Garrido: "La solidaridad es el termómetro que lo mide todo"

El sexto libro del abuelo de Yeray, el niño de Torre con un tumor que movilizó al Bierzo, habla de la necesidad de esa ayuda social que recibieron en su nueva novela

18/11/2023
 Actualizado a 18/11/2023
Garrido con su libro entre manos. | MAR IGLESIAS
Garrido con su libro entre manos. | MAR IGLESIAS

Siempre de la mano de su nieto, Yeray, a cuya foto se dirige cada día antes de dejar su casa, para hacerle la misma pregunta «cómo puedo hacerlo mejor», el berciano Juan Manuel Garrido pone nombre a su sexto libro. ‘Lágrimas de cristal’ va detrás de ‘Latidos’ y, aunque desde un prisma distinto, sigue teniendo el poso en las entrañas de su pequeño de Santa Marina de Torre que pobló cada rincón del Bierzo pidiendo ayuda para luchar, con tan solo tres años, para parar el cáncer que se lo llevaba. Aquel empuje solidario sigue en la cabeza de Garrido y pesa como si tuviera la necesidad de devolver aquel cariño que recibieron y que permitió que Yeray pudiera seguir un tratamiento experimental en Pamplona esperanzador. 


Yeray peleó dos años y se convirtió en estrella, pero nunca se ha ido. Se ha quedado en los seis libros que, con este, ha publicado Garrido. La fuerza de la palabra escrita y de la música le ayudan a entender o a recuperar lo que él considera que es la vida, los recuerdos. Vuelve con un relato sobre el pensamiento de Víctor, un enfermo en coma, tras un accidente laboral en un viñedo. Lo que pasa por su cabeza cerrada al habla, lo que le hace no rendirse, se convierte en un objeto de reflexión cuando la vida se vuelve cárcel.

Un relato duro, novelado pero cercano a una realidad, casi siempre con un poso de optimismo, pero con la mirada puesta en la solidaridad de vuelta, algo que Garrido necesita explicar y también saldar «la sociedad nos dio mucho y es como si necesitara devolverlo». Lo hace en palabras, aplaudiendo algo que considera que debe ser intrínseco al ser «la solidaridad es el termómetro que lo mide todo». Y su protagonista lo ve así, postrado en una cama, escuchando, pero sin poder intervenir más que con sus lágrimas «desde su silencio se pregunta si puede la solidaridad salvar el mundo». Es una pregunta propia «porque es algo que no te imponen,  al contrario de la ideología». Por eso Garrido tiene claro que «la vida se acaba cuando dejas de dar».  

En su relato, esa parte se enlaza con lo que ha conocido gracias a su nieto, y la relación que ha crecido con la agrupación Asion, Asociación Infantil Oncológica, a la que cede lo que le aporta la venta de sus libros. Ha visto que es una ayuda fundamental para las familias perdidas en el intento de salvar y salvarse y es algo que le conmueve, hasta el punto de que plantea organizar algún evento cultural con grupos de la zona para recaudar fondos con los que ser también la base de ayuda a los que ayudan.  


Pero Víctor y su situación comática le sirven a Garrido para seguir mirando dentro de sí mismo y de esa sociedad encarcelada, aunque con sueños, y personas que hacen que la vida tenga sentido «estamos aquí porque nos regalan sueños y nosotros se los regalamos a otros», dice Garrido. Y todo ello en un cócktail de recuerdos que brotan en esas ‘Lágrimas de cristal’ que dan título al libro. Un vidrio en el que aparece, de nuevo, la imagen de su nieto, como en sus cinco libros anteriores, intacto, en medio de los fragmentos. «Lo fundamental para mí son los recuerdos, para que los corazones no se agrieten. Es lo que nos mantiene vivos, para que nuestras lágrimas no se pierdan en la lluvia».  

Garrido teme perder esos recuerdos y por eso escribe, para esquivar el olvido «y mantener el espíritu» que es precisamente ese nieto que le acompaña desde los juguetes y las fotografías que conserva. Solidaridad, recuerdos, esperanza, son los mensajes de un Víctor postrado al que le acompaña su novia Sara. Y una pregunta humana, también propia: el «¿por qué a mí?». Desde el lado entre la vida y la muerte, Víctor reprocha estar precisamente en esa tierra de nadie y se agarra a los que le aprietan la mano. 
Eso es lo que le mueve «creer que es importante para la gente que le rodea. Ese es el empujón para cambiar la actitud». Eso, y el tiempo «que es el alma de nuestra existencia, nosotros somos tiempo», dice Garrido.

 
Un relato tierno, que ya presentó en su Santa Marina , esperanzador, reflexivo que vuelve a hacer que Garrido coja fuerzas . Lo ha hecho desde aquel ‘Los niños olvidados de Dios’, en el que desnudó su rabia por la pérdida de Yeray hasta su penúltimo relato ‘Latidos’ pasando por ‘Donde tu voz me lleve’, ‘La alargada sombra de tu sonrisa’ y ‘El silencio del otro lado’. 


La presentación del libro fue un encuentro solidario con multitud de amigos y personas que se encuentran en la misma inquietud que Garrido. Su guitarra se fundió con la voz de José Luis Prada, mientras que toda Santa Marina enmudecía ante el espectáculo. Un emocionado Garrido no encuentra palabras con las que agradecer esa asistencia y sinceridad con la que quisieron compartir sus vivencias parte de los asistentes. El presidente de la Diputación de León, su homólogo en el Consejo Comarcal, el alcalde pedáneo y el de Torre, e incluso vecinas que quisieron leer alguna parte de su libro o la berciana Ainhoa Prieto, que pudo asistir a la presentación en una de esas pausas que le permiten sus cinco enfermedades raras con las que sigue luchando. 


La próxima presentación ya está marcada para el 8 de diciembre a las 18:00 horas en la sede de la Fundación Cultura Minera de Torre. Pero le gustaría organizar un acto cultural y solidario mucho más amplio que tiene en la cabeza y espera sacar en breve.


Ahora lo que quiere es seguir trabajando con sus libros, el próximo, ya lo plantea con un tono más optimista y de él adelanta que llevará el título de Amanecer.

Lo más leído