Satrústegui: "Es una oportunidad inmejorable, pero hay que tener los pies en el suelo"

El central de la Cultural señala que "no hay que fustigarse tanto pensando en un bache, los números dan para seguir con optimismo y confianza"

19/03/2025
 Actualizado a 19/03/2025
Satrustegui da un pase durante el partido entre la Cultural y la Segoviana. | CYD
Satrustegui da un pase durante el partido entre la Cultural y la Segoviana. | CYD

Es el más veterano del equipo pero también el jugador de campo que más minutos ha disputado en la Cultural, donde lidera la zaga del líder. Es Eneko Satrústegui, que analiza la temporada en una entrevista en La Nueva Crónica. 

–¿En su larga carrera alguna vez había vivido algo similar de tantos goles en el tiempo de descuento?
–No, es una situación nueva. Había estado en equipos de generar bastantes ocasiones como aquí se generan y de tener bastante pólvora, pero nunca viví esto de meter tanto al límite cuando luchas por el empate o la victoria.

–¿Dónde ve la clave de que eso suceda? Con tantas veces ya no es suerte...
–Diría lo primero que el desgaste previo que provocas al rival. Ves cierto nerviosismo en el exterior, escuchas que la gente comenta que quieren ver que esa versión de las segundas partes se traslade a las primeras, pero las cosas no son tan sencillas. Cada vez nos conocen más, no juegan de las misma manera cuando enfrente está el líder y hay que ir trabajando los partidos, que luego ya lo que haces se acaba reflejando al final. Tras meter tantas veces es algo que está en la cabeza de todos, sabemos que alguna vas a tener y a base de insistir y someter al rival en los últimos minutos  pueden pasar cosas, porque tenemos gente arriba con calidad que las enchufa.

–¿Al rival también le pesa y le viene a la cabeza dados tantos antecedentes?
–Al final nos estudiarán como nosotros a ellos y mientras lo trabajan lo comentarán, dirán que cuidado que hasta el último momento estos te generan y quieras o no acabas teniéndolo en la cabeza cuando llegan esos instantes del partido, que se hunden y cierran, y al final propicias con posesiones muy largas que eso pueda suceder. Cuando acaba el encuentro algún comentario suelto escuchas sobre ello en los rivales, alguno te dirá que es suerte pero muchos cuando ya se ha repetido tanto no.

–Hablaba de cómo influye lo hecho con anterioridad luego en las segundas partes, ¿también en el gran rendimiento que está dando la gente que sale desde el banquillo?
–Es una virtud de este equipo, la plantilla, que no somos 11 tíos sino bastante más y que todos son conscientes de que llega la oportunidad. Cuando hay cierto desgaste, tras el titubeo entre los dos equipos que hay a veces en la primera parte cuando físicamente el rival está más fuerte, nosotros lo mantenemos y aprovechamos el bajón aprovechando que los que entran lo hacen enchufados y nos dan siempre un plus. 

–No es fácil saber quién sale de inicio cada día...
–Es complicado, según pasan las jornadas el equipo va cogiendo forma y hay gente que se mantiene en el once, pero estamos viendo bastante rotación a nivel ofensivo, sobre todo en la gente de bandas, y luego depende del plan de partido del entrenador. Además, aunque a veces lo ves durante la semana, muchas otras hay las pistas justas. Ayuda para mantener la intensidad de todos el verte con posibilidades de salir.

–Yendo al partido más reciente, el de la Segoviana, ¿cómo vivieron esas horas previas con el encuentro en riesgo por la nieve? ¿Estaba el campo mucho mejor de lo que creían?
–Por la mañana había incertidumbre, pero cuando el míster volvió al hotel tras verlo, estábamos con la activación y nos dijo que tenía pinta de que se iba a jugar, que habría que esperar a ver cómo estaría. Resistió bastante bien y  tras las experiencias de este año en campos embarrados estaba mejor.

–¿Cree que el equipo está en un bache ahora mismo?
–Empezaría diciendo que, aunque las cosas parezcan que van rodadas, la temporada se hace larga y hay que luchar contra viento y marea. Pero entre nosotros lo hablamos, que si pones todo en la balanza quizá no hay que fustigarse tanto. Nosotros somos los más exigentes, si ves las caras de muchos cuando empatamos parece que hemos perdido, la exigencia es máxima, pero yo en ningún caso veo una crisis, sí que considero que estamos en un momento en el que con cualquier ocasión encajamos goles. Ha habido momentos durante la temporada en los que nos han hecho más ocasiones, pero ahora no te generan muchas y eso es que defiendes bien. Al final tienes ese diablillo en la cabeza  sobre ese posible bache pero hay que darle la importancia justa, sino no avanzas y los números están ahí como para seguir con ese optimismo y confianza.

«Nosotros somos los más exigentes, si ves dentro las caras de muchos al empatar parece que has perdido»

–Decía Llona tras el partido en Segovia que le preocupa el porcentaje tan alto de acierto del rival para lo poco que generan y que algo de culpa tendréis en esta situación. ¿Dónde ve esa culpa Satrútegui?
–No sabría decir, pero sí que en la primera vuelta tuvimos partidos de encajar muchos goles y sin embargo ahora parece que estamos en una situación peor que entonces, lo que no es real. Yo lo que exijo en el equipo es seriedad, compromiso y responsabilidad, tenemos todos claro que hay que estar con la portería a cero y personalmente me gustaría empezar ganando y no ir siempre a contracorriente.

