– ¿De qué pecados te confiesas?
– Pues hablando de deporte, de las veces que me he pasado bebiendo en las carreras y me ha dado flato y de las que me quedé corto y me dio un ‘pajarón’.
– ¿En esto del triatlón eso de la gula y la pereza no valen, no?
– La verdad es que hay que cuidarse, aunque yo tampoco lo hago demasiado y es cierto que pasa factura.
– De momento has celebrado que la piscina vuelva a abrir a las 6:30 horaspara ir a nadar.
– Hay que sacar tiempo de debajo de las piedras para compaginar con la universidad con la que espero seguir a curso por año. Hay que hacer dos sesiones diarias y a veces es difícil sacar tiempo para todo.
– Compartiste carrera con Iván Raña, uno de los grandes de la historia del triatlón nacional, en la Copa de Europa de Madrid. ¿Qué consejos te dio?
– Es un tío muy agradable, prácticamente sin conocerme de nada me trató como a uno más del equipo y no te mira nunca por encima del hombro a pesar de ser campeón del mundo.
– ¿Qué pensaste cuando echó a correr descalzo?
– La verdad es que ya lo sabíamos, lo llevaba entrenando bastante tiempo pero no creo que eso sea para mí.
– Hablando de grandes nombres, incluso le has aguantado una natación a Javier Gómez Noya.
– Sí, fue en el Campeonato de España de Acuatlón del año pasado, sabía que él competía y tenía muy claro que al menos quería tener esa foto con él en carrera. Después creo que hice la segunda mejor transición y aún así él me pasó. Es un ‘superclase’ hasta en esos pequeños detalles.
– Ahora comienza un nuevo ciclo olímpico que acabará en Tokio en 2020. ¿Piensas en ello?
– Ni se me pasa por la cabeza, tengo que mejorar mucho y a los Juegos solo van los tres mejores. No es un objetivo que tenga en mente, quiero crecer en esa distancia pero también pienso en el cross o la media distancia aunque no sean tan mediáticas.
– Esta ha sido una semana precisamente muy mediática para el triatlón, ¿cómo viviste tu esa gran final de las Series Mundiales?
– Pues dudaba si trasnochar para verlas o no, pero creo que tomé la decisión acertada de quedarme porque ya a falta de un kilómetro sabía que lo que estaba viendo era historia del triatlón.Parecía todo decidido a falta de un kilómetro, pero la verdad es que antes yo ya había visto a Johnny Brownlee corriendo no muy centrado y con las rodillas que se le iban, pero nadie podía esperar lo que pasó al final.
– ¿A los que estáis dentro no os da un poco de rabia ver cómo se habla más de un desfallecimiento que de que un español sea campeón del mundo?
– Bueno, de Mario aún se ha hablado algo, pero Fernando Alarza fue bronce y ni se le ha nombrado. Falta el apoyo que tienen otros deportes como el tenis a nivel de medios, porque más o menos tienen las mismas licencias que el triatlón y lo puede practiar todo el mundo.
– Sí que está habiendo un ‘boom’ de este deporte en España en general y en León en particular.
– Es cierto, cuando empecé se empezaba a poner de moda y ahora cada vez más gente lo practica porque es realmente sencillo. Es ameno al entrenar varias disciplinas, no te machaca,y cada vez el nivel es más exigente.
– Pues hablando de deporte, de las veces que me he pasado bebiendo en las carreras y me ha dado flato y de las que me quedé corto y me dio un ‘pajarón’.
– ¿En esto del triatlón eso de la gula y la pereza no valen, no?
– La verdad es que hay que cuidarse, aunque yo tampoco lo hago demasiado y es cierto que pasa factura.
– De momento has celebrado que la piscina vuelva a abrir a las 6:30 horaspara ir a nadar.
– Hay que sacar tiempo de debajo de las piedras para compaginar con la universidad con la que espero seguir a curso por año. Hay que hacer dos sesiones diarias y a veces es difícil sacar tiempo para todo.
– Compartiste carrera con Iván Raña, uno de los grandes de la historia del triatlón nacional, en la Copa de Europa de Madrid. ¿Qué consejos te dio?
– Es un tío muy agradable, prácticamente sin conocerme de nada me trató como a uno más del equipo y no te mira nunca por encima del hombro a pesar de ser campeón del mundo.
– ¿Qué pensaste cuando echó a correr descalzo?
– La verdad es que ya lo sabíamos, lo llevaba entrenando bastante tiempo pero no creo que eso sea para mí.
– Hablando de grandes nombres, incluso le has aguantado una natación a Javier Gómez Noya.
– Sí, fue en el Campeonato de España de Acuatlón del año pasado, sabía que él competía y tenía muy claro que al menos quería tener esa foto con él en carrera. Después creo que hice la segunda mejor transición y aún así él me pasó. Es un ‘superclase’ hasta en esos pequeños detalles.
– Ahora comienza un nuevo ciclo olímpico que acabará en Tokio en 2020. ¿Piensas en ello?
– Ni se me pasa por la cabeza, tengo que mejorar mucho y a los Juegos solo van los tres mejores. No es un objetivo que tenga en mente, quiero crecer en esa distancia pero también pienso en el cross o la media distancia aunque no sean tan mediáticas.
– Esta ha sido una semana precisamente muy mediática para el triatlón, ¿cómo viviste tu esa gran final de las Series Mundiales?
– Pues dudaba si trasnochar para verlas o no, pero creo que tomé la decisión acertada de quedarme porque ya a falta de un kilómetro sabía que lo que estaba viendo era historia del triatlón.Parecía todo decidido a falta de un kilómetro, pero la verdad es que antes yo ya había visto a Johnny Brownlee corriendo no muy centrado y con las rodillas que se le iban, pero nadie podía esperar lo que pasó al final.
– ¿A los que estáis dentro no os da un poco de rabia ver cómo se habla más de un desfallecimiento que de que un español sea campeón del mundo?
– Bueno, de Mario aún se ha hablado algo, pero Fernando Alarza fue bronce y ni se le ha nombrado. Falta el apoyo que tienen otros deportes como el tenis a nivel de medios, porque más o menos tienen las mismas licencias que el triatlón y lo puede practiar todo el mundo.
– Sí que está habiendo un ‘boom’ de este deporte en España en general y en León en particular.
– Es cierto, cuando empecé se empezaba a poner de moda y ahora cada vez más gente lo practica porque es realmente sencillo. Es ameno al entrenar varias disciplinas, no te machaca,y cada vez el nivel es más exigente.