El pasado sábado fue era el día perfecto para todo, récord de aficionados en las gradas, un ambiente como nunca se había vivido y la guinda del pastel; el ascenso.
Las dos primeras llegaron y se cumplieron con creces, los 8.492 espectadores en El Toralín llenaron el estadio en uno de los días más importantes en la historia de la Ponferradina y ya dejando el día marcado para siempre con ese récord de asistencia en un partido, desde que se tiene datos. El anterior eran los 8.432 del último ascenso.
Con ello se creó un ambiente y un tifo para poder llegar a tocar la gloria, pero el destino no fue el que toda Ponferrada quería. No hubo ascenso, sí conjura, ambiente y un partido para el olvido en la retira de todos los bercianos. También hubo récord, que hubiera sido espectacular de haber invadido el campo al finalizar el partido, pero no se pudo dar.