En el sensacional arranque de temporada de la Cultural está jugando un papel clave Sergi Maestre, que se ha ganado la confianza de Raúl Llona y con su labor, muchas veces oscura pero siempre fundamental, está contribuyendo de forma decisiva al brillo del conjunto leonés. El equipo y su situación personal pasa por su análisis en una entrevista en La Nueva Crónica.
– Era muy optimista en verano, en su presentación, pero ¿tanto como para imaginarse un arranque de temporada como el que se está viviendo?
– No, la verdad es que no, si algo caracteriza a esta categoría es que es muy igualada y cuesta mucho sacar los partidos, por lo que aunque a priori veas la plantilla que se confecciona y lo hecho el año anterior, y te dé esperanzas de hacer un año bonito e ilusionante, es cierto que no esperas un arranque tan bueno como el que ahora llevamos.
– Destacaba aquel día que le gustaba poner calma en el vestuario en los momentos malos, que eso era importante, ¿también los veteranos deben hacerlo en los buenos o es más partidario de dejar disfrutar a tope?
– Hay que tener las dos cosas, hay que poner calma, sobre todo de cara a la gente que se le puede subir un poco más a la cabeza, que de momento no es el caso de ningún compañero, y hay que dejar que la gente disfrute. Hemos vivido todos, tanto los aficionados como yo en otros equipos o los compañeros años que son realmente malos, que no tienen ninguna alegría y se hacen muy largos, y cuando llega uno que empieza así hay que disfrutar de la victoria en su justa medida, porque son momentos para hacerlo y recordarlos después.
– ¿Dónde ve la clave de este equipo?
– En el hambre. Se ha juntado un grupo de jugadores, tanto los veteranos como puede ser mi caso que aunque hayamos tenido la suerte de tocar de refilón la Segunda División tenemos ese hambre por volver a lo que hemos tocado y no hemos podido abrazar como nos hubiera gustado; y la gente joven y los que siguen del año anterior que se quedaron con la miel en los labios y es lo que hace que esta gente cada día se exiga más. Luego la competencia interna, saber que el compañero aprieta para competir y jugar más minutos que tú, y eso hace que cada vez que el míster te da la oportunidad te exijas lo máximo para intentar mejorar y mantener esos minutos o incrementarlos la siguiente semana.
– ¿Qué le falta a este equipo? ¿O mantener la línea de los últimos días sería bastante?
– A nivel de resultados si mantuviéramos la línea sería lo ideal, pero a nivel de juego siempre hay detalles que se pueden pulir, a estas alturas nunca lo puedes tener todo hecho.
– Verá más que pulir en ataque que en defensa dados los espectaculares números no sólo de goles encajados sino de ocasiones concedidas...
– Es que tenemos gente muy comprometida. Mi ejemplo es Manu Justo, que veo el palizón de correr que lleva de estar defendiendo y cuando acaban los partidos me gusta agradecérselo. En general la gente de arriba está haciendo un trabajo brutal a nivel defensivo aparte de los números ofensivos que estamos generando, son los primeros que hacen esa barrera y nos facilitan el trabajo a los de atrás.
– A nivel personal, ¿está disfrutando como hacía mucho tiempo que no lo hacía tras esos dos años complicados por las lesiones?
– Sí, está siendo una etapa bonita para mí, lo primero por la salud, que no estoy teniendo lesiones y esperemos que siga así. Luego porque me he encontrado un grupo que me ha abierto los brazos, me ha recibido encantado y estoy muy a gusto; y también por el estilo de juego del míster, que creo que pega conmigo, es lo que me gusta hacer. Todo eso hace que me sienta muy cómodo, desde el año de Primera RFEF del Albacete no disfrutaba tanto en el campo.
– ¿Llegó a pensar en esos momentos difíciles que no iba a poder volver a dar este nivel y disfrutar así del fútbol?
