A la cumbre del Muxivén

La ruta propuesta alcanza la cumbre del Pico Muxivén desde la braña de Robles de Laciana, iniciándose el recorrido en la desconocida Laguna del Castro

Francisco A. Ferrero
07/10/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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La ruta se inicia en la Laguna del Castro. Tiene alrededor de 1,5 hectáreas y un volumen de agua bastante estable a lo largo de todo el año, incluso en los años más secos. Ocupa una pequeña depresión entre dos morrenas del glaciar de Lumajo, cuando largas lenguas glaciales interconectadas descendían por los alargados valles de la cabecera del Sil hace unos 35.000 años.

La regresión y posterior desaparición de los glaciales, dejaron esta laguna residual colgada sobre la cara norte del afilado monte de El Castro, que flanquea el pueblo minero de Villaseca de Laciana, situado en la confluencia del arroyo de La Mozarra con el poderoso río Sil, embalsado un poco más arriba en la presa de Villaseca. Desde la laguna, un hermoso sendero la bordea y nos acerca, entre robles y escobas, a la cumbre del monte de El Castro situada a tan sólo 800 metros de distancia. Esta atalaya natural, ubicada a una cota cercana a la 1350 metros sobre el precipicio del monte que cae afilado hacia el caserío de Villaseca, nos ensimisma con unas inigualables panorámicas hacia estos valles precantábricos declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco desde el año 2003. Sorprende que todavía conserven sus valores naturales a pesar de las cicatrices mineras del pasado reciente.

Abandonada la artesa glacial, el ancho camino continúa alejándose en dirección noroeste hacia la Braña de Robles, uno de los muchos territorios oseros de Laciana. Durante el recorrido se presenta permanentemente sobre nuestro horizonte la mole de Muxivén. En la braña de Robles veremos vacadas que pastorean las praderías que circuyen el arroyo de la Braña, ocupadas por cabañas dispersas construidas en piedra y madera, hoy reconvertidas en viviendas de uso ocasional. Unos pastos de ancestral uso ganadero donde también tuvo actividad minera, como la atestiguan antiguas galerías y escombreras que podemos ver durante el recorrido.

El grupo Lumajo tuvo labores desde 1922 en la Braña de Robles; durante 1940-1950 se inauguraron nuevas instalaciones que ocuparon terrenos propios del sur de Lumajo, Robles y Villaseca de Laciana, aunque las infraestructuras más recientes son de los año 80.

Una peculiaridad del grupo Lumajo era la existencia de carbón de antracita, único de la cuenca de Villablino. Entre Villaseca y Lumajo se conserva una importante infraestructuraminera y ferroviaria que quiere ponerse en valor a través de iniciativas de empresarios locales con el apoyo del ayuntamiento de Villablino.

Hay que remontar la braña hasta su cabecera, en el paraje de El Fontanón donde mana la fuente de Los Carrizales. Una vez terminada la pista al pie de una moderna cabaña ganadera (mosqueiro) y un potro de herrar, el camino se convierte en un sendero que asciende hasta el collado situado entre Chana Redonda y Los Corros, a 1624 m snm, donde se intercepta una amplia pista minera que llega hasta las antiguas explotaciones del Grupo de Sosas. A escasos 280 metros de caminar por la ancha pista minera, cogemos otro camino a la derecha hasta alcanzar el paraje de Chameras, donde se sitúa otra moderna cabaña ganadera abandonada que dispone de una fuente con pilón. Desde aquí, ya a la cota 1652 m snm, se intuye un hollado sendero que serpentea entre matas rastreras de brezo y abedul hasta un collado debajo de la cumbre de La Bobia (a 1916 msnm).

Desde aquí hasta la cumbre hay menos de 800 metros, que haremos cresteando por un afilado cordal desnudo y cortante entre bloques de cuarcita, y que nos transmite cierta peligrosidad con presencia de nieve o hielo. En agosto, las pequeñas islas herbáceas que asoman entre los bloques de cuarcita están llenas de arandaneras cuyo fruto, el arándano, nos porporcionará más energía que cualquier otro producto refinado que llevemos en nuestra mochila. Alcanzamos primero el Muxivén norte, a 2023 m snm, y unos metros más adelante, el Muxivén sur, que dispone de un vértice geodésico y un buzón cimero a la cota 2027. El macizo del Muxivén marca el límite con Robles de Laciana, siendo la cumbre interna más alta de la comarca de Laciana, ya que el cercano Cornón (2188 m snm) es el punto más alto compartido con el vecino concejo de Somiedo, separando las provincias de León y Asturias; y el Nevadín (2177 m snm)está en la divisoria con los términos de Palacios de Sil.

