
Y es que, en un visto y no visto, los de Paco García ya habían puesto tierra de por medio en el marcador. Liderados por Graham, que protagonizó las jugadas más espectaculares del partido con varios mates increíbles, doblaban constantemente en el marcador a un Agustinos negado en el tiro y que concedía múltiples rebotes ofensivos y tenía problemas con el balance defensivo.
Lacunza se marchó lesionado en el tobillo en un Agustinos que no pudo frenar a Graham al inicio y De la Fuente al final Del 8-18 al 13-26, el 15-30 y el 17-37 que supuso su máxima ventaja, a cinco minutos para el descanso, fue transcurriendo el choque para el Valladolid, si bien los de Jareño lograban irse a vestuarios a sólo 14 (27-41) tras un extraño final, en el que los jugadores del Valladolid tenían que volver a pista cuando alguno ya estaba en el vestuario, pues quedaba un segundo aunque pensaban que ya era final, y en él Medina forzaba tres tiros libres.
Y en el tercer cuarto el partido cambió.La intensidad defensiva de los leoneses se multiplicó, los momentos de zona rompieron el ritmo al Valladolid, y con un parcial de 9-2 conseguían ponerse a diez (38-48). Sin embargo, en ese momento llegaba la lesión de Lacunza, que se retiraba a vestuarios con ostensibles gestos de dolor en su tobillo y del que habrá que esperar el alcance de una lesión que puede ser fatal para la reducida plantilla de Agustinos.
Un gris augurio para un último cuarto en el que los de Jareño soñaron con otra gran remontada. A ocho (46-54) llegó a ponerse en el último cuarto tras una canasta de Mbamalu, pero nunca pasó de ahí. Tres triples fallados de forma consecutiva, una antideportiva señalada a Crook al cortar un contraataque y sobre todo un sensacional De la Fuente, imperial en el último cuarto y que acabó con 19 puntos; impedía que los leoneses recortaran distancias pese a su buen papel atrás y, tras el 57-66 a falta de tres minutos y medio, llegaba un parcial de 0-6 que decantaba definitivamente el choque hacia el bando pucelano, que agrandaba además la herida en los últimos compases llevando la distancia a los 20 (64-84) que habían supuesto su máxima.