Diez hijos, sesenta y cinco años, una vida

Toña y Nano, de Valverde de Curueño y padres de diez hijos, van a cumplir estos días 65 años como casados, 65 años de ejemplar lucha codo con codo para sacar adelante a una familia tan numerosa. Y lo han hecho, lo recuerdan ahora en la tranquila conversación en el corral

Fulgencio Fernández
26/03/2023
 Actualizado a 26/03/2023
Dice Jesús, el autor de la foto, que esta mirada de Toña a Nano explica los sesenta y cinco años de vida y de lucha juntos de este matrimonio . | JESÚS F. SALVADORES
Dice Jesús, el autor de la foto, que esta mirada de Toña a Nano explica los sesenta y cinco años de vida y de lucha juntos de este matrimonio . | JESÚS F. SALVADORES
Reconozco que son de esas gentes que conoces y te seducen sin decir ni una palabra, viendo su alma, sabiendo de su gran obra, que es su propia biografía, la de Emiliano y Juana Antonia para los papeles, Nano y Toña para todo el mundo, los de Valverde de Curueño.

No es un capricho la predilección por gente como ellos, es que representan lo mejor de esta tierra, son la definición de gente abnegada y trabajadora, capaces de sacar adelante a una familia de diez hijos trabajando codo con codo y siempre con la mirada puesta en algo que tuvieron muy claro: que se formaran, que fueran a la Universidad. Y fueron, hay más orlas en la casa que gallinas en el corral y por eso a Toña le vuelven a brillar los ojos cuando le dicen que su nieta Estela acaba de ganar un premio de la ULE de presentar tu tesis en tres minutos. "Estela es muy lista, y su madre también"; dice la abuela.

Nano y Toña podrían ser noticia cualquier día del año, cualquier año, pero ahora se puede aprovechar una de esas fechas redondas que nos gusta celebrar: Cumplen sesenta y cinco años casados, en estos días. Cuando les iba a preguntar "¿y qué tal?" Jesús, el fotógrafo, me hace una seña de que lo deje y después me aclara: "Es que yo tengo la respuesta". Y era verdad, la respuesta es la fotografía de la portadilla de este suplemento, de Toña mirando a Nano. Y no le falta razón. En la imagen está todo dicho. Cuando llegamos a Valverde de Curueño estos dos casi nonagenarios andaban "a sus cosas"; Nano con un serrote por los prados, con la perra Perla jugando alrededor hasta que le llaman y aparece con un palo, una estampa típica de los pueblos. Toña anda excavando el huerto, un manzano espera para ser plantado, arranca las hierbas que "da igual que las limpies, aparecen todas las semanas", planta unas flores y riñe con su hija Marta, que quiere ayudar pero no es posible. «El huerto es cosa suya y no deja a nadie que la ayude".- Porque no me hace falta, que ya no soy la misma pero para esto todavía valgo.- ¿Algo de tarta queda por casa?- Tarta no, pero unas pastas caseras sí que hay.- ¿Y quién las hizo?No hace falta que responda, la mirada ya dice que la duda ofende. Diez hijosAparecen las pastas. Nunca faltan, las hace ella que a sus 87 años no sabe estar sinhacer nada. "Las hijas andan todo el día con que vaya a dar un paseo ¿Quién les diría a ellas que quiero pasear? Ya anduve bastante toda la vida, ahora quiero estar en mi casa. Es lo que más me gusta, y a él (Nano) leer el periódico, lo lee entero de arriba a abajo, se entera de todo".- Me presta mucho leer, el periódico sobre todo, estar al día; confirma Nano, que solo tiene un año más que su mujer (88) pero, asegura, "estoy más torpe, porque estoy operado de la cadera y de cataratas en los ojos. Lo que más me preocupaba era si podría leer pero nada más salir de la operación leía unas letras más pequeñas que las del periódico, ¡menuda alegría que llevé!".Celebran los dos estar bien de cabeza. Toña recita los nombres de los diez hijos a la misma velocidad que los cronistas deportivos las alineaciones (tal vez por ello con frecuencia escribo que son 11): Nieves, Miguel, Santos, José (Cuqui), Arancha, Concha, Javier, Marta, Paz y Raquel.Sentados en el corral, al sol, mientras Perla juega van desgranando algunos recuerdos de esos 65 años de matrimonio que ahora celebran y se entiende a la perfección aquello de unas biografías que son su mejor obra: "En cinco años ya había tenido a los tres mayores".
- Hasta el quinto hijo no teníamos agua corriente en casa y tenía que ir cada día a lavar al río o la fuente, la ropa, los paños, que no había pañales entonces; dice Toña.
- Además de todo lo de la casa, criar los hijos... era la que hacía lo del ganado, ordeñar, ir a la hierba y todo, que yo era albañil y marchaba para las obras al amanecery la mayoría de las veces volvía a casa de noche; explica Nano, que no pierde ocasión de mostrar su orgullo por Toña, por su trabajo. Un día, en una cantina, los paisanos hablaban de todo lo que habían hecho aquella mañana segando hierba. Y Nano, que estaba comiendo el bocadillo, musitó: "Entre todos, ni la mitad que la mi Toña".
- Pues a celebrar los 65 juntos.
- Y juntos seguimos durmiendo, que bastante nos tuvimos que separar para ir a trabajar cada uno para un lado.
- ¿Habrá que celebrarlo?
- ¿Celebrar qué?

Marta sonríe. Extrañaría que no lo celebren en esta familia en la que cualquier disculpa es buena para reunirse.
Lo más leído