Es habitual que, en las carreras populares, quién gane no sea lo más importante. Pero, en el caso de la ‘Color Race’ esta expresión es más cierta que nunca. Porque, más que una carrera, esta prueba es una gran fiesta de colores.
Colores rosa, amarillo, naranja, verde y azul como los que manchaban las camisetas de los participantes en una carrera que, en su segunda edición, se convirtió en un tremendo éxito que triplicó la participación de su estreno.
3.500 personas, que habían agotado las inscripciones cuatro días antes de la celebración del evento, recorrieron las calles cercanas a a la Universidad de León, en cuyo parking de la Facultad de Economía y Empresa tenía lugar la salida y la meta.
Unos cinco kilómetros, con cinco arcos durante ellos de los que salían polvos de colores, que prácticamente nadie hizo corriendo. Y es que nadie ganaba. Bueno, si acaso, el que más manchado llegara a la línea de meta...
La Color Race: más que una carrera, una fiesta de colores
La prueba reúne a 3.500 personas, que fueron rociadas con polvos de colores durante los cinco kilómetros de recorrido por las inmediaciones de la ULE
21/06/2015
Actualizado a
14/09/2019

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