Unos meses después de alzarse con dos medallas de bronce y otras dos de plata en las modalidades de braza y espalda del Campeonato Nacional de natación adaptada, el leonés Pablo Miguel Rodríguez Pardo ya está pensando en el oro para sus próximas competiciones. Por delante ya tiene programadas viajes deportivos a Zaragoza, Valladolid y Portugal y, entre competencia y competencia, el nadador participa en el programa Entre Nosotras emitido por Cope León en colaboración con La Nueva Crónica y retransmitido por 987tv.
Pablo Rodríguez Pardo empezó a nadar siendo un niño en compañía de su entrenador, Jesús Martínez González, que le acompaña en el estudio. «Fue después del Covid cuando nos planteamos la posibilidad de que empezara a competir; ya habíamos agotado todas las etapas en la escuela y sólo nos quedaba probar su respuesta en la competición», señala: «Hasta aquí hemos llegado».Y no es poco: el leonés se quedó a 0,05’’ del oro en braza en el citado Campeonato Nacional.
En palabras de su entrenador, la natación «exige una constancia casi diaria». Por eso mismo el deportista «entrena de lunes a sábado» y participa en competiciones muchos fines de semana. «Tratamos siempre que tenga al menos un día de descanso», continúa Martínez. «Dos horas diarias en la piscina y cuatro días de una preparación especial en seco para evitar lesiones» son los ingredientes para los triunfos del nadador, que siente predilección por las modalidades de braza y espalda.
«Desde un principio planteamos que nadar todo porque si tú mejoras en braza vas a ser también mejor en crol y, si mejoras en crol, vas a ser mejor en mariposa», cuenta el técnico que entrena a un deportista que progresa a pasos agigantados. «En el Campeonato de España por comunidades autónomas, el primer año le llevaron solamente para nadar de espalda y este ultimo le han metido también en crol», explica.
La próxima parada de Pablo Rodríguez es el Campeonato de España por clubes que tendrá lugar en Zaragoza. Una competición que es, en palabras de Martínez, «muy difícil por tratarse de lo que se denomina ‘multidisability’: todas la discapacidades compiten juntas». La dificultad reside a la hora de valorar a cada participante. «¿Qué valoras?», cuestiona el entrenador: «Uno igual tarda mucho tiempo, pero el esfuerzo, el recorrido y el mérito que ha tenido es diferente; por eso cada discapacidad tiene un campeón del mundo».
Aun así, «los síndrome de Down no tienen categoría propia» y, a pesar de que «también tienen limitaciones físicas», compiten en la categoría de discapacidad intelectual. «Ahí nos enfrentamos a autistas, a otro tipo de discapacidades que físicamente son muy fuertes y hay un debate abierto de si los síndrome de Down deben tener su propia categoría o no», relata Martínez: «Pero todo lo que sea sumar experiencia nos va bien... Mejorar marcas y a ver si hay posibilidades de que Pablo pueda entrar en un mundial».
El nadador se muestra optimista. Apasionado del fútbol, el baloncesto y el tenis y la natación, tiene por delante unas cuantas competiciones en las que seguir mejorando para dedicar sus triunfos a su novia, sus padres y su entrenador. Y responde con un «sí» rotundo al plantearle si se ve llegando a casa cargado de nuevas medallas.
