Su regreso a la Ponferradina en el pasado mes de enero fue la vuelta del hijo pródigo. Ese joven que abandonó el Bierzo como otros tantos en busca de nuevos retos profesionales recorrió finalmente el camino de vuelta casi una década y media después para terminar donde todo comenzó, en la Deportiva y en El Toralín, con la mochila cargada de experiencia y un reto sellado en la mente: devolver al equipo a la Segunda División.
–Empecemos por el final. En la última jornada marcó un doblete que dejó la clasificación para el play-off prácticamente cerrada, aunque fue un día complicado para el club por el fallecimiento de la madre del presidente.
–Fue complicado para todos. El ‘presi’ es el que mantiene todo esto tal y como lo vemos y lo vivimos, por lo que la pérdida de alguien así, tenga la edad que tenga, es muy dura. Aún así, ahí lo tuvimos con nosotros, por lo que fue un aliciente más para ganar, casi certificar el play-off y darle todo nuestro apoyo. Y a nivel personal, estoy muy feliz por el primer doblete en Ponferrada después de tantos años, además con victoria. Felicidad máxima.
–En las celebraciones de los goles se le vio precisamente dedicándoselos al presidente. Es una persona muy cercana para usted que incluso tuvo un gran peso en su regreso...
–Yo hace 14 años que no estaba aquí pero he mantenido todo ese tiempo la relación con él. Nuestro trato, obviamente con el máximo respeto profesional, va más allá por todo lo que hemos vivido al margen del fútbol. Podría decir casi al 100% que si él no estuviese yo no estaría ahora aquí. Es una pieza clave para que yo haya vuelto, así que consideré que tenía que dedicarle los goles.
"Puedo decir casi al 100% que si el presidente no estuviera aquí yo ahora tampoco lo estaría. Es una pieza clave"
–Al ser de Ponferrada, en las derrotas se le ve especialmente fastidiado. ¿Cómo le explica a sus compañeros qué es la Deportiva para usted?
–Yo tengo un sentimiento de pertenencia. Llevo muchos más años fuera como jugador que aquí, pero me crié en Ponferrada. Venía con ocho años con mi abuelo y recuerdo cómo le cantaban a jugadores como Raponi, Panadero o Bornes. Yo viví a todos primero como aficionado y luego compartí vestuario con Rubén Vega en su último año, Jonathan Valle, Omar, Víctor Salas... He vivido esa evolución hasta el primer equipo y ahora me siento importante dento del club, así que se genera esa pertenencia y esa responsabilidad que en muchos momentos no es buena, pero sí algo que va implícito en mí. Al final tienes dolor, porque lo que le afecta a la Ponferradina también me afecta a mí y a mi familia, pero mi deseo es representar al club y al escudo lo mejor posible.
–En estos años que estuvo fuera, incluso en alguna ocasión en la que se rumoreó su regreso y también ahora cuando finalmente volvió, una parte de la afición le criticó. ¿Entendía esas críticas?
–Yo entiendo y acepto todo, podría decir que tengo las espaldas muy anchas pero no he vivido situaciones feas hacia mí, ni aquí ni en otros clubes. Entiendo que si alguien expresa su opinión y no la verdad de lo que sucede y la gente lo escucha, saque las conclusiones en base a eso. Yo jamás he dado una rueda de prensa o entrevista cuando no he estado aquí, me he dedicado a mi vida y a jugar el fútbol, que creo que es lo que mejor he sabido hacer. De Borja Valle se ha escuchado muy poco en los 14 años que he estado fuera. En esa situación no iba a hacerlo diferente, si alguien tenía que hablar, ya se expresó en su momento sobre lo que pasó. A mí claro que me duele que haya gente en tu ciudad que piense cosas que tú sabes que no son así, pero no iba a perder el tiempo justificándome. Cada uno dio su opinión, verdad o no, aunque yo sé que no, pero el que la coja fuera pues tiene voz y voto para decidir si quiere creerlo o no.
"La ciudad y la provincia son reconocidas a través de la Ponferradina porque se hacen las cosas bien en los despachos"
–Ahora ha regresado, el club ha cambiado, hay un Toralín totalmente diferente, la Deportiva está peleando por regresar al fútbol profesional... Usted que ha jugado incluso en Primera División, ¿cree que no se le da el valor que realmente tiene a este club?
