Editar para visibilizar el talento de escritores noveles y consagrados

Lectora insaciable, escritora incontenible, enamorada de los libros, Felicitas Rebaque une ahora a estas facetas la aventura de la edición a la que llega de la mano de la Editorial Fleming y de su fundador Juan Re Crivello

Mercedes G. Rojo
18/08/2020
 Actualizado a 18/08/2020
La autora y editora vallisoletana de raíces leonesas y portada de una de sus publicaciones y del blog. | MAURICIO PEÑA
La autora y editora vallisoletana de raíces leonesas y portada de una de sus publicaciones y del blog. | MAURICIO PEÑA
«... me impuse ‘traerme’ a escritoras y escritores leoneses como colaboradores, sabiendo que aportaban, con sus contribuciones quincenales, calidad y consistencia al blog...»
(Felicitas Rebaque.  De Editorial Fleming

De raíces leonesas (su propio apellido lo delata), en concreto de la zona de La Bañeza, por azares de la vida y del trabajo paterno nació en una localidad vallisoletana, desde donde años después llegó un día, por casualidad, a la comarca leonesa de Luna y Babia, de la que se enamoró y en la que –ella dice– nació, ya para siempre, a la vida literaria. Hablamos de Felicitas Rebaque (Tudela de Duero, 1955) quien, tras dicha incursión en las letras (en esta comarca dio a luz su libro ‘El latido del agua’, del que en apenas un par de semanas tendremos disponible una nueva reedición, rescatado por la editorial LXL), no ha parado de escribir, de publicar y de participar activamente en la vida literaria de nuestra provincia gracias a que continuó en nuestra ciudad con su trabajo, instalándose definitivamente en ella hasta tal punto que es difícil imaginar que no pertenezca a la misma. Y es que ya dice el refrán «uno no es de donde nace sino de donde pace», aunque Felicitas, fiel a su forma de ser, no renuncie a ninguno de los dos lugares, el de nacencia y el de presencia.

Esta activa mujer se define a sí misma, en relación con los libros, como una persona «voraz y apasionada» que desde niña ha devorado cuanto libro caía en sus manos, hasta el punto de que, aún hoy en día, cada vez que pisa una librería o una biblioteca suele acometerla el agobio de pensar «me va a ser imposible leer todo lo que me gustaría», tantos y tantos libros que constituyen su pasión, que conforman su tesoro y de los cuales le cuesta desprenderse a pesar de considerarse una persona «nada apegada a las cosas materiales, no me cuesta deprenderme de ellas, excepto de los libros».

