Con rostro serio y con cara de pocos amigos llegó Fer Estévez a la sala de prensa del Toralín tras la tercera derrota consecutiva de los bercianos y con uno de los batacazos más duros que se recuerdan.
«Tres derrotas seguidas es para hacérselo mirar, el primero yo y desde ya nos tenemos que centrar en darle la vuelta. ¿La solución? Más trabajo y tener más clara la idea de juego». Así de rotundo fue el técnico de la Deportiva.
Y cuando se puso a explicar las situaciones de partido aclaró que: «Nos sacuden de una manera inexpicable, si a eso le sumas hasta cinco ocasiones de gol y no marcar en ninguna, sale esto. En una acción que la teníamos hablada, llegó su gol y cuando el equipo tiene el control, sobre todo, en los contragolpes, te vuelven a transicionar y te cierran el partido».
«Cuando logramos lo más complicado, se nos viene todo abajo y llega el 1-3. Soy el único responsable, no vot a poner excusas»
Además siguió con «los 10 últimos minutos son para olvidar, de querer y no poder, derrota merecida, difícil de explicar el 0-1, ponerte 1-1 y terminar perdiendo».
Tampoco pasó por alto las ocasiones desperdiciadas: «si el balón de Borja entra estaríamos hablando de otra cosa y con la de Borja Vázquez al larguero más. Hemos tenido llegadas, contamos muchas ocasiones y en un error en salida, llega el 0-1, no sabía explicarlo al descanso. Teníamos todo claro y en la segunda cuando logramos lo más complicado, viene e 1-3. Soy el único responsable».
«Tenemos que ser conscientes de la realidad y desde ya trabajar para darle la vuelta, tenemos margen de maniobra y razones»
«No voy a poner ni una sola excusa de la derrota ha sido merecida. Tenemos que ser conscientes de la realidad, tres derrotas y empezar a trabajar desde la fe en el proyecto y con más carácter».
Por último, sobre la tabla clasificatoria para un proyecto que buscar estar arriba afirmó que: «Esto acaba de empezar, paciencia y seguir insistiendo, nos acercamos a una versión competitiva, pero que se nos ha ido en cuestión de minutos. Los últimos 10, son de un ritmo que no se pueden permitir, el carácter hay que tenerlo hasta el final, es un reproche mío personal por no saber controlarlo. Hay margen de maniobra y razones para darle la vuelta».