–No, no se le da. Yo he estado en ciudades mucho más grandes con clubes mucho peores, menos serios y con gente que te miente a la cara y juega con tu vida y el presente y el futuro de tu familia. No le damos valor. Hay veces que por ser fútbol exigimos mucho más de lo que realmente toca. Obviamente que todos queremos ascender, que la Deportiva siga creciendo, se mantenga veinte años en el fútbol profesional y ayude a la ciudad a ser mejor y más reconocida, pero no le damos valor a lo que tenemos ahora mismo. Si no conseguimos el ascenso creo que debería dársele mucho mérito a lo que hace la Ponferradina, el ‘presi’ y el director deportivo. No sé cuántos jugadores hay nuevos...
–Todos menos Yuri y Ale Díez.
–Pues mira, y es muy difícil acertar y tomar los mandos de una Ponferradina con una repercusión, un historial futbolístico y una presión, y hay que darle mucho valor a todas las decisiones que se toman en estos despachos. La ciudad y la provincia son reconocidas a través de la Ponferradina porque se hacen las cosas bien. Deberíamos tener más calma en los procesos y en todos los pasos, pero el fútbol es verdad que no espera.
–¿Tiene en mente cerrar un ciclo en la Deportiva con este regreso quedándose en el club del que salió para poner el broche a su carrera deportiva?
–Sí. Yo no sé lo que sucederá, pero mi intención es esa. Mi decisión es no volver a vestir la camiseta de otro club que no sea este. El presidente lo sabe y esa es la intención, aunque obviamente el fútbol es incontrolable. Quizá en tres años sigamos sin ascender y no doy el nivel que tengo que dar, y el club puede tomar sus decisiones y tú las tienes que respetar, pero la decisión de la vuelta es para quedarme, para generar una historia personal con la Ponferradina que tuve que parar durante 14 años. Me gustaría retomarla ahora y que tenga un final en la Ponfe sin vestir otros colores.
–¿Le quedan dos años de contrato?
Tres, me quedan tres.
–El presidente entiendo que es bien consciente de esta intención suya...
–Él y yo tenemos mucha confianza para hablar este tipo de temas. Mi intención es venir a ayudar a la Ponferradina. Si puedo durante ocho años, pues será durante ochos años. Y si puedo y me dejan durante dos o tres, pues encantado. No sabemos lo que va a suceder y todos los veranos se toman muchas decisiones, pero me haría mucha ilusión que el proceso final de mi carrera fuese aquí. Mi ciclo, con todo lo que he vivido y los sueños cumplidos, quiero cerrarlo aquí.
"Mi objetivo es devolver a la Deportiva a Segunda División. Quiero resarcirme y decir: he vuelto y todo ha salido bien"
–Hablemos de la temporada desde su llegada. Han tenido dos entrenadores con propuestas distintas. Comenzando por Vélez, había un equipo sólido pero en ataque quizá estaba desaprovechado. Usted como delantero, ¿también lo veía así?
–No lo sé, no me gusta meterme en estas situaciones. De poco serviría en caso de ascenso hablar de que el equipo no tenía gol, y si la Ponferradina no asciende pues igual entonces sí recurrimos a la forma en la que entrenaba Vélez para achacar que no se consiguió el ascenso. Yo firmaría ascender con todo empates y sin tirar a puerta y poder celebrarlo en Lazúrtegui. Hay opiniones y diferentes gustos. Yo tengo mi criterio personal, pero respeto todos los estilos. Soy futbolista, no soy nadie para decir nada.
–Usted personalmente, y el vestuario en su conjunto, ¿entendieron la decisión del club de cambiar de técnico?
–Es complicado. Cuando estás cerca del primero es difícil de entender, pero con el tiempo te das cuenta de que el cambio -analizando quién toma la decisión- es única y exclusivamente para mejorar la situación. Nosotros sólo somos los protagonistas en el campo y todo lo de fuera tenemos que aceptarlo y respetarlo. Sabiendo que la decisión se toma desde arriba es para la mejoría del club, siempre la vamos a aceptar.
–Con la propuesta actual de Juanfran se ven cambios: un equipo más suelto, la defensa más adelantada...
