El 100 nos espera

El Ágora de la Poesía de León celebra este viernes por la tarde la número 100 de sus citas mensuales abiertas en el anfiteatro de la plaza de San Marcos, donde se descubrirá una placa que recuerde que allí vive el ágora

Fulgencio Fernández
24/09/2021
 Actualizado a 24/09/2021
El ágora de la poesía (2013-2021) cien viernes de palabras libres. | NEMONIO ALLER
El ágora de la poesía (2013-2021) cien viernes de palabras libres. | NEMONIO ALLER
Érase una vez en un lugar, sin saber por qué se empezaron a recitar versos…». Érase el 31 de mayo del año 2013. Viernes, el último del mes. El lugar el anfiteatro de la plaza de San Marcos. Los poetas, quien quisiera sumarse, por ejemplo, allí estaba Lydia Franco, agorera donde las haya.

Érase la número 1 de las celebraciones del Ágora de la poesía de León, bajo un solo mandamiento, que es el que se mantiene vivo: «Donde la poesía no compite... se comparte».
«Érase (más bien será) una vez, en un lugar, sin saber por qué se siguen recitando versos». Érase (más bien será) el 24 de septiembre de 2021 (a las 20.30 horas). Viernes, el último del mes. El lugar el anfiteatro de la plaza de San Marcos. Los poetas, quien quisiera sumarse, por ejemplo, allí estará Lydia Franco, agorera donde las haya.

Érase (más bien será) el número 100 de las celebraciones del Ágora de la poesía de León, bajo un solo mandamiento, que es el que se mantiene vivo:«Donde la poesía no compite... se comparte».

Han pasado desde aquel mayo de 2013 a este septiembre de 2021 hasta 100 últimos viernes de mes, hasta 100 celebraciones de la palabra en libertad, hasta 100 recitales abiertos a quien quiera decir algo, abiertos a una ciudad que, extrañamente para ella, ha acogido a sus poetas, tantas veces anónimos.

Es un número redondo y a él nos convocan, sin nombres detrás, con las puertas abiertas: «Ya llegó, redondo y perfecto, el Ágora 100, con un estado de salud más que óptimo!! Tenemos el placer de anunciar que se colocará una placa conmemorativa de dicho encuentro (realizada con diligencia por la escuela de artes y oficios de León, a instancia del Ayuntamiento de León) que perdurará a través del tiempo y recordarátodos los que pasamos por allí, pasaron y pasarán, además de a nuestro querido Caminante, que si la viese, ‘reverencia hacer’ con su sombrero y su arte de torero. Será un encuentro muy especial donde como cualquier celebración, la fiesta está asegurado además de los versos que allí se reciten».

Guarda la convocatorio un guiño para quien no podrá estar, como tampoco podrá el entrañable Toño Morala, aquel que desde Mansilla no faltaba a las primeras celebraciones y así nos lo contaba a otro agorero, Juan Campal, en una entrevista en La Nueva Crónica: «Para rememorar aquella mi primera asistencia al Ágora de la Poesía en que hubo de protegerme de la lluvia y sujetarme el papel que mi temblor me impedía leer, mantenemos esta charla paseando bajo un paraguas de amistad y un aguacero de complicidades. Una suerte este Hombre, este Obrero, este Poeta, este único Toño Morala…».

El ágora siguió creciendo.«Con una curiosidad: en los treinta y tres que se han celebrado (entonces) siempre ha habido nuevas personas que han leído sus versos y gente que va por primera vez y quedan para formar parte de un encuentro recurrente en el que nadie permanece y, sin embargo, volvemos una y otra vez para decir y escucharnos», contaban en Tam Tam Press. Ése era el sello. Ir, conocer, disfrutar, y volver.

Aunque nunca faltan palos en las ruedas, los hubo pero se rompió el palo, no la rueda. Lo contaban en Ileón dos viernes antes, en el XXXI: «Porque no pueden poner esta acto colectivo al servicio de una organización, o porque consideran que para ellos a poesía es élite, selección de textos y poetas y no ven lo colectivo: XXXI Ágora de la poesía. En Ileon:«Quien siembra poesía recoge anhelos de libertad. Quien siembra poesía es capaz de respirar los sueños. Somos ágora, cada cual una semilla».

Y nos lo recuerdan al convocar un nuevo ágora, el 100, y anunciar un nuevo libro, el cuarto (que este sábado se presenta (a las 13 horas en el patio interior del restaurante El Lápiz) «El Ágora no es un grupo, ni organización, ni una asociación, es un encuentro de poetas que leen un poemaque van a escuchar a otros, y otras muchas que se deleitan al oír los versos lanzados al viento. Donde no hay puertas ni ventanas, nadie entra o sale, ¡está!, y se hace haga calor, llueva o nieve».

-A cien Ágoras por banda, cien poetas. Cien caminos...
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