El lucense deja la Ponferradina en la 19ª posición, a un punto de la salvación, tras cosechar tres victorias (Llagostera, Numancia y Huesca), un empate (Nàstic de Tarragona) y cinco derrotas (Athletic B, Oviedo, Mirandés, Almería, Leganés). También se sentó en el banquillo en la derrotaante el Córdoba (1-3), aunque el lucense no cogió las riendas del equipo hasta la semana siguiente y fue la dupla formada por Nistal y Rubén Vega la que preparó el choque.
Como ya sucediera tras el cese de Manolo Díaz, Rubén Vega volveráa hacerse cargo de la plantilla, aunque esta vez lo hará en solitario. El club no ha aclarado si su paso será provisional hasta que se cierre la contratación de un nuevo entrenador o lo hará hasta el final de temporada.
El de Castrillo de las Piedras cuenta a su favor con el año y medio que ha pasado como segundo de José Manuel Díaz, por lo que ya conoce a los jugadores y no necesitará periodo de adaptación de ningún tipo.
Lo que mal empieza...
Tanto el debut oficioso (Córdoba, 1-3), como el oficial (Bilbao Athletic, 4-2), tuvieron un denominador común, derrota y mala imagen de un equipo que consiguió asomar la cabeza haciéndose fuerte en El Toralín y sacando unpunto del Nou Estadi, pero acabó tirando todo por la borda con un encuentro que ha terminado siendo clave en su despedida.
La facilidad con la que el Almería, un rival directo, consiguió llevarse los tres puntos, dejó muy tocado al técnico gallego, al que tampoco le ayudó la derrota en Butarque en un partido al que el conjunto blanquiazul no se ‘presentó’ hasta la segunda parte.
La destitución de Fabri supone también la salida de Dani Mallo, que aterrizó en la capital berciana de la mano del preparador lucense para ejercer de segundo.