
Otra vez en un final igualado le salió cruz al Ademar. Una vez más, un gol a punto de sonar la bocina deja a los leoneses con menos recompensa de la merecida, aunque en esta ocasión al menos sí se llevaron un valioso botín.
33-33 empataron los leoneses en la pista del Logroño, rompiendo la racha de ocho triunfos seguidos del segundo clasificado de Asobal en un resultado que, ante el equipo más en forma fuera del Barça de la liga y viniendo de jugar Europa entre semana, cualquiera hubiese firmado, pero que es un premio incompleto y que no acaba de dejar el gran regusto que produciéndose de otra manera hubiera supuesto ya que el triunfo se escapó en el último suspiro del encuentro.
Porque tras una batalla tremenda, en un partido de ritmo trepidante y máxima igualdad pues ninguno de los dos equipos llegó a ganar en ningún momento por más de dos goles, el choque entró a los últimos 32 segundos con empate (32-32) y tiempo muerto de un Ademar que estaba ya en pasivo pero sólo le quedaban tres pases.
A 24 segundos Miñambres, que venía de meter 2 goles seguidos, se inventó un pase a Rodrigo, que puso el 32-33
Pero funcionó la pizarra de Dani Gordo con una nueva genialidad de un Miñambres excelso, que redondeó su sobresaliente actuación, con siete goles (hizo cinco de cinco en la primera parte y aunque llegó justo de gasolina volvió a ser el indiscutible líder del ataque estático leonés), con un pase de genio con el que dejaba solo en seis metros a Rodrigo Pérez para que pusiera por delante al Ademar.
Sumar estaba asegurado, quedaba redondear la faena. Y defendió bien el Ademar, donde Wasiak fue baja pero quien regresó fue Alberto Martín, que dio un salto a una defensa donde el mejor fue un día más un Benites que está a un tremendo nivel atrás pero también en ataque. Él lideró un 6-0 que al igual que los porteros hizo un muy buen partido sobre el que engaña esos altos guarismos, que fueron más por el alto ritmo que elevó el número de ataques.
Frenaba en ese ataque Alberto bien a Pergel a ocho segundos pero conseguía dar el pase, salía también Benites a contactar con Preciado a falta de cinco llevándolo casi al suelo en un momento en el que con un golpe franco ‘moría’ ahí el partido pero lograba sacar el balón hacia el pivote el central riojano, cogiéndole Aitor García la posición a Darío Sanz y agarrándola a una mano y batiendo sobre la bocina (si la llega a fallar hubiese sido penalti) a un Álvaro que tras parar dos siete metros había salido en el tramo final y tenido dos intervenciones decisivas para llegar hasta ahí.
El Ademar defendió bien la jugada final, pero Aitor atrapó a una mano el pase de Preciado cayéndose y anotó
Acababa el choque con esas tablas que tantas veces hubo, pues el Ademar dejó claro desde el inicio que iba a vender muy cara su derrota. Fue casi bajarse del autobús desde León y salir a jugar, pero salieron enchufados los leoneses, con buenos minutos en el arranque de Adrián Fernández (acabó lesionado, doliéndose de la clavícula) y de Lindqvist para coger por primera vez los dos goles (4-6) que fueron su máxima ventaja, pero reaccionaba con un 3-0 Logroño para echarla abajo.
Esos pequeños parciales serían una constante, con el Logroño haciendo daño en algunos momentos con el contragol pero Saeid creciendo en la portería leonesa, y con Miñambres sacando su fusil en el tramo final de la primera parte para irse dos arriba (17-19) al descanso.
Se esfumaría esa ventaja a la vuelta de vestuarios, pues el Ademar sólo metía un tanto en seis minutos y recibía un 4-1, pero se reencontraba con el camino del gol con una acertada búsqueda de los pivotes y se mantenía a tiro, esperando una oportunidad que llegó cuando con un golazo de un Gonzalo siempre valiente para jugarse muchos más que los balones claros y otro de Edu recuperaba su máxima ventaja (26-28) pero a sólo diez minutos para el final.
Wasiak fue baja, Adrián se lesionó y Alberto regresó en un Ademar que entró a los 10 últimos minutos dos arriba
Recibía ahí otro parcial de 3-0 y dando la sensación de que el depósito de gasolina estaba ya prácticamente vacío, pero tras un tiempo muerto de Gordo, Darío Sanz desde el extremo marcaba para romper la sequía, y tras anotar un fly Logroño, un ‘zambombazo’ tremendo de Miñambres, que venía de asistir en el tanto anterior, colocaba el 30-30.
Desaprovechaba Darío una contra para adelantarse y adelantaba Preciado a Logroño, pero un gol más de Miñambres empataba y el robo de Benites atrás permitía la galopada de Gonzalo para poner arriba a los leoneses (31-32), con Miguel forzando en la acción siguiente un penalti que Cadarso metía para llevar al partido a ese citado final que dio pie al reparto de puntos, que objetivamente quizá era lo más justo.