La Freza y la pesca del Lucio

El aumento de los caudales de los ríos han ayudado a que las truchas lleguena las cabeceras de los ríos para desovar, además es la mejor época para la pesca del Lucio

21/12/2023
 Actualizado a 23/12/2023
Trucha preparada para desovar, río Bernesga. | R.P.N.
Trucha preparada para desovar, río Bernesga. | R.P.N.

Las lluvias caídas en otoño en nuestra provincia reanimaron los caudales de los ríos naturales y este aumento considerable de los cauces, en todos los ríos naturales de nuestra provincia, fue aprovechado por las truchas para remontar del valle hacia la montaña y llegar a las cabeceras de los ríos para desovar.

El invierno es la época de la freza de la trucha para perpetuar la especie. La trucha en el frezadero busca para su puesta oxigenación y ocultación. Aguas someras, suelo de arena, graba, pequeñas piedras y una zona soleada. Aguas de poca profundidad ricas en oxígeno y de no mucha velocidad, el nido está concebido para protegerse básicamente de depredadores y siempre buscan una zona soleada para que la incubación llegue a buen puerto. Son también tiempos en que las truchas descuidan su instinto de supervivencia y están expuestas a los ataques de sus principales depredadores; los furtivos y los cormoranes. 

Las hembras, que son las que llevan el peso de la construcción del frezadero, dan fuertes coletazos sobre el fondo arenoso levantando los sedimentos finos que son arrastrados por la corriente quedando las gravas limpias y formando así el nido. Los machos, mientras esto sucede, se disputan el territorio hasta que el más fuerte se hace con el control quedando los demás a la expectativa por si tuviesen ocasión de participar. Cuando la hembra pone los huevos, entre las gravas, el macho los fecunda inmediatamente.

La hembra puede hacer más de una puesta, pero después de frezar, pasados unos minutos, cubre los huevos ya fertilizados con grava y abandona el lugar extenuada por el ajetreo realizado, pero los machos continuaran en el frezadero defendiéndole.

Cada hembra pondrá entre 2.000 y 3.000 huevas, de las que solo prosperaran entre un 5 y 10% y posiblemente solo la mitad llegará a ser una trucha adulta. Tras algo más de dos meses, 410º día, los grados días se establecen por la suma media diaria de la temperatura del agua, nacen los alevines que se refugiaran en zonas tranquilas y de poca corriente. Se alimentarán del saco vitelino durante quince o veinte días y a partir de ahí lo harán por si solos presentando ya las características especiales de los salmónidos. 


La pesca en invierno

La pesca en invierno no es lo mismo que en otras épocas del año. El amanecer y atardecer, por norma general, suelen ser las mejores horas de pesca, pero en invierno esto cambia y los peces se activan en las horas de más calor. El frio los lleva a permanecer en aguas más profundas y a disminuir su actividad. Pero los lucios son la acepción de la regla, en invierno dejan las profundidades y buscan las aguas someras. 

La pesca del Lucio

La pesca del lucio, en esta época del año, despierta un gran entusiasmo entre muchos pescadores. Es una especie muy habitual en las zonas bajas de los ríos y en la mayoría de los embalses de la península ibérica. Es ahora en invierno cuando hay más posibilidades de pescarlos. En los días nublados son más fáciles las capturas de esos grandes ejemplares. 

El lucio es un pez poderoso y esquivo que da mucho juego por su bravura. Es carnívoro, elige a las presas que le resulten más fáciles de capturar y no repara en ningún animal que pueda cazar. Come toda clase de peces, ranas, ratas, serpientes e incluso pequeñas aves. Tanto en otoño como en invierno, en las horas de mediodía y de la tarde, se pueden pescar grandes ejemplares, siempre que las aguas estén en buenas condiciones.

Hay que tentarlos en zonas tranquilas, reculas, mangas y lugares donde abunde la vegetación inmersa, rocas y obstáculos, estos lugares son elegidos por este depredador para acechar y sorprender a sus presas. Básicamente se pescan a lance ligero o spinning con; cucharillas ondulantes, rápalas, vinilos e imitaciones de toda clase de “bichos” que abunden por el río. Hay una gran variedad de señuelos, pero lo mejor es tener un buen surtido y variado para poder engañarlos más fácilmente.

Su pesca más atractiva es en superficie con popers, ranas, etc, a los que realizan ataques espectaculares para deleite del pescador. La brusquedad de sus ataques y su muy dentada y fuerte boca aconsejan el uso de un hilo muy resistente, al menos un trenzado del 18 y es aconsejable que acabe en un cable acerado que impida su rotura.

El lucio como cualquier otra especie declarada como invasora, podrán ser capturadas en las condiciones reguladas por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras. Es considerado especie nociva para el medio y para el resto de especies acuáticas autóctonas y es por ello que no se podrán devolver vivos al agua.

La Orden establece medidas de gestión de pesca para el control de especies exóticas invasoras, de manera que no se contempla talla mínima, cupo de capturas ni se permite la devolución a las aguas de los ejemplares de especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, con la excepción de la carpa y del black-bass. 

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