El Muxivén es una cumbre de contrastes. La cara este se desploma casi vertical, en ocasiones extraplomada, hacia el valle de Lumajo formando escarpes de durísimas areniscas y cuarcitas, bajo las cuales podemos ver grandes acumulaciones de piedra de tamaño heterogéneo que se precipitan a favor de la pendiente. Se conocen bajo el nombre de pedrizas, gleras, lleras o cheras, algunas formando verdaderos glaciales rocosos considerados como puntos de interés geológico del Alto Sil. La cara oeste, en cambio, por donde hemos ascendido, está poco erosionada y resulta suave y apacible. Desde la cumbre, el Muxivén parece inmutable, blindado por las férreas rocas que forman su matriz. Su porte aislado, y los magníficos derrubios que presenta en su cara E, hacen que el Muxivén se muestre inconfundible en la distancia frente a otras montañas de iguales dimensiones. La etimología de su sonoro nombre (Muxivén, también Muxavén) es un enigma, aunque parece derivarse de la lengua vernácula de la montaña occidental astur-leonesa que es conocida popularmente como ‘patsuezu’, una variante local del asturleonés que se caracteriza por el uso de la «ché vaqueira», en sustitución de la ‘l’, tradicionalmente representada con la grafía «ts» (Laciana=Tsaciana, Laguna=Tsaguna).

Otra peculiariedad del patsuezues eluso abundante de la letra «x», que se hace sonar mediante un sonido fricativo palatal sordo, así como otras singularidades fonéticas que llaman poderosamente la atención al escuchante atento. Todo ello, convierte a Laciana en la zona que mejor conserva este dialecto vernáculo, propio de los vaqueiros.

Durante la fase de descenso desde la cumbre, se observa el caserío alargado de Lumajo (Tsumaxu en patsuezu) paralelo a la margen izquierda del arroyo de Mozarra. Lumajo es el pueblo más alto de Laciana (situado entre las cotas 1300 a 1400 msnm). Fue un enclave ganadero cuyos vecinos eran conocidos con el gentilicio de vaqueiros. La tradición oral dice que el pueblo estaba en lo que hoy son las ruinas de la Braña de El Navariego. Los vaqueiros siempre fueron un grupo social diferenciado que mantuvo tensas relaciones tanto con los que no pertenecían a sus grupos (conocidos como xaldos) como con los somedanos y otros habitantes de la montaña cantábrica.

Según el diccionario de Pascual Madoz (1845-1850), «Lumajo pertenecía al Partido Judicial de Murias de Paredes, diócesis de Oviedo, arcipestrazgo de Laceana y ayuntamiento de Villablino. Se sitúa en terreno desigual; combátele todos los vientos y con especialidad en del norte; su clima es frío y sus enfermedades más comunes son pulmonías y reumas. Tiene 30 casas, escuela de primeras letras por temporada con una dotación de 200 reales, a la queasisten 16 niños. La población es de 28 vecinos y 120 almas. Iglesia parroquial de Santa María de la Magdalena servida de un cura de ingreso y patronato laical. Tiene 2 ermitas, una en la población dedicada a San Antonio, y otra a ½ legua al Santísimo Cristo. El terreno es de inferior calidad, y las fertilizan las aguas del arroyo de Almozarra. Produce centeno, patatas, algunas legumbres y buenos y abundantes pastos».

Lumajo hoy tiene unos 24 habitantes todo el año. Perteneceal Ayuntamiento de Villablino y se encuentraa tan solo 5 kilómetros de Villaseca de Laciana remontando el arroyo de La Mozarra. Antes de llegar a Lumajo, el arroyo, modesto en verano pero caudaloso y enérgico tras la fusión de las nieves y las lluvias de primavera, discurre por el fondo del valle hasta precipitarse por un profundo tajo de unos veinte metros de altura, formando una hermosa cascada visible desde la propia carretera.

Desde la perspectiva geológica, el valle de Lumajo está en los límites entre la Zona Cantábrica (al este) y la zona Asturoccidental Leonesa (al oeste). En la primera predominan los sustratos calizos (calizas y dolomías), representados también en Lumajo. En la segunda, los terrenos silíceos (cuarcitas, pizarras, areniscas y capas de edad carbonífera). Todos los materiales son de edad Paleozoica y fueron formados durante la orogenia Hercínica, rejuvenecidos posteriormente durante la Orogenia Alpina, hace unos 50 millones de años, que levantó la Cordillera Cantábrica.

Durante el recorrido se localizan trincheras, parapetos y refugios construidos durante la guerra civil española. En la contienda bélica, Lumajo quedo en la divisoria del sector Norte, republicano, y el Sur, los sublevados, separados por una línea de frente entre las posiciones del Muxivén y el Pozeirón. Los primeros construyeron trincheras y parapetos que todavía son visibles en las laderas y cumbre de Chana Redonda, parajes que han quedado recogidos en la toponimia (Los Parapetos); los segundos, permanecieron acantonados en el pueblo de Lumajo. Desde la cumbre del Muxivén descendemos a través de un sendero desdibujado que sigue la cresta del monte, hasta alcanzar una pista forestal que recoge un manantial situado bajo con una glera a media ladera sobre la cara sur. Alcanzando el extremo de la pista, a tan solo 750 metros llegamos de nuevo a la Braña de Robles por la margen opuesta a la de ascenso.
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