Lectora insaciable, escritora incontenible, enamorada de los libros, une ahora a estas facetas la aventura de la edición a la que llega de la mano de la Editorial Fleming (Vilanova i la Geltru, Barcelona. 2018) y de su fundador, Juan Re Crivello, incorporándose a un equipo con el que comparte no solo las tareas editoriales propiamente dichas, también el proyecto Masticadores de Letras, una serie de blogs ideados también por Crivello «con la intención de proporcionar una plataforma desde la que editar y dar visibilidad a autores a quienes les costaba encontrar salida a sus producciones»; aunque, nos cuenta, no es éste su primer escarceo editorial, pues ya hace algunos años, al comenzar su andadura por estos mundos literarios, ya hubo un primer intento de crear una editorial de la mano de otros compañeros escritores, intento que quedaría relegado al olvido. «Estoy formando parte de Fleming porque me gustó su ideario que coincidía con lo que yo deseo y busco, como escritora, en una editorial: que su prioridad sea la ayudar a los escritores y facilitar la edición de sus libros, dejando las ganancias empresariales en un segundo plano, es decir, que no prime el negocio. Está claro que para que una empresa funcione se busca rentabilidad y comercialidad, pero en el caso de Fleming, no es su objetivo principal, y eso me gustó»; así justifica Felicitas Rebaque esta nueva aventura a la que se ha incorporado, en un equipo de cinco socios en el que es la única mujer y donde prima la profesionalidad y la responsabilidad de todos sus miembros. Como adjunta de dirección, además de diferentes tareas como la captación de escritores, la recepción y lectura de manuscritos, la corrección, la maquetación, o la distribución, promoción y difusión en las redes sociales, que comparte con el resto del equipo, nuestra protagonista gestiona el listado y las fechas de salida de las publicaciones y organiza el Premio de Relatos Masticadores de Letras, además de compartir con Juan Re Crivello la edición del blog de Masticadores España.Esta joven editorial descansa su línea de trabajo en combinar publicaciones de escritores tanto experimentados como noveles, sin encorsetarse de momento en estilos o colecciones, aunque pretende llegar a todos los ámbitos siempre con el objetivo principal de mimar la relación con el autor, procurando siempre «llegar a un acuerdo que satisfaga a las dos partes» en un proceso en el que «escritor y editorial estamos juntos». En ese camino la distribución de la obra suele ser «un aspecto muy complicado y el caballo de batalla editorial», y desde Fleming se hacen cargo directamente de dicha distribución, con el apoyo logístico de diferentes plataformas que les dan «la infraestructura de impresión y logística, que necesitamos para distribuir los libros y hacerlos llegar a librerías, y grandes superficies (…) en España y en cualquier lugar del mundo», apoyándose principalmente en las redes para la visualización de la obra, especialmente a través de la herramienta cultural de promoción que suponen los catorce formatos de Masticadores de Letras, repartidos por otros tantos países, a los que los títulos editados por ellos pueden llegar a través de la edición a demanda, con la que apoyan la distribución de sus publicados. Entusiasta de todo lo que hace, comenzando con su propia faceta profesional en la que es necesario un elevado grado vocacional para enfrentarse a situaciones a veces muy complicadas, como lo ha sido esta pandemia que a ella ya la ha pillado jubilada y que ha puesto en jaque la importancia del personal sanitario en nuestras vidas, también considera imprescindible «la pasión y el entusiasmo por lo que haces» en este para ella nuevo mundo editorial en que se ha metido, un mundo en el «no valen los horarios, hay que invertir muchas horas, a veces robándolas al sueño» y en el que hasta se sacrifican las propias horas de ocio, algo que, dice, hay que estar dispuesta a hacer si quieres sacar adelante ese proyecto en el que te has comprometido y en el que considera esencial una máxima aprendida desde joven, la de «si lo puedes hacer perfecto no te conformes con hacerlo bien». Y en ello está dentro de la nueva tarea editorial emprendida, una tarea –como todas– con sus luces y sus sombras, sus momentos complicados y sus satisfacciones. Entre los primeros señala, por ejemplo, el momento en que la «empresa», que comenzó con la participación de ocho socios, pasó a contar con cinco personas que se vieron obligadas a reestructurar las funciones y tareas necesarias para gestionar, de nuevo y adecuadamente, un trabajo que recae no solamente en la editorial propiamente dicha sino también en la edición de nada más y nada menos que la friolera de catorce blog de Masticadores que editan a lo largo y ancho de diversos países, entre ellos, claro está, España. Y, dentro de esas luces que motivan día a día a quienes se meten a editores a continuar con su tarea, considera primordial la satisfacción y la confianza mostrada por sus autores y que se manifiestan en circunstancias como las más de ciento cincuenta mil visitas tenidas en apenas un año en esos blogs de Masticadores de Letras, o en esos cerca de cien títulos que están cerca de publicar en torno a treinta y dos autores; una trayectoria que en lo relativo a la parte más tradicional, la del libro físico –tal como nos han ido comentando quienes por aquí han ido pasando en estas semanas– se ha visto gravemente afectada por la pandemia y sus consecuencias de confinamiento, lo que ha obligado a un prolongado e importante parón del sector. Aún así, tampoco ella pierde la confianza en que todos esos proyectos que quedaron en el aire se puedan ir retomando y relanzando poco a poco, al menos muchos de ellos, si no todos. Mientras tanto desde la editorial han tratado de solventar la situación con nuevas fórmulas «para intentar salvar los muebles», apoyadas en la utilización de internet y las plataformas digitales, algo en lo que están bastante familiarizados gracias a su trabajo a través de Masticadores, pero que de ningún modo pueden sustituir lo que significa la presencia física tanto del libro como de quien detenta su autoría. A Felicitas Rebaque, quien ha unido ahora a su presencia literaria en la ciudad, como autora, como narradora, como promotora de actividades culturales, la de editora, sintiéndose en gran medida deudora de toda la tradición literaria leonesa, no le duelen prendas a la hora de reclamarle «a las instituciones más apoyo y más ayudas a las editoriales y a los autores leoneses», a quienes, a través de «grupos culturales, asociaciones privadas y personas, como animadores culturales que se implican a fondo con la literatura y la cultura en general» visibilizan nuestra literatura muy por encima de lo que lo hacen las instituciones públicas a lo largo de toda la provincia, aunque no por ello deja de resaltar, quizá como excepción, el gran apoyo de las bibliotecas de la ciudad, especialmente las Bibliotecas Municipales y la Biblioteca Pública. Y en ese apoyo propone como sugerencia, por ejemplo, un stand institucional en las diversas Ferias del Libro y otros encuentros similares, donde se dé presencia a los libros de autoría leonesa, potenciando también la presencia de sus protagonistas.

Para concluir esta aproximación a la figura de Felicitas Rebaque en su relativamente recién estrenada faceta de editora, lo hacemos de la mano de los proyectos que le gustaría ver cumplidos en los próximos meses, si la situación sanitaria nos lo permite, «mantener nuestros objetivos y celebrar nuestro segundo Sant Jordi en abril del 2021 (…) Seguir ampliando nuestra presencia en Ferias del Libro de otras ciudades y entregar el II Premio de Literatura Masticadores», unos objetivos en los que –sabemos de muy buena tinta– está incluida la presencia de obras escritas desde nuestras tierras; y es que considera que si a lo largo de su historia León ha parido grandes escritores, en los últimos años esa creación literaria se ha vuelto espectacular, una creación en la que resalta el papel de jóvenes promesas que ya despuntan y a quienes les augura una gran trayectoria.
En su caso está orgullosa de «barrer para casa», un proceso que comenzó incluyendo a una serie de escritores y escritoras leoneses como colaboradores en el blog de Masticadores España «sabiendo que aportaban, con sus contribuciones quincenales, calidad y consistencia al blog, además de ofrecerles la oportunidad de dar a conocer su buen hacer y visibilizar su obra más allá de las lindes de la provincia, ya que los blogs de Masticadores tienen seguidores en todo el mundo», una satisfacción que en el futuro le gustaría que llegara a concretarse «en una línea de edición de autores leoneses».
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