Goyo Calvo, de León al Himalaya Indio

Goyo se ha convertido junto a su expedición en el primer leonés en conseguir llegar a lo más alto del pico Gyama de 6.300 metros de altura en la región india de Tso Kar

11/08/2023
 Actualizado a 11/08/2023
Imagen de Goyo Calvo posando con la bandera de león en la cima. | GOYO CALVO
Imagen de Goyo Calvo posando con la bandera de león en la cima. | GOYO CALVO

Pocas veces un leonés logra algo tan complicado a nivel Mundial, además de conseguilo no solo para la región de León, sino para toda España. Escalar una cima que solo ha sido escalada por una expedición francesa, inglesa y alemana, ahora ese ránking lo completa un alpinista nacido en Valdearcos, pero que reside en León. Una expedición organizada por Rafael Vadillo en la que participaron hasta 12 personas, 8 de ellos catalanes, 3 mujeres y 5 hombres, un valenciano y Goyo representando a León. Además les acompañaba Rigzin Tseng, un guía que conocían.

Sin embargo, no todos pudieron llegar a los más alto del Pico Gyama, uno de ellos se hizo un corte en el pie antes de empezar la escalada y ya no pudo ni empezarla, otros tuvieron que abandonar a mitad del camino por los problemas de altura. Como afirma el propio Goyo respecto a este tema, son cosas involuntarias, «los problemas con la altura y la presión no dependen de uno mismo, te da dolores de cabeza, mala respiración o problemas de estómago, da igual lo preparado que estés para subir, si tu cuerpo dice que no, es no».

Goyo participó en la primera expedición española en subir el Pico Gyama, además se convirtió en el primer leonés


Un viaje que no fue sencillo, primero se desplazaron durante 24 horas hasta Leh, capital del Ladakh, allí pasaron un par de días para aclimatarse visitando monasterios budistas y asistiendo a un acto del Dalai Lama que estaba en la zona. Una vez allí viajaron durante dos días en furgoneta hasta las proximidades de Tso Kar, donde empezarían a andar durante una semana por valles y collados a mas de 5.000 metros de altura, y lo más duro, en total soledad. Ya que debido a las altas temperaturas no hay ni un solo pueblo o familia en aquellos valle, eso es un problema como afirma el propio Goyo, «que estés solo es una gran desventaja si ocurre algo no hay nadie cerca, ni hospitales ni médicos, además son zonas donde no funcionan los teléfonos móviles y estás incomunicado, no podíamos utilizar ni teléfonos que funcionasen vía satélite, ya que están prohibidos en estas regiones».


Todo ello da mucha más importancia a lo que consiguieron estos 7 españoles, sin comunicación, sin poder avisar a un helicóptero en caso de emergencia y con unas condiciones climatológicas muy complicadas. Sin embargo, cuando se embarcaron en esta aventura ya sabían que iban a tener que remar a contracorriente, pero no tanto. «Sabíamos que iba a ser duro, pero quizás ha sido más duro de lo que esperábamos. Estábamos rodeados de nieve y tormentas, todo ello con el peligro de que un mal movimiento nos hubiera llevado a España en otras condiciones».

"Estuvimos incomunicados durante 10 días, no funciona nada y los teléfonos vía satélite estaban prohibidos"


Para el camino les acompañaban 2 personas que les ayudaban a montar las tiendas de campaña, hacer la comida y cargar todo en las mulas. Tanto la comida como las tiendas de campaña las transportaban en estos animales que aguantaron perfectamente las condiciones climatológicas. En cuanto a la comida se alimentaron tanto de pasta, como arroz y verduras, además de poder beber del agua de los manantiales que se iban encontrando a medida que iban ascendiendo. «La comida se conservó mejor de lo que pensábamos y estaba buena, sin embargo, es cierto que varios de nosotros tuvimos indigestiones y problemas intestinales».

Estas zonas del Himalaya, según, ha explicado Goyo, son zonas vírgenes, por lo que te encuentras la naturaleza en su estado puro, incluso muchas de ellas no tienen nombre todavía, son ‘zonas cero’.«Estas zonas están llenas de picos de 6.000 y pico metros de altura o incluso alguno que supera los 7.000 metros y lo bonito de todos es que no tienen nombre y son lugares donde el ser humano no ha puesto nunca un pie o por lo menos no con frecuencia». El campo base estaba situado a 5.400 metros de altura, de los más altos de todo el Himalaya. El agua en estas circunstancias se recoge de ríos y glaciares en el camino, por supuesto se hierve, para evitar cualquier bacteria que pueda tener.  El día clave vieron algo que no todo el mundo puede decir en su vida, ver salir el sol en plena Cordillera del Himalaya.

"No todos realizamos la subida, pero me quedo con la experiencia y el poder plantar la bandera de León en la cima"


«El día de cima salimos a las 2 am, totalmente de noche, amaneciendo llegamos al glaciar del Gyama, peligroso por agujeros y grietas».
La subida por la arista noreste, de unos 800 metros de desnivel, fue complicada ya que estaba totalmente helada. En un principio usaron cuerdas, pero al mejorar las condiciones usaron crampones y piolet hasta la cima.  «Las vistas de todo el Himalaya a nuestro alrededor, un espectáculo para no olvidar». Una experiencia que jamás olvidará, aunque esto no queda aquí, a sus 59 años volverá a la zona para seguir conquistando, con la bandera de León en la mano, picos sin explorar. Como buen leonés, es insaciable y no se da por vencido, siempre quiere más.

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