–Si, puede ser. Tenemos jugadores para ser mucho más agresivos arriba, presionando alto y asumiendo la iniciativa. Hay futbolistas para ello y en el momento que lo trabajas pues sale. Luego es fútbol, puede salir bien o mal, y contra un Barcelona B hay situaciones difíciles de contrarrestar, pero sí, hay gente que disfruta mucho más con balón. A mí personalmente si me quitas el balón y me pones a correr dejo de ser yo. Cuando trabajas de esta forma, a los que nos gusta el balón somos más felices.
–Le hemos visto en banda, por dentro, en punta, como interior, incluso muy próximo a Pol en medio de campo...
–Pues sí, ese es el resumen de mi vida futbolística, de todo y de nada, como siempre digo (ríe). He tenido siempre esa facilidad para ocupar varias posiciones. Como jugador, sí he sentido siempre que necesito libertad y no estar anclado a una ubicación, entonces ahora me encuentro mucho mas a gusto. Participo más con balón, tenemos más situaciones con pelota... Yo soy partidario de ese fútbol, así soy más feliz. Antes quizá nos faltaba ese equilibrio entre tener la pelota y no tenerla, entre correr más o menos, y ahora lo estamos ajustando.
"A mí personalmente si me quitas el balón y me pones a correr dejo de ser yo. Con el nuevo estilo soy más feliz"
–Para un futbolista imagino que será más adecuado tener continuidad en una posición y no estar cambiando continuamente...
–Prefiero jugar como segundo punta, con libertad, pero nunca me ha molestado rotar en situaciones puntuales. Al revés, si sirves para más cosas tienes más posibilidades para estar en el verde, aunque obviamente hay posiciones en las que te encuentras mejor que en otras.
–La dinámica del equipo es buena con dos victorias seguidas y sólo necesitan un punto para sellar el play-off. ¿Tienen en mente sólo ese punto o miran hacia los puestos más altos?
–Para que todo el mundo entienda que la ambición de la Deportiva es ascender es necesario que vayamos a por el 6/6. Además, con cuantas mejores sensaciones llegues al play-off, más posibilidades vas a tener de ascender. No es lo mismo quedar quinto que tercero o segundo. La ventaja a nivel emocional, deportivo y a nivel campo se nota. No podemos ir a Sabadell pensando que un punto nos vale. Si queremos conseguir algo realmente, debemos ir a por el 6/6.
–¿Se imagina ascender siendo protagonista?
–Mi objetivo es vivir un ascenso como responsable, integrante y partícipe al 100% de lo que pase en el día a día. Quiero devolver al club a Segunda. Como berciano, volver a subir al Ayuntamiento sintiéndome partícipe es algo que quiero vivir. También es una manera de resarcirme tras los descensos que he vivido y estar lejos tanto tiempo. Sería decir: he vuelto y todo ha salido todo bien.
–Durante la temporada ha habido un problema de lesiones, pero ahora están recuperando efectivos. ¿Ve que Cerdà, Dacosta o Mángel llegarían en buen estado a la fase de ascenso?
–Los veo preparadísimos. Estamos llegando al final recuperando a todo el mundo, y estos que han estado fuera por lesiones pueden tener un aliciente adicional. Nos puede venir hasta bien la necesidad de Dacosta de participar, la de Pol Llonch de sumar 6-7 partidos seguidos. Es bueno que lleguen a tiempo con ambición por mostrarse.
–Otro joven que expresó la buena relación que mantienen es Yeray. Dijo que usted ve el potencial que tiene.
-Es talento puro, tiene todas las condiciones para ser profesional durante muchos años. Yo le aprieto mucho, a veces hasta me paso (ríe). Él sabe que es por su bien. A mí me sale decirle que tiene que coger una portería, y si lo hace más que antes, me siento orgulloso. Yeray trabaja, tiene talento y quiere aprender.
–¿Cómo asume este papel de veterano? ¿Es una responsabilidad extra?
-Cuando era joven era demasiado responsable, pero ahora me siento extraño viéndome el segundo o tercero mayor del equipo. Estoy rodeado de gente muy joven y hay veces que aunque hable como un veterano no me siento como tal. El vestuario es muy bueno con mucha gente que quiere aprender.
–Precisamente la mayor parte de la plantilla ha firmado por más de un año. Esto da confianza en el proyecto.
-Los veranos son un caos. Que haya contratos largos es algo muy interesante, sobre todo con la gente joven que ya sepa lo que pasa cuando ganas o pierdes en El Toralín. Da tranquilidad. La apuesta del club es muy buena y necesaria.