Una escuela de pesca en León, ¿para cuándo?

De un acuerdo firmado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, el Ayuntamiento de León y la Confederación Hidrográfica del Duero nació, no exento de polémica, en el mes de abril de 2019 el primer coto urbano de la comunidad de Castilla y León. El alcalde calificó el acontecimiento como "un gran día para la ciudad de León y para los pescadores" y anunció que tras su puesta en marcha el Ayuntamiento incorporaría la pesca en la oferta de las Escuelas Municipales Deportivas. Señuelo electoral, porque la pesca no ha llegado a las Escuelas Municipales ni se la espera.

León necesita una escuela de pesca para ofrecer formación a iniciados y noveles, a través de instructores expertos en pesca, sobre ecología fluvial y todas las modalidades de pesca. Seria un centro de enseñanza para pescar el futuro que representan esos alumnos más jóvenes, niños y niñas, que, a través de la pesca, tomen contacto con la naturaleza, la descubran y en base a ese conocimiento la respeten.

No descubriríamos nada, si dijésemos que la provincia de León es actualmente un lugar con un potencial turístico innegable en cuanto al deporte de la pesca de trucha común. La actual Ley de pesca, que regula el aprovechamiento de los peces presentes en los ríos y arroyos, ha favorecido la paulatina recuperación de los ríos y arroyos, hasta el punto de que la recurrente frase de "no hay nada" para referirse a la ausencia de truchas, ha pasado a "vaya truchas que pesqué ayer".

Analizando esta situación, hay que agradecer que la Administración Autonómica tomara la difícil y arriesgada decisión de cambiar la gestión de los ríos, no obstante, ¿dónde están la Diputación y el Ayuntamiento de León?

León, un referente en la pesca de la trucha, carece de una escuela de pesca. Actualmente tenemos unos magníficos mimbres, pero parece evidente que hay que decidir que cesto queremos hacer…Podemos seguir con el actual planteamiento de absoluta inacción por parte de las dos principales administraciones provinciales, o podemos decidir y planificar que futuro se quiere dar a un recurso que, de forma marginal, vienen aprovechando únicamente unos pocos, que han comprobado cómo la pesca deportiva puede generar ingresos de cierta entidad.

Si hiciésemos una foto fija de la situación actual de los pescadores leoneses, podríamos comprobar como la media de edad es excesivamente elevada, sin una cantera que tome el relevo, siendo muy difícil ver chicos y mucho menos chicas jóvenes que estén interesados en disfrutar de la naturaleza pescando.

¿Tan difícil es para el Ayuntamiento volver a abrir la escuela de pesca que en su día tuvo y que supondría un costo casi ridículo de ocho horas de clase a la semana? ¿Incluso tanto problema sería que la Diputación lo extendiera por esos núcleos provinciales donde aún quedan niños suficientes como para poder formar Aulas de Pesca?

Señores gobernantes, igual que hay escuelas de música, bádminton, baloncesto o de cualquier otro deporte, ¿no creen que sería imprescindible que León promocionase un deporte en el que esta provincia debería destacar, aunque solo fuese porque es el mejor punto de pesca de España?

Tampoco parece que como gestores lo estén haciendo muy bien en lo que se refiere a la promoción de este deporte, porque en la promoción de la provincia en las ferias de turismo vemos como la cecina, el botillo, la catedral y todos esos tópicos provinciales si se ensalzan, pero ¿Qué pasa con la pesca?

Por si no se recuerda, en León hay pescadores del más alto nivel, campeones provinciales, autonómicos, nacionales, europeos y del mundo, pero son olvidados o ignorados. No se aprovecha su capacidad para formar a las nuevas generaciones, ni se les emplea para atraer turismo de calidad, que pongan en el mapa mundial ríos como el Órbigo o cotos como Villafeliz. León lo tiene todo; historia de pesca, ríos, peces, instalaciones y nombres. Con un presupuesto mínimo se podría poner en marcha una gran escuela de pesca donde poder aprovechar todos esos conocimientos de los pescadores de élite, artesanos montadores, criadores de los Gallos de León y el saber de muchos veteranos. Por otro lado, este incipiente turismo extranjero nos está pillando con el pie cambiado, como ha ocurrido estos días, cuando unos pescadores europeos demandaban unos guías de pesca que hablasen inglés, pero no un espaninglis tradicional, si no un inglés fluido, y ya no digo que fuesen bilingües (alemán, francés, etc.).

Otros países que saben cuidar estos recursos tienen perfectamente montado sus sistemas educativos, con títulos de guías de pesca, como trabajo perfectamente digno y que aporte unos recursos claramente necesarios en las épocas que nos encontramos. La hostelería lo agradecería notablemente.

Estimados políticos provinciales, les pediríamos que aprovechen lo que la naturaleza nos ha dado, creen escuelas de pesca para las nuevas generaciones, escuelas de guías de pesca, promocionen nuestros ríos, sea por el leonesismo, por los puestos de trabajo, por mantener la tradición, o porque sí.