– Sí, muchas veces, porque el fútbol no espera, te pilla en un momento muy bueno una lesión muy grave y cuando quieres volver hay que reconocer que ha seguido sin ti, los compañeros que te encuentras en ese momento están a un ritmo superior al tuyo, con la edad que tienes no recuperas igual, me cuesta coger el ritmo por el tipo de jugador que soy y hay momentos que lo piensas. Intenté buscar ese balón de oxígeno en Sabadell y tampoco acaba la temporada como esperas, así que hay momentos en los que uno duda de si va a poder volver a encontrar un buen nivel. Por suerte ahora cada vez me encuentro mejor, cada vez que acumulo minutos siento que encuentro más ese ritmo que me haga llegar al de Murcia, Badajoz o Albacete que creo que fueron mis mejores etapas, y espero que siga la cosa así.
– ¿Es clave el aspecto mental cuando has pasado por momentos así?
– Empiezas a valorar otras cosas y das valor a los compañeros que caen en una lesión, que les ves cabizbajos y con días jodidos, siempre intento acercarme y ayudar porque la experiencia vale para eso. Me sentí identificado con la carta de Bicho contando su experiencia, pasas por dos años con dos operaciones que te hacen apartarte del fútbol una ocho meses y la otra cuatro o cinco... y es difícil creer. De las opciones que tenía en verano para firmar había algunas de más importe económico y seguramente la mayoría a mi edad hubiera pensado el ‘voy a hacer hucha, que me queda poco, me lleno el bolsillo y que sea lo que sea’. Sin embargo decidí apostar por una calidad en el día a día, a nivel de entrenamientos, de estructura de club o servicio médico que me llevara a volver a encontrar ese nivel para disfrutar. No voy a acabar rico después del fútbol con la edad que tengo y por donde he pasado, pero por lo menos que me quede un recuerdo bonito, no quiero que cuando llegue el final pensara que decidí el dinero y ahora ni una cosa ni la otra, decidí disfrutar y de momento aquí lo estoy haciendo.
– Tras pasar por todo eso y con la enorme competencia que hay en el centro del campo, ¿le sorprende todo el proragonismo que está teniendo ya en el arranque de liga?
– Sí, me sorprende, de hecho cuando decido venir y veo los jugadores que hay... acabas dándole vueltas, porque valoras la estructura de club, lo que te vas a encontrar para entrenar, lo que te ha dicho Manzanera cuando me llama para firmar, la plantilla y la ambición que hay... pero también egoístamente te preguntas... ¿yo voy a tener sitio aquí? Miras y no esperas acumular los minutos que estoy acumulando estoy inicio, por suerte para mí me está tocando participar más ahora e intentaré alargarlo lo máximo posible.
"No esperaba acumular los minutos que estpy teniendo de inicio, al ver lo que había te preguntas: ¿voy a tener sitio aquí? Intentaré alargarlo lo máximo posible"
– ¿Cambia mucho lo que requiere el equipo de Maestre cuando tiene de pareja a Barri con respecto a cuando su compañero es Bicho?
– Pienso que no, tanto Barri como Bicho tienen un buen manejo de balón y les gusta asociarse. Quizá cuando juego con Bicho le puedo dar cualquier balón que él se encarga de moverla y mi función pasa a ser más defensiva, más de ayudar a sacar el balón y una vez que llega a su zona que sea él quien se encargue de la construcción, y yo mismo sin que nadie me lo diga me centro más en la faceta defensiva que quizá es en la que puede flojear dentro de su buen nivel en todo. Y Barri, a pesar de que está haciendo una temporada a nivel de goles y llegadas al área brutal, no tiene tanto manejo como Bicho, que creo que técnicamente es un poco mejor que los otros mediocentros que estamos, pero te aporta más trabajo. Intentamos compenetrarnos con lo que nos toque, si me toca con Kevin Presa lo mismo, que es un animal competitivo que es capaz de estar 120 minutos corriendo sin cansarse. Mi función al final es la que marca el cuerpo técnico en cada partido.
– ¿Y qué requiere de usted Llona?
– Ayudar en el inicio, en la salida de balón para tenerla limpia, y a partir de ahí estar pendiente en las transiciones del rival por si perdemos el balón. Estar organizando el equipo, equilibrándolo, girar el juego... un poco en función de rival, hay días como el de Arenteiro que tenía que estar más pendiente de su juego directo.
