobierno paritario.
Esto es, cincuenta por ciento seres humanos, cincuenta por ciento vampiros. Recuerdo querer leerla cuanto antes. Y en eso, justo en eso, vuela esta novela, donde conoceremos un Estados Unidos distinto, cargado de imaginación, unos personajes indiscutibles en originalidad, y un mundo de gánsteres, dinero, poder y ambición. Porque quizá de eso mismo trata este libro, de la ambición. Un excelente ejemplo de lo distinto y necesario que este libro ya lo podemos encontrar en la primera página, en la primera línea del primer párrafo, donde podemos leer: «Busco vampiro asesino para relación o lo que surja», dice el anuncio de la sección de contactos que el presentador de radio acaba de empezar a locutar».
Dentro de Trumpsilvania podemos encontrar infinidad de referencias y frases únicas, de las que suelo subrayar cuando leo, de las que suelo anotar para las reseñas. En esta ocasión son tantas que podría escribir una decena de páginas con ellas. Poco después de la anterior, en el comienzo de la historia que nos acabará por atrapar se puede leer: «Vaya a saber usted por qué razón absurda hoy es domingo y no llueve. Sin embargo, estamos en el día de las Presidenciales, y las calles de la ciudad de Crapulake City están repletas de gente politizada que quiere votar o no dejar que otros voten lo que votan». Dejar escrito «o dejar que otros no voten lo que votan» no es una simple frase, encierra tras ella una gran carga crítica a ciertos comportamientos no tan extraños hoy en día.
A lo largo del libro, hay más referencias críticas con la situación actual de muchas de las democracias occidentales. Una reflexión sincera y profunda bajo el manto de Crapulake City.
No insistiré mucho, solo os dejo a vuestra reflexión este párrafo: «¡Extra! ¡Extra! El presidente Donald Trump decreta por ley que los familiares de los encausados por corrupción a partir de ahora podrán ser jueces en sus respectivos juicios. Y por eso ha anunciado por Twitter que la auditoría de su holding de empresas que ha ordenado el fisco la presidirá su hijo Donald Trump Junior». Otro ejemplo de ese lenguaje único que el autor sabe exprimir y transmitir es un diálogo entre dos de los protagonistas. Os lo dejo a continuación, para que disfrutéis de él: «-Mina, Mina, éste es Seward, nuestro nuevo chófer. Le conocí cuando estaba ejerciendo como líder de un club de motoristas que a su vez eran traficantes de armas militares, le propuse un cambio hacia una vida más armónica y plena como chófer y guardaespaldas de una familia acreditadamente criminal, y aquí está. ¿Qué te parece? / -Encantador». Hay infinidad de diálogos magistrales. Otro ejemplo que me gusta especialmente: «-Arthur, lo he hecho por amor: ya sabes que debajo de todo mi veneno y ambición ciega, yo tengo corazón, a pesar de que, como sabes también, nada más que yo misma y lo mío me importe una mierda. / -¡Qué bonito! ¡Esa frase la podríamos bordar en un almohadón!»
A lo largo de algo menos de doscientas páginas podremos adentrarnos en el mundo criminal y gánster de Crapulake City, viviendo las vidas de Mina Harker y Lucy Holmwood, esposa y amante respectivamente del mafioso Jonathan Harker, quien deja su imperio de delincuencia en sus manos. No es fácil crear una atmósfera creíble para sumergir la historia en ella. Luis Artigue sabe cómo hacerlo y lo realiza fantásticamente. Lo hizo en sus anteriores novelas y lo ha vuelto a lograr en esta. Mantener el ambiente de una ciudad de gánsteres en un Estados Unidos gobernado por Trump y los vampiros no es sencillo. Él lo logra. En el siguiente párrafo se puede entender perfectamente: «Es un crujido de la escalera. Es el frío que invade la habitación. Es la luz trémula. Es el ala tapiada. Es la oscuridad impenetrable. ¡Y es la tumba vacía con una mortaja en descomposición! Es la mansión de los Harker durante la II Era Trump.»
En cada capítulo existen frases y párrafos que, tras la capa humorística, hay pensamientos mucho más punzantes y críticos. Página 167, remate del capítulo 20: «Afuera un mozo vendedor de periódicos está gritando: ¡Extra! ¡Extra! El presidente Trump ha prohibido por ley que haya fauna y flora en Alaska porque afectan negativamente a la pureza del petróleo».
Trumpsilvania es, definitivamente, un libro imprescindible al que acercarse y no perder su lectura; recomendada una segunda lectura, sin duda, para adentrarse en la infinidad de aristas y surcos que tiene la trama y su texto. Os dejo un último párrafo, extraído de su parte final, otro fantástico texto de su autor: «Y esa fiesta resulta ser un gran reclamo para comisionistas, empresarios, especialistas en grandes robos legalizados, y ejecutivos, y vampiros de extrema derecha, y vampiros de extrema izquierda; un fiestón repleto de cócteles y pugnas entre la codicia, la ambición y el nepotismo. Allí fluye el champagne, el jazz cool, el whisky caro, los sofismas, las consignas y los eslóganes: todo mientras los invitados van hablando unos con otros de los secretos de la Bolsa de Wall Street».
Como os comentaba, recomiendo profundamente Trumpsilvania, como recomiendo a partir de ella, a los que no lo hayáis hecho todavía, adentraros en su obra. Esta novela, escrita como solo él sabe hacerlo, perfilada con una ironía tan certera como seria, con unos personajes tan consistentes como locamente imposibles, y con un mundo creado alrededor de una ciudad llamada Crapulake City, donde los vampiros, los gánsteres y el Gobierno conviven bajo un aspecto caótico y atrayente, debe de ocupar una parte destacada en nuestros estantes.
Luis, aquí tienes un ferviente lector para tu próxima obra. Sea cual sea, será imprescindible.
Entre mi biblioteca y yo
Trumpsilvania me encanta. Es una novela distinta, tan genial como reflexiva y atractiva. Conozco a Luis Artigue desde hace tiempo, me he adentrado en su obra profundamente, y creo que esta novela ha pasado a ser ya una de las imprescindibles para conocer su escritura. Bajo el paraguas de un mundo pulp y unos personajes atractivos en su ambición y su caos, el autor nos dibuja una crítica a parte de la sociedad en la que hoy en día vivimos, valiéndose para ello de una imaginación absolutamente desbordante, algo que pocos tienen en este momento en un estado tan embriagador y atractivo como el suyo. Debería de estar en todas las estanterías.
Más que un libro, un autor
Luis Artigue es un autor al que obligatoriamente debemos de acercarnos todos los que amamos la literatura, y más si es de la más cercana, como es el caso. He compartido con él muchos instantes, hemos coincidido en presentaciones, tanto suyas como mías, hemos cenado juntos y hemos hablado de literatura. Estar unos minutos a su lado es indispensable, os lo recomiendo, es un baúl de conocimiento literario sin fondo, un excelente conversador. Pero, por encima de todo ello, puedo aseverar que se trata de una de las firmas leonesas más importantes en este momento. Solo conozco su pasado y su presente, no sé lo que depara su futuro; pero si me guío por la intuición, creo que recordaremos su obra durante años, muchos muchos muchos años.
