Un viaje kilométrico y accidentado

Era complicado convertir en mayor odisea de la que ya de por sí era el kilométrico viaje que tenía el Abanca Ademar a Suecia para medirse al Kristianstad, puesto que debido a que el equipo ademarista no salía de la cuarentena hasta este lunes no pudo comenzar el viaje hasta las 0:10 de la noche, momento en el que salió de León tras llevar 10 días jugadores y cuerpo técnico encerrados en casa.

De ahí debían ir a Madrid, coger ahí un avión a Holanda pues hacían escala en Amsterdam antes de tomar otro vuelo que les llevó a Dinamarca, a Copenhague, desde donde el viaje terminó como empezó, en autobús, que fue la forma en la que llegaron a Kristianstad.

Pero el susto que convirtió en accidentado el viaje se dio en el aeropuerto de Madrid, donde mientras esperaban para embarcar Natan Suárez se desplomó, sabiéndose luego que fue debido a una bajada de tensión, pero provocando en ese instante momentos de nervios y obligando a intervenir a los servicios médicos de Barajas.

El central fue trasladado a un hospital para ser chequeado y comprobar que todo estaba en orden, siendo acompañado por el segundo entrenador Luis Puertas, y desplazándose ambos a Suecia una vez que se confirmó el motivo y se tuvo claro que no existía ninguna razón grave que lo hubiese provocado.