– ¿Se acostumbra uno a tantas sorpresas en el once cada semana?
– Es algo para mí bastante nuevo, porque en lo que había vivido hasta ahora la mayoría de entrenadores son de tener un once tipo y luego acabar contando con 13-14 futbolistas en total, siendo la mayoría de cambios en la parte ofensiva y habiendo menos sobre todo yendo bien. Creo que es un punto muy positivo, al principio te pilla de nuevo, pero lo mejor es que entiendes que propone un once para ganar ese partido, que igual la semana pasada lo hiciste muy bien y marcaste dos goles pero en esta lo mejor para el equipo es que salga otro compañero. Dentro del egoísmo de cada jugador y que frustra el no jugar lo entiendes más cuando tiene esa manera de trabajar.
– Dice el compañero Jorge Alonso que Maestre es un jugador «para los que saben de fútbol»...
– Dile a Jorge que Maestre hace lo que puede (risas). He tenido mucha suerte en mi carrera, o había muchos que sabían de fútbol o todo el mundo me ha valorado, he participado mucho con casi todos los entrenadores que he tenido y cuando no lo he hecho había otro compañero que estaba mejor y no se podía decir nada. Yo soy uno más de esta plantilla que tiene un nivelazo.
– A alguien que ha tenido muy buenos compañeros, porque ha tenido la suerte de estar en grandes plantillas, ¿le ha sorprendido el nivel de alguno de los que se ha encontrado en León?
– Había varios que no tenía controlados, por ejemplo Pibe que ha arrancado la temporada como un cañón y me ha sorprendido. Hay otros que sabía que tenían nivel, a Barri, Bicho, Satrústegui, cuando les ves el nivelazo que tienen no te sorprende porque lo sabías. Pero el que más Pibe y Luis Chacón, que la verdad es que ha llegado y caído de pie, y cuando le ves entiendes las cosas. Además tengo debilidad por esos jugadores que son capaces de hacer lo que yo no soy capaz de hacer, estos pequeñitos que se giran, que ven pases, taconazos y no sé qué... es un disfrute verlos.
"Tengo debilidad por esos jugadores capaces de hacer lo que yo no soy capaz, esos pequeñitos que se giran, ven pases, taconazos..."
– En esa última semana de mercado, con tanto ruido en torno a Chacón y no teniéndole tan controlado, ¿llega a pensar en si no se estará montando demasiado lío por ese chico?
– Cuando había tanto rumor preguntas a excompañeros suyos y todos te decían: «es que es buenísimo, ya lo verás». Al escuchar tanto ruido por un jugador que tú no tienes tan controlado, al principio dices pues a ver quién es, si va a venir aquí tampoco será tanto... no sé, imaginas un jugador más de la categoría que puede despuntar en algún aspecto, no esperas esto. Por suerte está mostrando todo lo que tiene y que siga así.
– Decía antes que disfrutaba viendo a esos jugadores que hacen lo que usted no, entiendo que Maestre no hubiera intentando ese tacón en Salamanca...
– Yo seguramente no hubiera llegado ni donde llegó Barri porque me quedaba lejos (risas). He tenido entrenadores que a los de la parte de ataque les preguntaba si tenían un candado de estos de los presos del tobillo cuando llegaban al mediocampo porque no volvían para atrás; yo me he puesto uno pero para no llegar adelante. Ahora en serio, cada uno tiene sus cualidades y a mí no se me ocurriría en la vida, yo intentaría rematar o volver a dársela al que me ha ha dado para que busque él otro pase. Cuando lo sigues desde atrás en la tensión del partido, y le ves pegar un taconazo allí.... porque acaba en gol, sino seguramente me hubiera acercado a decirle algo, pero como es así a alegrarse, disfrutar y que se fastidien un poco los contrarios, que a mí me toca sufrirlo en los entrenos.
– ¿El Maestre que estamos viendo en los últimos partidos se acerca a su mejor versión?
