Donde el mote te hace pasar a la historia

Los apodos más llamativos de los luchadores han contribuido a que sus ‘dueños’ sean mejor recordados por los aficionados

Fulgencio Fernández
23/07/2023
 Actualizado a 23/07/2023
Felipe León, El Mago de Villaquilambre; Frumencio Álvarez, El Águila Rubia de Palazuelo de Eslonza; y Flaviano, El Tigre Leonés, tres apodos ilustres.
Felipe León, El Mago de Villaquilambre; Frumencio Álvarez, El Águila Rubia de Palazuelo de Eslonza; y Flaviano, El Tigre Leonés, tres apodos ilustres.
Parece evidente que resulta mucho más fácil acordarse de 'El Helicóptero' de Villarrodrigo que de Julio Álvarez, de 'El Chopo' de Vegas que de José Luis Ferreras, de 'El Sastrín' de Rucayo que de Juan Antonio Suárez, de 'El Gladiador Romano' que de Quintín Martínez, de 'El Águila Rubia' que de Frumencio Álvarez, de 'Jandrón El Forzudo' que de Alejandro el de Acebedo, incluso de 'Los Molineros' de Carbajosa que de Elías, Emiliano, Cástor y Luis Álvarez...

De hecho así ocurre. Es una evidencia que los apodos ayudan a la pervivencia en el recuerdo de quienes los lucieron por los corros, que los aficionados siguen preguntando más por aquellos campeones, o no tanto, de sonoros apodos que por nombres comunes que se pierden mejor en la memoria de las gentes.

Algunos de los apodos señalados son ejemplo de los «tipos» de apodos más comunes. Algunos referidos a su profesión: 'El Sastrín' o 'Los Molineros' —por cierto, 'El Molinero' es el apodo estrella y lo hay de numerosos pueblos, por ser la profesión más luchística que existe—, también 'El Maestro'; otros se refieren a las características de su lucha, y con 'El Forzudo' podían estar 'El Rápido', 'El Turbo', 'El Polvorilla', 'El Elegante', 'El Mago', 'Sansón', 'Rambo' o 'El Terrible', apodo cercano de Benigno y más lejanos de Nicasio Villa.

No podían faltar los apodos ligados a animales y sus características: 'El Águila Rubia' era Frumencio, pero 'El Tigre Leonés' fue Flaviano cuando se pasó a la lucha libre y coincidió con 'El Gorila' de El Valle de las Casas, 'El último Tigre' fue Acosta; 'El Oso' bajó de los montes de Pallide, 'El Zorro' lo es de Ambasaguas, 'El Gato' fue Tasio; y 'El Potro' es ahora Unai el de Lillo.

Hay mucho diminutivo —'Getinín', 'Caberín', 'Nano', 'Chispi'...— al lado de nombres épicos, 'El Gladiador Romano', 'El Faraón', junto a otros que deben su nombre a una maña: 'La Cadrilada Eléctrica' de Maraña, 'El Rey de la Mediana' de Corcos o Sahechores... y algunos que son el no va más: 'El Caballero', 'El Divino'...
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