Lenguas y culturas en peligro de extinción

Palacios del Sil organiza un congreso internacional de lenguas minoritarias el próximo otoño y anuncia la creación de un Observatorio

N. González
24/02/2015
 Actualizado a 16/09/2019
El profesor Roberto González Quevedo, junto al alcalde de Palacios del Sil, Fernando Fernández. | César Sánchez (Ical)
El profesor Roberto González Quevedo, junto al alcalde de Palacios del Sil, Fernando Fernández. | César Sánchez (Ical)
«Cuando una lengua y una cultura entran en decadencia eso es porque otras cosas ya comenzaron el declive antes, como la economía de una zona». Roberto González Quevedo, profesor del departamento de Filología Española de la Universidad de Oviedo y presidente de la Asociación de Lenguas y Culturas Amenazadas, establece así la interrelación entre lengua, cultura, economía y sociedad, mostrando de qué manera se influyen unas a otras y poniendo en el punto de mira la dificultad de una mutua supervivencia.

Con el objetivo de ahondar en este asunto de estudio, y de divulgarlo, el Ayuntamiento de Palacios del Sil ha anunciado la celebración el próximo otoño de un Congreso Internacional sobre Lenguas y Culturas Minoritarias en el que participarán una decena de expertos y medio centenar de inscritos, además de organizar charlas y mesas redondas abiertas al público en general.

El congreso será además el punto de partida para la organización de un Observatorio sobre lenguas y culturas minoritarias que se establecerá en el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Palacios del Sil y que servirá como punto de referencia sobre los estudios de estas lenguas minoritarias.

Entre ellas estará el patsuezu, que además de en la zona del Alto Sil está presente en las comarcas de Babia y Luna. «A veces la sensación es que el patsuezu ya no se habla casi, pero si se va a tareas relacionadas con el mundo más tradicional, el de la agricultura o la ganadería, se ve que está en la vida cotidiana. Y también está vivo en la toponimia», explica González Quevedo.

Aun así, la desaparición del uso de estas lenguas se está viendo de alguna manera contrapesada por los estudios que se realizan, asegura González Quevedo. «Hay gente más joven, que después de los estudios toma interés y le da una cierta vitalidad literaria con publicaciones y también en prensa», añade.

En el congreso también se dedicarán sesiones a la costumbre del calechu, las reuniones que se hacían por la tarde en una casa y en las que se contaban historias y anécdotas, y del filandón, las que se hacían por la noche, tras la cena. Otras ponencias tratarán sobre la medicina popular en el concejo de Palacios y sobre las brañas, así como sobre iniciativas de cultura y desarrollo rural. Otras lenguas que tendrán su espacio en el congreso serán la provenzal en Italia, el mirandés en Portugal y el aragonés.

El congreso tendrá una duración de tres días y también incluirá visitas para los participantes a una braña, posiblemente la de Matalavilla; cata de vino y una actuación musical.El alcalde de Palacios del Sil, Fernando Fernández, subraya que, más allá del congreso, el Observatorio permitirá continuar la labor de estudio de las lenguas y recordó que, según la Unesco, «hay unas 6.000 lenguas que podrían desaparecer a finales de este siglo». El Observatorio contará con una biblioteca con secciones de Filología y Antropología.
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