El arte como compromiso activo

Sara Potxemutxka se define como activista y artivista, aspectos que, mas allá de sus propias exposiciones, la han llevado a participar en numerosos eventos

Mercedes G. Rojo
31/03/2020
 Actualizado a 31/03/2020
Ilustración de la artista leonesa.
Ilustración de la artista leonesa.
El arte contribuye a que (…) el espectador (…) observe y medite sobre su presente, su futuro, y el del mundo que le rodea». (Sara Potxemutxka. Artista multidisciplinar).

Sara Potxemutxka (Sara Álvarez Tomé. León, 1987) es una leonesa, licenciada en la Facultad de Bellas Artes del País Vasco. Tras nueve años de ausencia, los que le llevó su carrera y algunos más de un camino que no consiguió encontrar, volvió a su ciudad natal para, al fin, convertirse en uno de esos ejemplos que nos demuestran que también desde «provincias» se puede crear y alcanzar una proyección externa. Artista interdisciplinar, su obra muestra «vídeo-arte, pintura, dibujo con variedad enorme de técnicas gráficas, escultura objetual con intervenciones de otras artes plásticas, fotografía narrativa, performance o proyectos didácticos propios» trabajados de forma poco convencional, en el que tienen cabida todas las técnicas y estilos, pues es una creadora camaleónica que va discurriendo por los caminos del arte respondiendo a su innata curiosidad. Tanto sus exposiciones individuales como las numerosas colectivas en las que ha participado, muestran a veces un carácter crítico que responde a ese carácter que impulsa continuamente a la artista a cuestionarse todo (de ahí «Potxemutxka», término ruso –escrito por ella a lo vasco–, inspirado en el personaje de un cuento infantil que preguntaba mucho sin llegar a sentirse nunca satisfecho con las explicaciones recibidas).

Por ese carácter de curiosidad innata y porque está convencida de la importancia de la presencia del arte en la vida del ser humano («El arte contribuye a que la humanidad se reconozca a si misma y visualice su historia, fomenta que el espectador se detenga y contemple, que observe y medite sobre su presente, su futuro, y el del mundo que le rodea. Que nunca falte arte», dice en algún momento), Sara se define también como activista y artivista, aspectos que más allá de sus propias exposiciones individuales y colectivas, la han llevado a participar en numerosos eventos y performances críticas junto a diversidad de colectivos. Así mismo, su trayectoria profesional está ocupada por «actividades de aprendizaje» que ido creando para acercar al alumnado de diferentes edades diversas posibilidades, tanto en relación con el arte como de conocimiento propio. Dentro de ese activismo, hay un trabajo importante encaminado hacia la Igualdad, necesaria también en el arte, un trabajo de visibilización pero también de experimentación, en el que podemos encontrar trabajos como el Calendario 2018 ‘365 Días por la Igualdad’, de tirada nacional, realizado para el Instituto de la Mujer; o el Calendario ‘Tiempo de Mujeres, Mujeres en el Tiempo, 2016’, dedicado a mujeres científicas desde el sindicato docente STES Intersindical, que recorrió muchas de las escuelas de nuestro país. También el proyecto ‘El arte y su media historia. Conciencia política y social de mujeres artistas’, una ponencia -acompañada de interesante acción artística- creada junto a Isabel Alonso, para «tratar de desgranar el contexto de desigualdad que sufren la mayoría de personas dentro del campo artístico»; o el taller ‘Sin maquillaje’, proyecto didáctico que nos acerca, de forma práctica, a doce artistas femeninas, introduciéndonos en el entendimiento de cómo trabajan y relacionándolas con el país de origen y/o el entorno de las mismas; doce mujeres, doce formas de crear. La última acción realizada (este mismo mes de marzo en el Musac) la perfomance ‘Ya’, trataba de mostrar lo que de vital tienen los feminismos para la sociedad, a través de cinco acciones en las que algunas de las obras de la Colección del Musac relacionadas con temáticas de género, identidad y feminismos, dialogan en estrecha relación con otras tantas experiencias personales o facetas de la vida de la artista. Sara Potxemutxka, practica además las facetas de retratista, pintora por encargo, ilustradora (tanto de proyectos gráficos, como de patronaje textil; en este campo es además miembro también del colectivo de ilustradores PiLA el que ya hemos hablado en otras ocasiones) o creadora de escenografía, entre otras. Ha participado, como protagonista de su propia biografía en el largometraje ‘Inside-Outside’, un ejemplo de cómo su obra y metodología pueden ser referentes para otros creadores. Y también desde León, aunque con gran proyección exterior, ha participado como actriz en el proyecto artístico dirigido por Isabel Medarde y producido por Bambara Zinema ‘La espiral maravillosa’, un largometraje con diversos cortos, al que ya nos hemos referido en anteriores ocasiones.

En unos momentos de crisis sanitaria que nos obliga al confinamiento, en los que el arte nos está ayudando a sobrellevarlo con más paciencia, e incluso con más de una sonrisa, quiero terminar este artículo con unas palabras suyas:

«Te encierras… te estás encerrando, sabes que en el interior de tu propia jaula no existe más que tu mente. ¡Funciona! ¡Despierta!… Tienes que crear… inventar… ser útil para la sociedad».

Y es que, efectivamente, el arte no es inútil, el arte nos hace más humanos, y nos ayuda a entender y a respetar a los demás. Nos ayuda a crecer como personas.
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