Durante nueve años, entre 2005 y 2014, Emilio Martín fue fisioterapeuta del Ademar. Y cuando Jordi Ribera, que le conocía de su etapa en León, asumió los mandos de la selección española en septiembre de 2016, decidió llevárselo a los grandes campeonatos que disputaran los ‘Hispanos’. No era nuevo para él vestirse el chándal de la selección, fruto de la gran confianza que cogían en él en la escuadra ademarista los técnicos y el hecho de que tantos hayan tomado luego las riendas de España. En 2013 Manolo Cadenas se lo había llevado a un ‘partido de las estrellas’ y en el combinado júnior Isidoro Martínez también requirió sus servicios, estando presente en los oros en el Europeo y el Mundial.
Pero, su gran éxito, lo ha vivido ahora. Por primera vez en la historia, España ganó el oro en el Campeonato de Europa. Y de Croacia, con la medalla del más preciado metal al cuello, regresó por tanto también este leonés, que se siente ahora mismo «un privilegiado que está en una nube».
Y es que no sólo a los jugadores se les han agolpado las felicitaciones. Sino también al cuerpo técnico. De hecho, Emilio reconoce que lleva estos días «pegado al móvil contestando whatssaps. Amigos, compañeros de trabajo, familia, gente con la que fui a clase, profesores…ha sido una pasada. Que tanta gente esté siguiendo esto es un hito para mí».
Estuvo 9 campañas en el Ademar, vivió los 2 oros de la júnior de Isidoro y Ribera le reclutó para la absoluta Un premio también para el fisio, que en torneos de este tipo, con tantos partidos decisivos en muy pocos días, está «a piñón. Estamos Dani Llorente y yo como fisioterapeutas, y nos pasamos el día currando, tanto antes de los partidos como prevención o intentando poner al jugador de la mejor manera posible, como después para recuperar y reponerles tras tanto golpe. Se trabaja bastante, pero merece la pena, más si llegamos a este premio final».
Emilio apunta que «no tiene nada que ver el trabajo de club con el de selección. En un equipo vas más que nada a entrenamientos y partidos, pero aquí haces vida con todos en cada momento»; incidiendo incluso en que «los jugadores dependen mucho de nosotros y tienen que tener una gran confianza en ti. Cuando se tumban allí no es sólo cura física sino también de cabeza, haces mucho de psicólogo».
A la seguridad entre jugador y fisio ayudó a que muchos de los integrantes les conocía ya del Ademar, recordando que «cuando fui por primera vez al anterior Mundial una de las primeras personas que me escribió fue Viran Morros, diciéndome que qué bien que te unes. Esta vez ya era una continuidad sabida, así que cuando llegas allí es muy fácil».
«En un Europeo un fisio está a piñón. Ver ahí a los que has tenido de chavales en León te llena de orgullo»«Ver ahí a los que has tenido de chavales en León te llena de orgullo. Por ejemplo con Goñi, que le tuve desde júnior, es que te emociona», asegura Emilio, que ve el grupo que se ha formado en la selección este año «como una gran familia en la que todos son muy humildes y están encabezados por un Jordi con el que es muy fácil trabajar».
Eso fue clave para un éxito final en el que influyó «la reacción al día para borrar que supuso el partido ante Eslovenia», del que vio salir al equipo «como una piña, para nada decaídos sino aún más metidos y con ganas de salir a morder el siguiente día»; pero también el hecho de que ante la final con Suecia «los jugadores venían con la lección aprendida».
Todo desembocó en un éxito nunca visto y de tremendo seguimiento, con récord de audiencia al ser visto por 2,5 millones de personas de media, con picos de 4’1 y un total de 7’3 conectados a en algún momento a la selección.
«Cuando el jugador se tumba allí no realizas sólo cura física, sino también de cabeza. Haces mucho de psicólogo» Algo que Emilio reconoce que les «sorprendió» y que espera que sirva «para que la gente se implique más con el balonmano y lleguen más apoyos, sobre todo privados, a este deporte».
Seguirá viviéndolo desde dentro Emilio, que en principio seguirá en el equipo técnico que dirige Jordi Ribera. No volverá eso sí, al menos de momento, al trabajo con un Ademar que «por un lado echo de menos y por otro no. Añoras el día a día con la gente y esos choques estando abajo con el pabellón lleno y apretando, pero también agradeces el poder hacer planes un fin de semana o el ver tranquilamente el partido del Ademar en casita, con una cervecita y el perrito al lado».
Recuerdos inevitables de una carrera muy ligada al balonmano. A un deporte que en Croacia le ha dejado grabada para siempre una de las mejores experiencias de su vida.
El oro leonés de Croacia
El fisioterapeuta Emilio Martín fue protagonista en el título de España / "Me siento un privilegiado, estoy aún en una nube"
01/02/2018
Actualizado a
18/09/2019

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