Ponferradina 0 - 1 Girona: 'Tormenta perfecta y naufragio'

La Deportiva cae por la mínima ante el Girona (0-1), lo que unido al triunfo del Mallorca en Valladolid le hace perder la categoría

Alejandro Cardenal
04/06/2016
 Actualizado a 03/09/2019
Jugadores y cuerpo técnico de la Deportiva, tras la derrota ante el Girona. | MAURICIO PEÑA
Jugadores y cuerpo técnico de la Deportiva, tras la derrota ante el Girona. | MAURICIO PEÑA
La película de la Deportiva en Segunda no tuvo final feliz. Fue la tormenta perfecta. A pesar de que la tarde no podía empezar mejor, Mallorca y Almería hicieron sus deberes muy pronto y los blanquiazules acusaron la presión, cayendo ante el Girona (0-1) con un gol postrero de Cristian Herrera que consumó el naufragio; la Ponferradina es, cuatro años después, equipo de Segunda B.

Aunque el tándem Vega-Nistal optó por el once más ofensivo posible, con Djordjevic en lugar de Hume, que se quedaba en el banquillo tras haberse convertido en un fijo en las últimas semanas, el equipo salió a especular y lo pagó caro.

Y eso que el partido tuvo un inicio de todo menos tranquilo. En los diez primeros minutos ambos se pudieron adelantar en el marcador. Golpeaban primero los de Machín, que salían dispuestos a marcar territorio desde el saque de centro. Una galopada de Sobrino, empeñado en reivindicarse en la que fuera su casa, provocaba un saque de esquina que desencadenaba un caos de rebotes, malos controles y despejes que la zaga blanquiazul conseguía solventar a duras penas.

Cuando lo más previsible hubiera sido un ataque de canguelo, la Deportiva, también a balón parado, respondía con un directo digno de Muhhamad Ali -descansa en paz, leyenda- que noqueaba pero no tumbaba a los visitantes. El cabezazo de Andy, tras un servicio envenenado de Aguza, se topaba con el larguero y Raillo, en el rechace, se encontraba con una mano salvadora de Becerra.

Tras la tempestad llegó una tensa calma, al menos en El Toralín. Mientras en Valladolid y Córdoba el escenario cada vez se complicaba más para los intereses bercianos, en Ponferrada comenzaba una guerra fría en la que Deportiva y Girona llegaban con soltura al área pero no terminaban de asustar a Santamaría y Becerra, que tras el frenesí inicial, vivieron una primera parte relativamente plácida.

Aunque el empate no le valía a nadie, la segunda parte comenzaba sin hostilidades y con más malas noticias para los blanquiazules. Basha, de lo poco salvable de la Ponferradina, junto a Aguza, en una recta final de temporada para el olvido, se lesionaba y dejaba a Vega y Nistal sin su líder en la medular.

¿Lo positivo? Con la soga del descenso en el cuello y el ‘playoff’ en peligro, el centro del campo brilló por su ausencia. Con el paso de los minutos, ambos contendientes fueron olvidando precauciones y se aceleraron las hostilidades, pero seguían sin verse nada en las porterías.

Un tímido disparo de falta que llegaba mano a las manos de Santamaría cambiaba la tendencia, pero solo en una dirección. Eran los visitantes los que llegaban más enteros al final del choque. A pesar de su intermitencia, Sobrino era un quebradero de cabeza para la zaga, que salvo Raillo, sufrió en cada enfrentamiento con el delantero manchego.

Vega y Nistal se la jugaron con Hume. El tándem daba entrada al canadiense con la esperanza de que el ariete fuera el socio que necesitaban Aguza y Acorán para abrir la lata, pero fue Santamaría el que mantuvo a los blanquiazules con vida. El cancerbero recordó al de sus mejores tiempos sacando una disparo que buscaba la escuadra berciana.

Y comenzó la locura. Como ante el Albacete, los últimos minutos fueron una moneda al aire. Y esta vez salío cruz. Con los bercianos a la desesperada, el Girona enganchó un contragolpe letal que Cristian Herrera, con Santamaría completamente vendido, convertía en un gol que vale el ‘playoff’ para los visitantes y termina con la travesía de la Deportiva en Segunda.
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