Fue una de las Las Vueltas más especiales para la comarca tras vivir el peor verano de su historia. Con un Morredero reducido a cenizas y una gran afición, las montañas bercianas acabaron viviendo un día muy especial y enseñándole al mundo su actual estado, el negro.
Sin embargo, a pesar del gran final, con las banderas bercianas en el recorrido y la afición llenando las carreteras que subían a la meta y animando sin cesar a lo corredores, el inicio tuvo una gran incertidumbre que hizo a los primeros aficionados ponerse nerviosos. Un gran viento y la lluvia dificultaban la visión y sobre todo, las labores de montaje de la etapa, por lo que la organización tuvo en el aire la idea de poder retrasar la etapa a 5km de la meta oficial.
Con ello, los primeros aficionados comenzaron a bajar desde al Alto de la Cruz y el mirador de la tebaida berciana hasta ese kilómetro 5 del puerto para poder presenciar la meta, aunque todavía sin tener la confirmación oficial de la organización y solo con habladurías de los aficionados y encargados de La Vuelta que solo seguían órdenes, todo ello a las 12 del mediodía y con la etapa recién empezada, quedaba mucho.
Se pasó de la incertidumbre del "la meta es aquí, a los 5km" a la esperanza "me dijo Pereiro que era arriba"
Tanto que los aficionados pasaron de estos momentos que te deja La Vuelta y que al final son los mejores, de los de conversar y soltar comentarios; «pues veremos quien gana hoy» a lo que le respondía otro «ni idea, pero Vingegaard lo tiene hecho» o los que cada poco pasaban por aquel ya famosos 5km y preguntaban «va a ser aquí la meta» y con dudas solo te quedaba responder «han dicho que sí, pero vete tú a saber».
Además de el pesimismo de otros que lo comenzaban a pasar mal «subir hasta aquí para perderse lo más bonito, era lo peor que nos podía pasar» y por el paisaje «yo quería que se viese todo para que se den cuenta de que esto no fue una tontería» y mucho aficionado portugués por la zona, lógico después de ver la gran competición que está haciendo su Joao Almeida.
De nombres famosos o caras conocidas tampoco se acabó la cosa ahí, destacando a Pepe, exjugador del Real Madrid y la de Selección portuguesa, el cual primero escapó de los aficionados, pero que se acabó parando a sacarse fotos, o incluso algunos jugadores de la Ponferradina que no se lo quisieron perder como Borja Valle, Andoni López, Germán Nóvoa o Eneko Undabarrena.
Pepe exjugador del Real Madrid no se lo perdió, ni Borja Valle, Andoni, Nóvoa o Undabarrena de la ‘Ponfe’
Los minutos pasaban, la etapa ya había entrado en el Bierzo y allí arriba todo seguía igual, incluso cada vez se extendía más la cosa de que no se llegaría arriba de todo, lo cual, eliminaba una de las mejores partes, por no decir la mejor, de la etapa. Y no solo por lo deportivo, que también, sino porque ese 5km acababa justo donde empezaba todo ese manto negro en lo que se han convertido las montañas bercianas. Pero hubo un momento clave para los que estábamos allí, un rayo de luz.
Las carreteras se llenaron de mensajes contra Israel y sobre todo, contra la Junta de Castilla y León
Muchos aficionados subieron con sus bicicletas y estaban continuamente subiendo y bajando, hasta a que uno de ellos llegó con un noticia clave, la etapa terminaba en el Alto de El Morredero tal y como estaba planeado, «he hablado con Óscar Pereiro y me ha dicho que tira para arriba con todo, que la etapa se acaba arriba». La noticia fue recibida como agua de mayo ante la decepción de no poder ver como los corredores subían las grandes curvas de la etapa y enseñaban al mundo la situación de los montes bercianos.
Mensajes en las carreteras
También hubo tiempo para ver la dimensión de La Vuelta con pintadas en el asfalto para que los mensajes se vieran en la retransmisión y toda España se diese cuenta de todo por lo que ha tenido que pasar la comarca berciana este verano, más que un horror.
Mensajes desde el conflicto de Israel con Palestina, a mensajes contra la Junta y sus dirigentes, sobre todo, Alfonso Fernández Mañueco «Mañueco, Quiñones y Mazón, ni olvido ni perdón», así como reclamos como «más bomberos, menos toreros», «¡bomberos forestales ya!» o «peones forestales fijos, montes seguros». Eso sí, todos ellos pacíficos y en ningún momento de la subido hubo incidentes como los de las anteriores etapas.
Corazón negro
Entre lluvia, aire y una etapa que terminó con un final muy feliz, no se puede dejar de lado las vistas y el horror en lo que se ha convertido toda la zona del Alto de la Cruz y el Morredero. Un gran valle completamente negro, que junto con la niebla y el agua, podía tratarse de una película de terror. Árboles reducidos a cenizas, carteles completamente quemados y restos de lo que poco que quedó en pie durante las semanas en las que todo ardía sin parar.
El paisaje era desolador, con una montaña que quedó reducida a cenizas y que mostró al mundo su realidad
Un aspecto que para los bercianos era muy importante mostrar de cara al exterior para demostrar de primera mano todo lo que vivieron los vecinos y ciudadanos bercianos este verano, un horror que se ha transformado en puro ceniza y un corazón que late, pero bajo un envoltorio negro.
Aficionados en el Morredero.
Restos de lo calcinazo por los incendios. | L.N.C.
Restos de los incendios
Una de las subidas de la etapa al Morredero
Aficionados bercianos disfrutando de los momentos previos
Aficionados bercianos esperando a los protagonistas
Aficionados portugueses
Alto de la Cruz
Aspecto de la montaña 2
Aspecto de la montaña a primera hora de la mañana
Aspecto de la montaña
Aspecto del Morredero tras los incendios. | L.N.C.
Estado de la montaña desde el Alto de la Cruz
Parte de la subida al Morredero
Pelotón de la etapa subiendo al Alto de la Cruz
Pintadas contra Israel
Pintadas por los incendios
Pintadas sobre Israel en La Vuelta en Ponferrada
Reclamos a los políticos