Pocas veces en un corro de lucha hay tal desfile de luchadores, aficionados y hasta los árbitros para felicitar al vencedor como ocurrió ayer en La Virgen del Camino cuando se proclamó ganador de ligeros un tipo tan entrañable y excelente deportista como Jesús Martínez, Jesús el de La Braña. Hasta sus rivales. No hace mucho que en una final con David el padre de su rival, Jesús Riaño, le decía a Jesús: «Estaba rezando para que lo tiraras». Y Chucho también estaba feliz, poco le importaba que el camino hacia la victoria lo hubiera iniciado dando la sorpresa a las primeras de cambio tirando al ya campeón, David, incluso con solvencia. También en la final Fer se lo puso muy difícil, le dio una entera... pero ayer era el día de Jesús ‘El de La Braña’.
Creo que una de las frases que más se ha repetido en estas crónicas de los corros es que «la lucha le debe un corro a Jesús», que ya había luchado muchas finales (más de veinte, decía él;más de treinta, le decía Javi Oblanca) sin vencer en ninguna. Ayer la lucha saldó esta vieja deuda. Y el bueno de Jesús miró al cielo, ¡cómo no!, recordó que el año pasado tuvo que cortar su temporada para cuidar a su padre, con una grave enfermedad de la que falleció, y el de La Braña no volvió a competir aquella temporada. Miró al cielo y también se acordó de su chica, Marta, que tantas veces le habrá oído lamentar ese combate que se le escapó.
- Lo mereces, y mucho;le dice Javi Oblanca, el patriarca de todos.
- Ya era hora;dice el bueno de Jesús, que remata: «Con 34 años».
Pues todo llega. Entre la felicidad de muchos y, por una vez, con una alegría especial para quien lo cuenta. Porque es bueno que la lucha pague sus deudas a la gente buena, noble y deportiva;porque es bueno que siga habiendo luchadores antiguos, apegados a sus pueblos, con profesiones de toda la vida, como la ganadería o la albañilería...
Porque nadie puede dudar que Jesús lo merece, que luchar decenas de finales y no haber ganado ninguna es una anomalía incluso estadística pues quien ha estado en tantas finales no puede ser un luchador cualquiera. Y porque he visto a muy pocos salir derrotado con tanta dignidad como a este paisano de La Braña, hablando con el rival que le derrotó, felicitándolo. Tal vez por ello ayer muchos tuvieron ese acto de justicia poética que fue abrazarle a él.
Empieza otra era. Aquella en la que la lucha bhba pagado una vieja deuda. «A ver si aprende la Diputación», bromeaban algunos.
Davizuco trabajó en finca ajena
Tendrán que perdonar el resto de los luchadores que hoy, por una vez, Jesús les haya dejado casi sin espacio para contar lo que ellos hicieron ayer en un corro que comenzó con la mala noticia de no poder celebrarse al aire libre, en pradera, pero la lluvia decide. Es más triste el pabellón y la lluvia dejó la cita en una entrada floja para este lugar.
Y si el corro comenzó con ‘sorpresa agradable’ en su inicio la noticia más relevante después de la de Jesús llegó en la última de las categorías, la de pesados. A las primeras de cambio el sorteo emparejó una vez más al ya campeón, Pedro Alvarado— y a Davizuco el de La Vecilla, que ya ha competido en unos pocos corros. «Vamos a hacernos pareja de hecho».
Hasta ahora la balanza se había decantado del lado de Pedro, incluso había bromas con «no le hagas pagar a David que el otro día te ganó su hermano (Tomasuco)». Los dos sonreíanpero David con más motivo pues unos segundos después dejó en el centro del corro una nueva lección de lucha, no dejando al Kamikaze ninguna posibilidad, y con una primera caída de ‘póster’. Pero, como ocurre tantas veces, «David trabajó para hacienda ajena y después de tirar al líder cayó en semifinales con el, a la postre, campeón, Caberín de Valdearcos, que le consolaba y reconocía que «no fue un combate bonito, esto es así». Después remató ganando a Goyo, de Villamuñío.
Adri y Tomasuco, gemelos
Perdonarán Adri y Tomasuco el pequeño rincón que queda para sus victorias, sirva de homenaje suyo a Jesús, pero lo cierto es que en este poco espacio se puede contar que mostraron su versión más dominadora, casi apabullante, con caídas en pocos segundos, sin dar respiro. En fin, como son ellos, que hay días que parecen gemelos.
Liga para Luzma, ‘la mejor alumna de Lupi’ que se lo dedica a Felipe León
También en la categoría femenina llegó la época del «baile de las campeonas» y la de ligeros, Bea Riaño, subió ayer a medios.
- ¿Aprobar, te pasas de peso?
- De todo un poco. Se nota en el peso el ‘peso’ de las fiestas de Cistierna y tampoco tenía muchas ganas de bajar.
La que sí tenía ganas de luchar era Miriam, la de Montejos es el día que lucha en casa y quería ‘cumplir’ en su pueblo pero la lesión se lo impide: «Lo intenté, fui ayer al fisio y me dijeron que no, que lo único que podía hacer era ir para atrás».
El salto de Bea a medios propició una final entre campeonas, La pelirroja de oro con Luzma Carcedo, que era campeona de Liga al saltar a disputar la final pero lo remató ganando el corro con contundencia, 2,5 caídas de garra y potencia sin recibir nada ante una rival que le luchó a cara de perro pero... La Pantera es también un ciclón.
Segunda Liga consecutiva para Luzma, de tan solo 24 años pero que lleva una vida luchando, desde que con seis años fue a buscarla a su casa Lupi Prieto y, bromea, «aspiro a ser su mejor alumna», que ya lo es. Sin embargo, el gran ídolo de Luzma es... Felipe León. «Le tengo un cariño especial. Siempre me iba a dar dos besos en los corros, a darme consejos... para mí que el año pasado me diera el premio en Villaquilambre, en su última aparición pública, fue muy emocionante. Yél también se emocionó cuando le dije que, para mi, era un gran honor recibir ese premio de sus manos».
Antes, con Bea en medios, Priscila recordó a la del pasado año, sumó un nuevo corro con solvencia, primero ante Elena Blanco y después en una final con Sandra dura, como siempre, pues la de Valdesogo es rocosa como pocas.
Y en pesados había mucha cera o tela que cortar, con varias aspirantes que suelen tener ‘fuego cruzado’. Así Cecilia ‘La Ciclón’ tiró a la líder Karla Sofía para caer ante la judoka Lucía López-Dóriga;mientras la otra Lucía López, la de Prioro, la esperaba en la final... como en Mansilla.
No solo era la lucha contra el judo, era la tradición de la de Prioro (tan practicante de la lucha como de ser ‘quinta’ o cantar la ronda) contra los nuevos tiempos de López-Dóriga, con entrenadores en la banda. Se adelantó la cántabra pero reaccionó la de la cuna del Cea, se repuso y le dio dos enteras y una media con las más viejas armas, recuerda en su lucha práctica a su antiguo alcalde y luchador, El Che, sin desperdiciar ni una oportunidad y siempre bien colocada.
Hoy la ronda de los mozos se detendrá en su ventana... Y ella feliz.