
Algo así es lo que le pasó a la Cultural en el Tartiere, donde se enfrentaban un equipo leonés que parecía recuperar la confianza tras su último triunfo frente a un Oviedo al que se le desborda especialmente ante su afición.
Rascando un poco más se vio que ni mucho menos están ni siquiera cerca. Pocas o casi ninguna opción tuvo la escuadra culturalista de darle un susto a un equipo serio, unido, con las ideas claras y solvente en las dos áreas para decepción de los cerca de 2.000 leoneses desplazados a tierras asturianas y que fueron de lejos la mejor noticia que dejó la jornada.
Una desafortunada acción a los diez minutos dejaba ya por delante al Oviedo tras el gol de un gran Aarón ÑíguezQuiso mandar la Cultural de inicio, respondiendo rápidamente el terreno de juego a una de las incógnitas del día. La ausencia de Yeray la solventaba Rubén de la Barrera utilizando a Mario Ortiz en la posición habitual del canario y dando entrada a Samu Delgado en el once acompañando a un Señé más retrasado de lo habitual en el interior.
Una propuesta que invitaba a pensar en una Cultural dominadora más aún ante un Oviedo encantado con entregar el balón y lanzar al séptimo de caballería en cada recuperación. Ese fue el guión que siguió el partido y que ni siquiera cambió cuando la Cultural, una vez más, se vio obligada a remar en contra muy pronto.
Transcurrían solo diez minutos de partido cuando una vez más el infortunio se cruzó de nuevo en el destino de la Cultural en una acción en la que volvió a hacer gala de fragilidad defensiva. Johannesson encontró un hueco en la banda derecha que ni Mario ni Viti alcanzaron a contener, rebotando el balón en el cuerpo del internacional islandés para que Ñíguez dentro del área recortara a Iván González y su disparo se encontrara la cadera de Albizua para desviarlo y hacer inútil la estirada de Jesús Fernández.
El gol volvía a poner una losa sobre las aspiraciones de los leoneses, que no cambiaron un ápice su idea de partido acentuando incluso más las intenciones de un Oviedo que dio un paso atrás y centró en la contra todo su peligro. Sin embargo, fue encontrando confianza con el paso de los minutos el equipo visitante en campo contrario y generó las primeras ocasiones. Rodri inquietó por primera vez a Alfonso Herrero casi a la media hora despertando a la espectacular grada leonesa que ocupó toda una grada del Tartiere.
Sin embargo, la más clara fue para Aridai tras una enorme jugada de Emi Buendía que dejaba solo al canario ante un guardameta carbayón que desbarataba el intento de regate del extremo. El propio argentino volvió a disponer de otra ocasión que la zaga oviedista despejaba en los que fueron los mejores minutos de una Cultural que volvía a creer… y a sufrir en defensa.
Porque cada contraataque llevó peligro al área leonesa y obligó a Iván primero y a Viti después a desviar en última instancia dos centros de Saúl Berjón con Linares con el cañón cargado para rematar en el área pequeña. Sin embargo, el Oviedo la tuvo para romper el partido tras un córner de la Cultural que en dos pases acabó en un mano a mano. Jesús Fernández salvaba al equipo leonés tras una mala decisión del propio Berjón que mostraba poco menos que un partido roto aún en la primera mitad.
Tuvo opciones de empatar la Cultural antes del descanso, si bien se vio totalmente superada en la segunda parteUna mala noticia más acompañó a la Cultural al túnel de vestuarios, la lesión de Unai Albizua con un problema muscular que supuso la entrada al campo de Zuiverloon en una ausencia que los leoneses notaron desde el primer minuto.
Porque nada más iniciarse el segundo tiempo el equipo leonés volvió a dejar claro que ni mucho menos ha dado un paso adelante atrás a pesar del permanente discurso en esa dirección por parte de jugadores y cuerpo técnico. Para muestra un botón, la de tres jugadores del Oviedo rematando prácticamente solos una falta lateral que finalmente Carlos Hernández convertía en el 2-0.
No era ni mucho menos una casualidad y es que Jesús Fernández ya había salvado en la reanudación el segundo tras un remate de Linares que llegaba en la enésima pérdida en la salida de balón de los leoneses.
Jugando prácticamente solo a eso el Oviedo pudo engrosar el marcador hasta lo sonrojante si no es por la actuación del guardameta culturalista, seguramente el mejor de los leoneses junto a Emi Buendía. Ñíguez remataba al palo antes de que Guarrotxena entrase en el terreno de juego y probase a Alfonso Herrero por primera vez en la segunda parte.
Fue esa prácticamente la única que tuvo la Cultural en los segundos 45 minutos además de una espectacular chilena de Buendía que se marchaba fuera por poco. No encontró la manera de atacar la Cultural ni siquiera con 3 defensas tras la entrada de Antonio Martínez por Iza.
Se desesperaban los leoneses, que caían en la trampa de Anquela y quedaban en manos únicamente del desacierto rival o del buen hacer de su portero para no marcharse goleados del Tartiere. Cotugno, ya en los últimos minutos, hacía un poco más grande la herida de un equipo que volvió a demostrar en Oviedo sus carencias más allá del espejismo que, tras lo visto, supuso el triunfo ante el Nástic.
Un baño de realidad entre dos mundos completamente opuestos que le sacan los colores a un equipo necesitado de dar un paso al frente comenzando por la actitud de quienes ni siquiera agradecieron a la afición desplazada el viaje hacia un disgusto. Le vendrá bien el pequeño parón navideño al equipo leonés para coger distancia, pensar en qué necesita para mejorar de cara al mercado de invierno con la única buena noticia de que dejando tal número de desgracias en su haber, termina 2017 fuera de los puestos de descenso.