«Es una muestra de la buena imagen de la que goza la feria fuera del Bierzo. Cuando acudimos a otros concursos, así no los constatan», explica el alcalde del municipio, Eduardo Morán, que recuerda que el equipo de Gobierno sigue esforzándose para «mantener y mejorar la feria», uno de las más veteranas de la localidad.
El encuentro abre sus puertas al exterior y también aspira a ofrecer alternativas para que sea atractivo tanto para los cazadores como para sus familias. Por ello, dentro en el programa se cuelan actividades orientadas a los más pequeños y otras con la gastronomía como telón de fondo.
Es el caso de ‘Pesca una trucha’ y la ‘Ronda de pinchos de caza’. En la primera los niños tendrán la oportunidad de pescar su primer pez, siempre con la supervisión de técnicos municipales, mientras que con la segunda, el municipio quiere aprovechar el tirón del sector agroalimentario de la comarca y fusionarlo con el mundillo de la caza. El resultado son pinchos como el de estofado de jabalí con marisco, croquetas de conejo, lomo de corzo o brochetas.
«Es una forma de incentivar a que los aficionados vengan a la feria con sus familias y ambientar la feria», agrega Morán.
Aunque la crisis, como en todos los sectores, afectó al sector, desde el Ayuntamiento están muy satisfechos con las cifras de las últimas ediciones, y esperan que este fin de semana se superen las 8.000 visitas y los 800 perros de 2016.
Según confirma el propio regidor, el Consistorio no se plantea recuperar el formato bianual que desapareció en 2013, aunque contempla ampliar el programa ferial de Camponaraya. «Tenemos propuestas para poner en marcha relacionadas con el mundo agroalimentario, aunque nos queda darle forma y contenido», explica.
Curso de drones
En su afán por dinamizar el municipio, el Ayuntamiento trabaja para ofrecer un curso de pilotaje de drones, una iniciativa que ya ha contado con más de una veintena de solicitudes.De cubrir el cupo mínimo de inscritos, se llevará a cabo en el Civi.