Este fin de semana, la pequeña localidad de Cobrana, en Congosto, se convirtió en escenario de un emotivo encuentro musical que reunió a más de un centenar de personas y a numerosos colaboradores de la 'fila cero'. El objetivo: recaudar fondos para los pueblos bercianos afectados por los devastadores incendios del pasado verano.
La cita comenzó con una frase que sintetizó el sentimiento colectivo: "El Bierzo arde aún en nuestra memoria". Una memoria que, como se recordó desde el escenario, no solo guarda el recuerdo de montes y aldeas arrasadas, sino también de raíces, paisajes y recuerdos de infancia que parecían eternos.
La asociación La Nogal, impulsora del evento, quiso que la música fuese el puente entre el dolor y la esperanza. "Cada acorde fue memoria de lo perdido, cada voz un eco de quienes se levantan, y cada nota, un grito de ilusión hacia el futuro", destacaron los organizadores.
El concierto estuvo protagonizado por José Ángel Mallada, Carlos Attadía, Miguel Ángel Cabero, Denise Silva y Diego Bello, quienes llenaron de emoción el recinto con su talento y compromiso.
Además de música, el evento incluyó espacio para la poesía, con versos que evocaron el dolor de los incendios y la resiliencia del pueblo berciano: "Nadie mira la luna naranja, solo el fuego alrededor. Nadie ve el cielo negro… solo se espera el amanecer como a la lluvia y ninguno llega".
Más que un acto cultural, la velada se convirtió en un clamor colectivo. "Este concierto también es un gesto de reclamo, para que esta tragedia no la volvamos a llorar los próximos veranos. Nuestra tierra merece cuidados, protección y no abandono", se proclamó con fuerza.
Toda la recaudación será destinada íntegramente a los pueblos del Bierzo afectados, en un gesto que busca mantener viva la memoria y la solidaridad. El acto concluyó con versos de Antonio Machado, que resonaron como un mensaje de esperanza compartida:
"Late, corazón. No todo se lo ha tragado la tierra".