Los aranceles de Trump ponen contra las cuerdas a Roldán

CCOO no augura el cierre pero sí se podrán poner sobre la mesa medidas laborales y pide un plan para poder reflotarla

03/09/2025
 Actualizado a 03/09/2025
Reunión de la sección sindical Intercentros del Grupo Acerinox, celebrada en Ponferrada. | MAR IGLESIAS
Reunión de la sección sindical Intercentros del Grupo Acerinox, celebrada en Ponferrada. | MAR IGLESIAS

Son los aranceles los que están poniendo contra las cuerdas a la acerera Roldán, el mismo problema que afecta al conjunto del sector con “aranceles del 50 % que son insoportables”, apuntó José Manuel Casado López, responsable del Área de Estrategias Industriales de CCOO tras la reunión de la sección sindical Intercentros del Grupo Acerinox, celebrada en Ponferrada. De todos modos, quiso dejar claro que el cierre de Roldán no está sobre la mesa, pese a que la empresa acaba de comunicar a los sindicatos su intención de realizar una modificación sustancial de las condiciones laborales.

El delegado de CCOO en Roldán, Felipe Fernández, recalcó que no se van a negociar salidas traumáticas, recortes en los derechos de los empleados ni el cierre de la factoría, algo que la parte social no contempla.

Apunta que desde febrero se han celebrado numerosas reuniones, reconoce Fernández, pero hasta ahora solo se ha concretado un ERTE que se activa o desactiva en función de las fluctuaciones de los pedidos. Ahora, esta medida “conllevará reajustes de calendario”, aunque de momento únicamente se ha pedido la constitución de la mesa de negociación en un plazo de 7 días y 15 para negociar lo que se plantee, que por ahora no se ha detallado.

Fernández aboga por la prudencia, aunque reconoce que la productividad está al 50 % de lo que estaba y “hay que tomar medidas”. Subraya que Roldán es “la segunda firma del grupo, un icono en la provincia, con 70 años de historia”, y que lo que se necesita es modernizarla, pero nunca cerrarla. Una idea que comparte con Casado “no vamos a permitir que la empresa haga mermar las condiciones de las personas que trabajamos aquí”.

La situación actual de la empresa pasa por su inclusión en un ERTE que culmina a finales de este mes, con daños que se arrastran desde las políticas arancelarias de Trump y de la extrema derecha, algo que Casado considera que Europa debe afrontar “sin esperar a ponernos camisetas tras los cierres, porque en ese momento ya lo hemos perdido”. Reclama que la UE actúe con rapidez “porque Estados Unidos es solo un país y nosotros somos 17” para “poder defendernos”.

Fernández reconoce que las circunstancias del mercado han cambiado y que “el grupo tiene que rediseñarse para adaptarse a los nuevos tiempos”. “Tenemos que atajar el cáncer antes de que tenga metástasis, y nosotros estamos para hacer la quimio”, señaló, en referencia a medidas que eviten costes sociales y salariales.

El grupo afronta problemas sobre todo en Algeciras y Ponferrada, pero no en Gabá, donde “van como un tiro” y hasta contratan personal. “Es un respiro para todo el grupo”, apunta Fernández. En cambio, en Roldán se habla de reestructuración. Por eso, desde la parte social se reclama “saber lo que pasa realmente y no lo que nos dicen que está pasando”. Asumen que hay que actuar, “pero no sabemos hasta dónde debemos llegar”. Hasta que la empresa presente una propuesta, añaden, no habrá respuesta definitiva: “no queremos especular para tranquilizar a los trabajadores, pero vamos a estar aquí día y noche haciendo lo que haga falta para evitar la pérdida de empleo”.

La dirección ha visitado la planta en las últimas semanas, asegura Fernández, “y será para hacer algún cambio”, aunque se desconocen los detalles de esas conversaciones. Pide calma para que, en 22 días, se pueda alcanzar un acuerdo.

El sindicalista reconoce su preocupación por el futuro de las 380 familias que dependen de Roldán. El ERTE vigente finaliza este mes y hasta entonces la empresa puede “quitar o poner en ERTE” a los empleados con 48 horas de antelación. “Intentaremos aplicar medidas positivas en todos los centros”, insistió, alejando la posibilidad del cierre. “La empresa lo ha usado en algún momento para meter miedo, pero Roldán tiene suficiente prestigio para mantenerse. Se están haciendo productos nuevos con industria vieja”, destacó, antes de concluir que es momento de “agarrar el toro por los cuernos y defender la empresa”.

Por su parte, Miguel Brezmes, secretario del sector en CCOO en Castilla y León, admitió que la situación de Roldán “no es buena” porque “no hay una carga de trabajo” suficiente para mantener un funcionamiento normal. Subrayó que “lo negativo viene de fuera, aquí se trabaja bien”, aunque la inestabilidad del mercado y los aranceles pesan en el resultado. Fijó como línea roja que “no haya salidas traumáticas” y reclamó un plan industrial de futuro para la factoría berciana. “No nos vale que se nos diga que no hay nada que hacer, son casi 400 familias que viven de ella”, apuntó. Lanza un mensaje de “tranquilidad, no de optimismo”, pero avisa: “si la dirección quiere negociar medidas, ahí nos va a encontrar”.

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