–Y pese a todo, estáis con siete puntos de ventaja sobre el segundo clasificado que es una barbaridad...
–Está claro que lo hubiese  firmado cualquiera. Es lo de siempre, si llegamos a ganar y con ello ponernos a siete la percepción sería muy diferente, pero la diferencia es la misma. Creo que nosotros debemos poner los pies en el suelo y aislarnos del exterior, saber que el camino es largo y que a veces jugarás sabiendo que la distancia se ha acortado y te puede meter presión, pero que mentalmente hay que saber afrontarlo.

«Estamos en una situación privilegiada.  Hay que aislarse del exterior y saber afrontar la presión si la tabla se aprieta»

–Cuando la ventaja ha llegado a diferencias tan altas, ¿puede suceder que mentalmente afecte si se te ponen a tres o cuatro en algún momento cuando en otra situación cualquiera lo hubiese firmado acabando la liga?
–Es que a mí a falta de 10 jornadas no me quita el sueño lo que hagan los rivales, porque queda un mundo. Si fuésemos los perseguidores sí que estaría mas pendiente de lo que hace el que va en cabeza, pero estamos en una situación  privilegiada y nuestro mayor rival somos nosotros, si hacemos nuestro trabajo el objetivo estará más cerca.

–¿Se nota una presión añadida cuando lo ves tan cerca?
–Lo que se ha generado es muy bonito pero crea cierta exigencia, lo tenemos que canalizar y llevar a términos positivos, que de la unión que se ha formado con la gente salga algo chulo y no nos metamos mas exigencia de la que ya hay. Hay que ser conscientes de que un campeonato premia al más regular, no al que sea mejor durante tres partidos. A mí me gusta lo que veo en el equipo, por ejemplo que se marche jodido por empatar me deja claro que todo el mundo sabe que es capaz de más.

–¿La gente más experimentada del vestuario trabaja con los más jóvenes para ser conscientes de eso?
–Lo importante es detectar si se da algo, si a un tío se le nota diferente a lo que es él ver si es algo puntual, si es un mal día no pasa nada pero si se repite hay que ayudarlo. Pasamos muchas horas juntos y ya nos conocemos, yo cuando entro al vestuario veo las caras y noto ya si alguien está contento o triste. No obstante, cada uno lleva la presión a su manera y se motiva de forma diferente, yo también me tengo que alimentar de los jóvenes en ciertas cosas, y ellos de mí en otras.

«No noto ansiedad, pero sí que la gente es consciente de lo que somos capaces y eso eleva la exigencia»

–Eneko ha estado en equipos muy buenos y que han ascendido, ¿qué tiene este mejor que ninguno de ellos?
–Equipos y jugadores buenos hay muchos, pero ganadores pocos, la clave es esa. No sé que tiene mejor, pero sí que siento cosas parecidas a los equipos con los que subí, ese sentimiento, ambiente y conciencia de grupo unido a un grupo de muy buenos jugadores.

–¿Cree que es perjudicial que en el entorno haya quien dé por hecho ya el ascenso de categoría?
–En el entorno no veo ansiedad, sí que percibo que son conscientes de lo que somos capaces y eso eleva la exigencia. Estamos ante una oportunidad inmejorable, pero hay que estar tranquilo porque por mucho que quieras avanzar las semanas pasarán de una en una, hay que vivirlo partido a partido y pensar en ese objetivo final con los pies en el suelo.

–A nivel personal, ¿qué balance hace de la temporada?
–Estoy feliz, fue una decisión difícil pero muy meditada, pero aquí sólo me he encontrado facilidades y considero muy importante haberme encontrado un vestuario muy fuerte, que haya tenido esa confianza tan grande del míster y ver a mi familia completamente adaptada a la ciudad. Si a todo eso le sumas ir tan bien como vamos...

«A mí no me quita el sueño lo que hagan los demás. Si fuera el perseguidor miraría, así nuestro rival somos nosotros»

–Lleva casi un mes a una amarilla de la suspensión y hay varios jugadores más en ese misma punto. ¿Se mira de reojo a esa situación?
–En otros equipos se ha dado que el míster te dice de forzarla para que no coincidan, pero aquí no ha habido ningún mensaje en ese sentido. De hecho nos ha insistido en que hay total libertad y que no pensemos en ello, que compitamos y si se tiene que meter la pierna en una acción concreta se meta.

–¿El escenario ideal ahora mismo para Eneko es regresar a Segunda tras ascender y continuar en la Cultural?
–Al final, seas joven o veterano, lo que buscas es continuidad, este es un deporte muy nómoda pero si encuentras un club donde todo va bien, saber que continuar y más si es en esa división sería algo inmejorable.

–¿Qué tiene que pasar para ver a Eneko Satrústegui en la celebración en el vestuario de una victoria con ‘La Morocha’ en el centro del grupo?
–(Risas) A ver, lo que pasa es que mis hijos saben que si empatamos o perdemos no les bajo, pero si ganamos sí. Y como me pillan con las manos en la masa con ellos en brazos, antes de que ocurra una tragedia mejor que bailen los otros. Pero bueno, todos tranquilos que si llegara a haber un ascenso ya me desquitaba y me paseaba bailándola por la ciudad si hacía falta.

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