Ahora que los números sí empiezan a ser los de un candidato al ascenso –cuatro victorias y un empate en las cinco últimas jornadas–, el conjunto berciano sigue sin dejar buenas sensaciones, acostumbrándose a sufrir cada partido hasta el último minuto.
Los blanquiazules ya han tenido dos grandes oportunidades de reivindicarse y han perdido ambas. Ante Arandina y Guijuelo, los bercianos consiguieron adelantarse pronto en el marcador. Sin embargo, el tanto que debía ser una válvula de escapa a la tensión, terminó generando más ansiedad.
Y es que la otra gran asignatura pendiente de la Deportiva es aprender a cerrar los partidos. Las cuatro victorias conseguidas hasta la fecha han sido por un único gol de diferencia, lo que también aumenta las distancias respecto a Racing de Santander y Cultural.
Cántabros y leoneses solo han sumado dos puntos más que los de Manolo Herrero en las cinco últimas jornadas, pero la autoridad con la que sacan sus partidos adelante es bien distinta. Así, el Racing despachó a Osasuna B, que empezaba la jornada en zona de ‘playoff’, por la vía rápida –se marchó 0-3 al descanso– mientras que la Cultural se deshizo del Caudal gracias a los goles de Yeray, Gallar y Benja.
El Toralín se impacienta
Los pitos que ya se escucharon, en menor intensidad, ante el Coruxo –poco antes del agónico gol de Figueroa– y también ante la Arandina, muestran el descontento de la grada con la nula evolución mostrada por el conjunto berciano.
La mala imagen, especialmente en una segunda mitad en la que el Guijuelo tuvo hasta tres ocasiones claras para empatar, provocó el enfado del Toralín, que espera algo más de los blanquiazules, especialmente en su estadio y ante un rival que llegaba a Ponferrada mermado por las bajas –Mateo García solo pudo convocar a 16 jugadores– y con la vista puesta en el cruce de Copa que se interpone entre el equipo salmantino y la posibilidad de cruzarse con uno de los grandes del fútbol español.