Dos parameses que buscan en el CERN entender el universo

Andrea Trapote, de Zotes, y Alejandro Soto, de San Adrián del Valle, investigan en profundidad la materia para la Universidad de Oviedo

Alejandro Rodríguez
07/11/2022
 Actualizado a 07/11/2022
Alejandro Soto Rodríguez y Andrea Trapote Fernández posando frente a la entrada del CERN. | L.N.C.
Alejandro Soto Rodríguez y Andrea Trapote Fernández posando frente a la entrada del CERN. | L.N.C.
El Páramo leonés es tierra propicia para generar buenos cultivos, pero también es tierra de grandes talentos. Muestra de ello son dos jóvenes, Andrea Trapote Fernández, de 25 años de edad y natural de Zotes del Páramo, y Alejandro Soto Rodríguez, de 24 años y ‘paisano’ de San Adrián del Valle. Ambos son investigadores predoctorales del grupo de Física Experimental de Altas Energías de la Universidad de Oviedo donde participan en uno de los grandes experimentos que se realizan en el CERN.

Quizás para muchos conocido, pero otros dirán... ¿qué es el CERN? Pues es algo que sabe explicar con todo ápice de detalle Andrea después de numerosas charlas divulgativas para dar a conocer su labor. «El CERN (La Organización Europea para la Investigación Nuclear) es una organización internacional en la que colaboran físicos, informáticos, químicos, ingenieros, etc. de más de 30 países. Es como la NASA, pero de física de partículas», explica. Profundizando en el asunto, señala que «esta organización se creó para llevar a cabo un proyecto muy importante: el acelerador de partículas más grande del mundo, el LHC, con una circunferencia de 27 kilómetros a 100 metros bajo tierra en la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra».

Sobre el funcionamiento del LHC, Andrea detalla que «en él se aceleran partículas (protones) hasta casi la velocidad de la luz para hacerlas chocar a una energía tan grande que se rompen en cachitos tan chiquititos que puedan reproducir lo que se produjo en el ‘Big Bang’ (origen del universo)». «Con esto intentamos responder las grandes incógnitas del universo: ¿de qué está hecha la materia oscura? ¿por qué hay más materia que antimateria?», apunta Andrea, que afirma que «desde que se creó, el CERN ha ayudado a avanzar a la ciencia en muchas otras ramas, de hecho, la web ‘www’ tal como la conocemos, fue creada por un equipo del CERN para cubrir la necesidad que tenían de compartir datos de forma rápida entre diferentes puntos del mundo».

No obstante, Andrea matiza que «en nuestro grupo trabajamos en colaboración con CMS (Compact Muon Solenoid), uno de los cuatros grandes detectores que hay en los puntos dónde se hacen colisionar las partículas a lo largo del LHC. Básicamente actúan como una cámara de fotos superrápida y superprecisa que toma 4 millones de fotos por segundo». «Nosotros analizamos esas fotos para intentar encontrar una nueva partícula, o una pista que nos ayude a entender de qué está hecho el universo», explica.

En la misma línea, Alejandro señala que «mi trabajo se resume en analizar los datos recogidos por el detector CMS, que se encuentra en el LHC, y con ellos tratar de buscar fenómenos desconocidos no predichos por nuestra teoría o, en su defecto, confirmar lo que ya conocemos con mayor grado de precisión».

Estancia en el CERN


Actualmente, Alejandro se encuentra en su segundo año de doctorado, mientras que Andrea afronta su cuarto y último año. Los dos jóvenes parameses desarrollan principalmente su labor investigadora en Oviedo vía telemática, pero su trabajo también les obliga a desempeñar sus tareas presencialmente en el propio CERN.

« Yo llevo aquí prácticamente un mes y es la primera vez que estoy en el CERN. Debería haber venido antes, pero como aquí trabajan personas de todo el mundo, ha estado con muchas restricciones debido a la pandemia y hasta hace poco no se podía venir a no ser que fuera absolutamente necesario, como para realizar guardias o cosas para las que se necesitara estar presencialmente», indica Andrea; en una experiencia «que espero poder aprovechar al máximo en todos los sentidos».

Por su parte, Alejandro comenta que «yo no he hecho todavía una estancia larga en el CERN, he ido alguna semana suelta. De momento mi experiencia ha sido buena, conoces mucha gente de diferentes nacionalidades y el ambiente de trabajo es bastante intenso y aprendes mucho, sobre todo al hablar con la gente cuando te cuenta lo que hace y sus proyectos». «Es como una miniciudad llena de científicos y eso no lo encuentras en ningún otro lado», resalta.

Entre las tareas que realizan, como citaron anteriormente, se encuentra la de realizar guardias del experimento CMS. Al respecto, Alejandro sostiene que «las guardias que yo hice eran de ocho horas, empezaban a las siete de la mañana y me tenía que levantar una hora antes para coger el bus que me llevaba hasta el detector, que está a 100 metros bajo tierra pero todo está montado para poder manejarse en remoto desde la sala de control que está en la superficie y que es donde trabajamos. Nuestra función es ponerlo a medir colisiones, cuando haya colisiones, y asegurarnos de que todo funciona correctamente y toma buenos datos».

Investigación... y docencia


Tanto Andrea como Alejandro son ‘cantera’ del grupo de investigación del que ahora forman parte, ya que estudiaron el grado de Física en la Universidad de Oviedo y realizaron el Trabajo Final de Grado (TFG) con ellos. Andrea se sumó al grupo tras un máster de Ciencia de Datos en la Universidad de Cantabria, mientras que Alejandro lo hizo tras un máster de Física de Partículas en Oviedo. Ahora, además de investigar, su labor también se centra en la docencia, impartiendo clases y cotutorizando TFGs en el grado de Física en el que años atrás estos parameses fueron pupilos.
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