– Sinceramente, yo creo que la mejor versión de Maestre pasó. Tengo que ser claro, para mí va a ser difícil después de las lesiones y demás volver al nivel que tuve cuando estuve en el Murcia, Badajoz o el primer año en el Albacete, porque te encuentras en una plenitud física, sin lesiones... que caes de pie en los sitios, entras y todo va rodado. A mí me pasó y a otros compañeros también que de los 27 a los 31 entiendes el juego de otra manera, te encuentras en la plenitud física y ahí llega el mejor momento de un futbolista. Ahora hay más años y lesiones, me encuentro bien pero yo mismo me detecto en varias acciones del partido, que te dices oye el Maestre de su mejor época aquí llegaba más rápido, o cuando el rival se giraba le podía frenar de otra manera... ahora me valgo de otras artimañas para cubrir las carencias que tienes.
"Cuando llega una mala racha, este colchón te va a dar tranquilidad para que no entren nervios y un pequeño margen para volver a reencontrarnos"
– ¿Qué importancia se le da a llevarle ya cinco puntos al segundo?
– Más que mirar la clasificación o la distancia con el segundo o el sexto, buscamos sumar cada semana. Sobre los puntos, cuando llegue una mala racha tienes ese colchoncito que te va a dar esa tranquilidad para que no entren esos nervios ni en nosotros, ni en el entorno ni en el club, y poder seguir trabajando desde la tranquilidad de que lo que hemos hecho antes nos da ese pequeño margen para volver a reencontrarnos.
– Cuando empiezas tan bien, ¿se hace difícil no hablar claramente de que el objetivo es el ‘playoff’?
– Nuestro objetivo debe ser cada semana un poco mejor equipo que la anterior, sin mirar más lejos. No vale mirar ahora dónde estarás a final de abril, porque pueden pasar tantas cosas por el medio que no te da nada, lo que sí puedes hacer es mirar lo que tenemos a cuatro días vista porque vale oro. Pero es mejorar lo del año pasado, que se quedó cerca de lo que a la gente le gusta nombrar, pues vamos a por ello.
– ¿Crece más el nivel de exigencia o la confianza con un arranque así?
– Creo que crecen casi a la par. La exigencia sube, porque cada equipo que se mide a ti te ve cómo el rival a batir, es el partido que tienen marcado en este arranque de temporada; pero el nivel de confianza de los jugadores va aumentando porque ves que las cosas te salen, empiezas a confiar más en lo que plantea el cuerpo técnico porque ves que da resultado. Tienes que medirla para no pasarte, porque cada vez el objetivo es más goloso y no puedes llegar nunca a un exceso de confianza.
– Sobre el tema de horarios, ahora con el Cultural-Ponferradina a las 21:30 y a la vez que el Madrid-Barça. ¿En el vestuario se entiende? ¿Sorprende?
– ¿Entenderlo? No hay mucho que entender, esto tiene una parte de negocio, no tan grande como la LFP, pero la cadena que retransmite manda y elige. Para mí lo mejor es lo que había antes en Segunda B, que cada club elige a qué hora jugar por la situación de su ciudad y sus aficionados, porque es como mayor asistencia va a haber en el campo. Que nos pongan partidos un viernes o a las 2 de la tarde o las 9 y media de la noche, no sé hasta qué punto beneficia al espectáculo ni en asistencia ni en visualizaciones por televisión. Lo entiendo, porque quien paga manda, pero no comparto estos horarios.
– Y por último, la afición. ¿Qué se piensa ante una respuesta como la que está teniendo?
– La verdad es que me ha sorprendido y agrada mucho. Que desde el inicio la gente esté así con el equipo al jugador le reconforta y le gusta, ojalá que se siga sumando gente, esta ciudad tiene muchos más habitantes y que vayan viniendo que te hace sentir futbolista. Suena feo decirlo, porque eres profesional del fútbol haya la gente que haya, pero todos cuando vemos la tele y un campo lleno se te ponen los pelos de punta de qué guapo tiene que estar vivir algo así.