Hay imágenes que se quedan grabadas en el recuerdo. De esas que los aficionados de Cultural y Ponferradina habrán estado comentando desde que acabó el partido por whatssap y resaltarán durante la semana con una caña por el medio. Del derbi de este domingo probablemente pocas se referirán a lo que pasó sobre el césped, pero dará mucho que hablar todo lo que sucedió fuera de él... y afortunadamente no por nada malo.
Por desgracia, quizá lo primero que hay que destacar es que como en la ida no hubo que lamentar incidentes entre aficionados, más allá del aislado pequeño borrón que puso un energúmeno de esos que está mejor lejos de los campos y que lanzó un hielo que impactó en la cabeza de un seguidor berciano que tuvo que ser atendido. ¿El resto? Total tranquilidad. Lo que debería ser normal, vaya, aunque no siempre sea así.
Que un aficionado de la Deportiva pueda ir al campo con su camiseta y bufanda sin que nadie le diga nada, que uno de la Cultural pueda meterse entre la marabunta berciana sin ningún tipo de problema. Que el alto riesgo, ese con el que Interior denominó al partido siendo uno de los dos únicos de febrero en España con tal calificación, estuviera sólo en salir perdedor de los cánticos y piques cruzados. ¿Que por parte de ambos algunos eran ‘faltosos’? Sí, pero a ver, que eso es parte de la salsa del fútbol y tampoco hay que rasgarse las vestiduras por ellos.
Vaya, que yo estaba colocándome en mi ubicación y ya se pusieron los cerca de 2.000 bercianos que ocupaban casi la mitad del fondo norte y parte de la zona más pegada de la tribuna oeste a cantar el ‘puta León, puta Cultural’; recibiendo la pitada de un Reino en el que no tardó en escucharse el ‘puta Ponferrada y puta su afición’, en dos clásicos que no faltan en cada derbi.
Hubo hasta pancarta, que por cierto se echan de menos las del Frente Norte, la verdad, que los seguidores culturalistas ya estaban pendientes de a ver este año qué me dicen, aunque entiendo que con la de ‘ya prenciamos el último derbi’, se tocó el cielo de las pancartas y pienses que eso nunca se iba a poder superar. El tema es que la de Orgullo Cazurro tenía un lema que era algo así como ‘tan alto como la luna, pero no llega llamada ninguna’, que debo reconocer que yo no pillo, pero que pidiendo el comodín de la pregunta en el grupo de La Puentecilla generé debate sobre si se metían con ellos en plan ‘no tenéis ni cobertura’ o si querían quedar a pegarse.
Un ‘pasillo’ humano recibió al bus de la Cultural y el Reino se llenó con el himno de León de banderas magenta
Cobertura sí que era complicado coger a mediodía en los alrededores del Húmedo, porque se invadió de seguidores de la Ponferradina, en un día redondo para esa hostelería mucha de la cual luego prefiere no invertir en el fútbol que tanto les da en días como el de ayer o del Deportivo en enero.
Se lo pasaron en grande, se fueron en un larguísimo pasillo blanquiazul hacia el campo y allí se quedaron para despedir entre notables cánticos a su equipo cuando finalizó el partido, que de todos modos como sucede en estos casos hasta que no salga la afición local no te dejan salir del estadio.
Pero eso sí, la afición culturalista estuvo a la altura. Colgaron el no hay billetes, faltando un millar de espectadores sobre la cifra máxima del Reino por los socios que fallaran y los asientos de separación entre aficiones a los que obligaba la denominación de alto riesgo, pero fueron más de 12.000 y sobre todo, en algo que no es habitual en León, estuvieron metidísimos en el partido.
Empezaba esta contracrónica diciendo que hay momentos que se quedan grabados. Y desde el punto de vista culturalista, yo me quedaría con dos.
Uno en la previa, donde centenares de seguidores capitalinos acudieron a la llamada de su equipo para recibir a su equipo, formando un gigantesco pasillo humano con banderas incluidas cuando apareció el autobús de la Cultural, que te imaginas a los jugadores viviendo eso desde dentro y ves imposible que tras ello no salgas como una moto a comerte el mundo al empezar el partido.
¿El otro? El de justo antes de comenzar el partido, cuando empezó a sonar el himno de León, con miles de banderas magenta al aire en las gradas y las voces unidas cantándolo, haciendo que incluso viendo luego el vídeo del momento se te ponga la piel de gallina.
¿Oye y sobre el partido? Pues a ver, es que no hay mucho que contar. Que 24 jornadas después consiguiera acertar un once completo de la Cultural me parece de lo más destacable, que consiguiera hacer 4.600 caracteres de crónica con ocasión y media en total también.
Pero con un ambiente así, la tensión es tal que el mismo partido que un aficionado neutral por televisión probablemente hubiera considerado un tostón, en el campo te parece algo vibrante y repleto de emoción.
El tema es, si hasta un 0-0 como este te deja la sensación de qué gozada de derbi... ¿se imaginan esto en Segunda División? ¿De verdad alguien puede no disfrutar de un partido así?