
Mucho se había hablado de la importancia de llegar dependiendo de uno mismo a la última jornada, de las finales que hubo que ganar para ello como clave para la permanencia. Sin embargo, poco pareció importarle eso a una Cultural que desde el minuto 7 de partido ya miró a lo que ocurría en otros campos incapaz de lograr por sí mismo lo que tuvo en su mano.
Lamentaba Anquela la semana pasada en el Reino que el Oviedo «no sabía lo mucho que se jugaba» en León y parece que eso mismo le pasó a la Cultural en Soria. Los leoneses fueron un muñeco en manos de un Numancia que, casi sin querer, generó peligro durante todo el encuentro mereciendo una goleada que solo evitó Palatsí. Su actuación permitió llegar, una vez más, con vida a los minutos finales. Pero solo fue un espejismo. Las remontadas milagrosas son la excepción y no pueden ser un argumento. La fe mueve montañas pero no salva de descensos y el gol de Rodri a diez del final solo hizo la tragedia más dolorosa.
Otro error en defensa, esta vez de Ángel, permitió a Guillermo hacer el 1-0 en un macabro resumen del añoIncapaz de completar dos pases seguidos y encerrado en su propio campo el equipo leonés permitía que los locales llegaran con comodidad una y otra vez a tres cuartos, permitiendo centros que no tardaron en dar rédito a los sorianos. Llegó el gol numantino cuando ni siquiera se habían cumplido los primeros 10 minutos y lo hizo, como no podía ser de otra forma, en un nuevo regalo de la zaga culturalista. Le tocó en esta ocasión a Ángel García, que en un mal despeje con la rodilla le ponía el balón a placer a Guillermo para que este marcara completamente solo en el punto de penalti.
La historia de siempre para darle forma a un drama que lo pareció desde el principio y terminó siéndolo al final. Porque en ningún momento la Cultural ofreció esperanza alguna de que lo que ocurría en Los Pajaritos fuera a cambiar, encomendando a la una vez más maltratada afición culturalista a un aviso del teléfono móvil que llevara la ilusión desde otro estadio.
Los nervios llevaron a la Cultural, con un once más que reconocible, a cometer continuos errores y ofrecer una vez más su peor cara lejos del Reino de León. Espacios que el Numancia convertía en oro espoleado en su caso por el resto de resultados y Guillermo estaba a punto de hacer el segundo en una doble ocasión en la que Palatsí obraba el milagro.
Un aguacero de llegadas que tampoco llevaron el segundo gol al marcador ni siquiera con el balón de nuevo en las mallas de la portería leonesa, ya que el colegiado anulaba al salir el balón por un espacio inapreciable a la vista un córner que terminaba con Gutiérrez rematando a placer en el área pequeña.
El equipo leonés estuvo descendido más de 75 minutos en los que no tuvo capacidad alguna de reacciónEl mediocampo leonés hacía aguas y las piernas se agarrotaban permitiendo al Numancia darse un festín de ocasiones. Guillermo, solo tras un error de Yeray, fallaba un mano a mano ante Palatsí, que salvaba otro disparo claro a Pere Milla. Y solo llegaba el descanso.
Toda la producción ofensiva de la Cultural en la primera mitad había sido un disparo que se marchó muy alto y la reclamación de un penalti sobre Bastos calcado a la acción que le costó a la Cultural el empate ante el Lugo.
No cambió el panorama lo más mínimo en la segunda mitad y la tristeza solo se tornó alegría precisamente con el tanto del equipo lucense. Otro espejismo en medio del desierto. El empate del Almería devolvía la sed y en un movimiento inexplicable le daba alas a De la Barrera para retirar del campo a Señé, desacertado pero insustituible con el marcador en contra.
Palatsí seguía de recital evitando en tres ocasiones lo que ya no pudo hacer a falta de 15 minutos. Unai Medina, solo en la frontal, la ponía donde quería para hacer el 2-0. Y se jugaban la vida.
Lo pareció solo cuando todo estaba ya perdido. Se volcó la Cultural en ataque y una genialidad de Buendía dejó solo a Rodri para que éste hiciera creer. Pero no se pudo ganar en 10 minutos lo que se perdió en 80, obligando a los tuyos a mirar a otro campo desde prácticamente el inicio. A un lado de Los Pajaritos, lágrimas, al otro, la alegría de quien creyó y mereció meterse en el ‘playoff’.
Un partido indigno de la categoría de un equipo que, por tanto, demuestra no ser merecedor de ella. La Cultural vuelve al infierno y ahora solo caben lágrimas. Algún día volverá a salir el sol, ojalá no haya que esperar otros 40 años.