El adiós de una leyenda del arbitraje

El leonés Vicente Bultó se retira obligado por la edad y como el 5º árbitro con más partidos en ACB / "Me siento capacitado para seguir, pero lo acepto. Quiero seguir ligado al deporte"

Jesús Coca Aguilera
21/06/2023
 Actualizado a 21/06/2023
Bultó, durante el que ha sido finalmente su último partido como árbitro. | L.N.C.
Bultó, durante el que ha sido finalmente su último partido como árbitro. | L.N.C.
Vicente Bultó tenía sólo 14 años cuando empezó a arbitrar. Jugaba en el equipo de minibasket del colegio Luis Vives y «ya en los partidillos solía pitar porque me llamaba la atención». Y entonces un día el que era su profesor de Educación Física en el colegio, el excolegiado internacional y actual director general de la Cultural Felipe Llamazares,les dijo a él y a sus compañeros «que había un curso de árbitro y que por qué no nos animábamos a participar».

41 años después, puede decir que aquello le cambió la vida y se la marcó . Porque a este leonés, pues nació en Oviedo pero ha vivido desde pequeño siempre en León tras trasladarse por motivos laborales su familia, el arbitraje no sólo le enganchó sino que le catapultó en un tiempo récord a la cima, pues con 24 años ya ascendió a la ACB.

«La verdad es que tenía cara de niño y tuve que adaptarme muy rápido, debías ser fuerte de carácter para tratar con jugadores y entrenadores que casi siempre eran mayores que tú», recuerda Bultó, que con el paso de los años fue «adquiriendo experiencia, te vas cogiendo nombre y consiguiendo ese respeto de jugadores y entrenadores que hay que ganarse en las canchas. Luego ya en el momento en el que te haces internacional cambia aún más la cosa, te preguntaban por el partido de Euroliga que venías de arbitrar, por el Mundial... todo eso te ayuda».

«En los partidillos del colegio ya solía pitar. Mi profesor era Felipe Llamazares, me animó a hacer un curso y empecé» Y es que Bultó llegó a la cima del basket español muy rápido pero luego hizo lo que es todavía más difícil: asentarse, consolidarse y seguir creciendo. De hecho, ahora que le ha llegado el momento de la retirada, lo hace situado como el quinto árbitro con más partidos de toda la historia de la ACB con 850, siendo el segundo en activo esta campaña tras Hierrezuelo, y tras haber estado presente en Juegos Olímpicos, Eurobasket, Mundial, Euroliga...

«Quizá es ahora cuando me voy dando cuenta de la dimensión de estas cifras, que son muy difíciles de conseguir y te hacen sentir muy contento y sobre todo agradecido por la oportunidad», señala un Bultó que puso punto y final a su carrera la pasada semana, en el partido de semifinales de la liga ACB que enfrentó a Unicaja y Barcelona.

«Mentiría si dijese que no me hubiese hecho ilusión terminar una carrera al máximo nivel, pitando una final en España, pero haberlo hecho en unas semifinales y con una eliminatoria dura, complicada y de nivel altísimo es un grandísimo colofón», cuenta un Bultó que sabía cuando saltó al José María Martín Carpena de Málaga que podía ser su último choque, si bien entre que no era algo público y la importancia del mismo no hubo celebración más allá de la privada, sin tener nada que ver por ejemplo con la de Mateu Lahoz en el fútbol esta temporada cuando los dos equipos de su último partido le hicieron pasillo al retirarse hacia vestuarios: «En un partido así, de esa importancia, es imposible pensar en nada de eso. De hecho yo traté de darle la mayor normalidad, nadie en la pista sabía que podía ser el último partido pero sí me hizo ilusión que tuve conmigo a mi mujer y mis hijos para hacerlo especial, aunque fuera algo más del ámbito privado».«Traté de darle normalidad  a la despedida. Mi familia estuvo pero en la pista nadie sabía que era el último día» Se va eso sí por obligación, por la edad de 55 años que marca la retirada del arbitraje en España, que contrasta por ejemplo con el hecho de que en la mejor liga del mundo, la NBA, se prima la experiencia y dos de los tres colegiados del primer partido de las Finales de este año superaban esa edad: «Físicamente he tenido una enorme suerte de no tener lesiones, me ha respetado el físico y me siento capacitado para seguir arbitrando, pero es algo contra lo que no podemos luchar. ¿Si es justo o no? Tampoco quiero pronunciarme, hay que adaptarse y aceptar lo que existe, me quedo con que me he cuidado mucho y pude llegar a este final de mi carrera sintiéndome muy bien físicamente».Ahora que el viaje llega a su última estación es momento de echar la vista atrás y recordar momentos cumbres. Como el del primer partido que dirigió en la ACB, «un Cai Zaragoza - Caja San Fernando en el Príncipe Felipe en 1992 y junto a un árbitro del nivel y la talla de Vicente Sanchís». O el primero de competición europea, «de la Copa de Europa FIBA en Portugal, en OVAR, en octubre de 2001, aunque el verano anterior había estado ya en un Eurobasket sub-18 en Letonia». O por supuesto los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, un «recuerdo imborrable y una pasada el haber podido estar y además pitando un partido para el recuerdo, las semifinales en las que Argentina ganó a Estados Unidos, a los que les arbitre otras dos veces: en su partido inaugural y en el que les midió al anfitrión».«De jugadores me quedo con Ginobili y Parker, por su trato exquisito y su cercanía pese a toda su grandeza» Ha pitado por tanto a muchos de los grandes de la canasta, destacando por ejemplo «a jugadores como Tim Duncan o Lebron James», pero quedándose con dos en especial «que me marcaron, por un lado Tony Parker y por otro Manu Ginobili, que me sorprendieron porque con toda su grandeza el trato conmigo y su cercanía fue exquisita. Me sorprendió que desde el primer partido que les dirigí me llamaban por el nombre de pila».Eso sí, también hubo momentos duros, como esos partidos en auténticos ambientes infernales por Europa, pues «ahora ha evolucionado todo y ya no es lo mismo, pero había determinados países y aficiones que suponían mucha presión y exigían preparación mental y psicológica, tenías que estas muy entrenado para afrontarlo y que no influyera en ti. Es el caso por ejemplo de Turquía, Grecia o Serbia, donde no olvidaré un partido durísimo entre Estrella Roja y Efes Pilsen que tuvimos que salir bajo los escudos de la policía y parar el partido varias veces porque tiraban de todo, muchos mecheros pero hasta teléfonos».

«De Belgrado salí bajo los escudos de la Policía y tras parar el partido varias veces porque tiraban de todo» Ahora le tocará aprender a vivir sin lo que ya formaba parte de su vida, aunque espera que no sin un baloncesto al que confía en seguir ligado: «Espero llevarlo bien, pero me gustaría tener la oportunidad de seguir ligado al mundo del deporte, en el tema de formación arbitral he estado toda la vida y si hay alguna oportunidad para ayudar a colegiados desde mi experiencia me gustaría. Además yo siempre he visto la figura del árbitro como deportista, muchos han sido luego gestores en el mundo del deporte y lo han hecho bien, así que ¿por qué no? No le cierro la puerta a nada».

De momento le toca pasar página y empezar la ronda de homenajes, que no serán pocos. El primero, este sábado, el de la Asociación Leonesa de Árbitros con una comida. Agradecimientos y alabanzas para una carrera que se lo merece. Para una leyenda de arbitraje a la que le toca ‘colgar el silbato’ y decir adiós a lo que para él ha sido una pasión.
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