Un éxito para el meta salido de la cantera de la Cultural, club que abandonó con 22 años, y que jugó en Primera División tanto con el Numancia como con el Sporting, militando también en Alavés y Tenerife antes de iniciar hace ya tres campañas la aventura israelí.
Una experiencia que, de momento, le ha salido redonda.Titular indiscutible en todo momento, se ha hartado a ganar títulos, logrando la campaña pasada el triplete con la liga y las dos Copas israelíes; y consiguiendo el primer año ganar el título liguero y superar la fase de grupos de la Europa League.
«Somos un pez pequeño dentro de una pecera llena de tiburones, jugar esta fase es un premio del que disfrutar» Ahora, llega el gran éxito.Con mucho sufrimiento, el Maccabi entra en el bombo con los mejores equipos del planeta. Porque, tras superar al Hibernians en primera ronda, en la segunda eliminaron al Viktoria Plzen remontando en la República Checa el 1-2 de la ida; y en la definitiva alBasilea tras empatar 2-2 enSuiza y 1-1 en Israel.
«Es un logro importante, una hazaña, para nosotros esto es como haber ganado la Champions», asegura JuanPablo a ‘La Nueva Crónica’, señalando que «si para Valencia,Sevilla o Leverkusen es un logro tremendo, imagina para nosotros, somos un pez pequeño dentro de una pecera llena de tiburones».
Un mar lleno de trasatlánticos del que podrá disfrutar el meta leonés, tercer jugador nacido en la tierra que lo disputará después de que Luis Cembranos lo hiciera con el Barcelona en 1994 y Valdo con el Madrid en 2001. Ambos tenían un papel testimonial en aquellos equipos, algo muy diferente del principal que tendrá Juan Pablo, para el que es «una especie de sueño que se ha hecho realidad el tener la oportunidad de vivir desde el campo una competición que siempre seguí por la tele, pienso recordar y quedarme con cada momento».
Cembranos con elBarcelona en 1994 y Valdo con el 2001, los otros leoneses en jugar la fase de grupos de la Champions «Hemos sufrido mucho en las eliminatorias, pero no hay premio si no se sufre», asegura el portero sobre la forma de llegar hasta este éxito del Maccabi, equipo para el que tiene claro que «es un premio del que disfrutar».
Por eso, no tiene preferencias sobre qué rivales prefiere para el sorteo de hoy. «Si miras al bombo uno y ves Barça, Bayern,Chelsea... qué más da. Con cualquiera que te toque la cuestión es disfrutar y disfrutar, es muy difícil competir con ellos pero hay que aprovechar cada minuto y cada segundo del ambiente».
Repite una y otra vez la palabra ‘disfrutar’, porque es sin duda lo que todos en Tel Aviv llevan haciendo desde el martes. «Aunque fiesta poca, que el fin de semana tenemos un partido importante», recuerda un Juan Pablo que sí que reconoce que se ha visto inundado de mensajes de felicitación tras el logro.
«Lo que más me emocionó fue que mi hija pudiera estar en el campo viéndome llorar de felicidad y jugando esta fase» «Afortunadamente tienes mucha gente detrás que se acuerda de ti, grandes amigos que has dejado durante todos estos años y que te felicitan. Sin duda lo agradeces, estás contento y feliz por la situación, pero más de ver a mucha gente que está contigo y a tu lado», señala Juan Pablo, que reconoce no obstante que «lo que más me emocionó fue que mi hija pudiera estar en el campo viéndome llorar de felicidad y que me pueda ver jugando esta fase».
Una celebración en la que reconoce «estuve algo apartado, prefería disfrutarlo y celebrarlo a mi manera», pero cuyo premio podrá disfrutar durante muchos meses y quedará para siempre en su memoria.
«Aquí nunca he sentido miedo, las cosas no tienen nada que ver con lo que se ve por la tele»
Ahora todo es felicidad, aunque también ha habido momentos de tensión en su etapa en Israel, donde estaba ya durante el conflicto con Gaza de 2014 que provocó entre otras cosas que su equipo tuviera que jugar lejos de casa sus partidos europeos como locales.Aún así, Juan Pablo deja claro que «yo puedo hablar de mi experiencia en Tel Aviv, que en otra ciudad más fronteriza se llevará peor», pero que él ahí «nunca he sentido miedo, viendo televisión internacional veías noticias de las que te das cuenta que tú ni siquiera te enteras viviendo aquí. No tuvo ninguna influencia en el día a día ni en la vida cotidiana, nunca sentí la intranquilidad de que pudiera pasar algo... las cosas no tienen nada que ver con lo que se ve por la tele».
Eso sí, con lo que no se ha atrevido todavía en Tel Aviv, «una ciudad muy europea», es con el hebreo: «Uf, necesitaría más tiempo. Conozco algunas expresiones, cuatro cosas que se te quedan, pero necesitaría bastantes más años viviendo aquí para aprenderlo...».