La afición fue obediente y tal y como pidió Munitis, guardó su veredicto para el final. Antes, salvo algún pitido al descanso, fue paciente y participó en el enésimo intento de remontada de la temporada. Y es que la Ponferradina es un equipo de impulsos. Sus mejores minutos fueron los primeros de cada parte. En la primera no encontró el gol; en la segunda sí, pero el tanto solo servía para anular el de Díaz antes del descanso.
El paso de los tiempo volvió a apagar los ánimos y traer de vuelta la peor de las Deportivas, incapaz de arrinconar al contrario, que se permitió el lujo de coquetear en el área rival y a punto estuvo de convertir el drama en tragedia.
“Ya empezamos”
A pesar de las cuatro novedades con las que la Deportiva saltaba al césped –Goldar, Andy, Caiado y Abel Moreno–, el partido siguió un discurso que El Toralín ya se sabe de memoria; Control absoluto de los blanquiazules, pero poca ‘chicha’. Y eso que empezaba fuerte. En la primera jugada, Juanto conseguía colarse en el área, pero su centro no lo remataba bien Menudo. Sin tiempo para respirar, Chavero recibía un buen balón en la frontal del área y conectaba un disparo que se estrellaba en el lateral de la red.
Tres minutos bastaron para saber que iba a hacer falta mucho más para espantar los fantasmas del pasado a los que Munitis hacía referencia el viernes. Las dos ocasiones se iban al limbo y a la memoria de la afición venían ‘flashes’ de los últimos tropiezos. "Ya empezamos", se oyó. Los temores en la grada no eran infundados. Aún sin brillo y al tran tran, la Deportiva llevaba la voz cantante y disponía de las ocasiones que en todo 2016 no han querido entrar. Los centros de Abel Moreno y Nacho López no encontraban rematador y Chavero, de lo poco salvable –como de costumbre– tampoco encontraba socios en la frontal del área.
Con los bercianos intentando reconciliarse con el gol, aparecía Perea para poner El Toralín patas arriba. El Osasuna B apenas había cruzado la línea divisoria en media hora, pero se adelantaba en el marcador tras una galopada de más de cincuenta metros del centrocampista, que le regalaba el tanto a Díaz. El delantero recogía el servicio en el punto de penalti, y aunque su primer remate lo lograba desviar Dinu, fusilaba al rumano en el rechace.
Remontada interrumpida
La Ponferradina tenía una hora por delante para remontar y que su último partido del año en su estadio no fuera una versión futbolística de ‘Pesadilla antes de Navidad’, aunque el guión bien lo habría firmado el mismo Tim Burton.
El conjunto berciano se marchaba a los vestuarios dejando detrás de sí un escenario lúgubre; una afición desencantada a punto de perder la fe y un equipo que podía terminar la jornada más cerca del descenso que de la zona de ‘playoff’.
Munitis, que fue expulsado en Valladolid y no pudo sentarse en el banquillo, ya había movido ficha antes del descanso metiendo a Figueroa en lugar de un desacertadísimo Juanto, metió a Pastrana en lugar de Abel Moreno y pidió un plus de intensidad que dio sus frutos muy pronto. Menudo recogía un rechace en el área y ponía las tablas con un disparo cruzado.
Con toda la segunda mitad por delante, la remontada nunca cristalizó. Ocasiones no faltaron. Figueroa tuvo la más clara, pero se estrelló contra el guardameta en un mano a mano que pudo haber cambiado el signo del choque. Los minutos pasaron y fue Osasuna B el que tuvo las ideas más claras, pero Dinu salvó el empate con una buena parada y Díaz no pudo sellar su doblete en la recta final.
La Deportiva despidió el año en 2016 con un nuevo tropiezo. 2015 terminó con el equipo luchando por el ‘playoff’ de ascenso a Primera División, y un año después, deambula por Segunda B. ¿Tocará fondo la Deportiva?