Deportiva 2 - 1 Albacete: 'Con Aguza sí se puede'

La Deportiva tumba al Albacete con un gol del centrocampista en el último suspiro y sale del descenso

Alejandro Cardenal
25/05/2016
 Actualizado a 25/08/2019
Aguza celebra el segundo gol de la Deportiva. | CÉSAR SÁNCHEZ
Aguza celebra el segundo gol de la Deportiva. | CÉSAR SÁNCHEZ
No fue una resurrección, pero casi. Con Areces Franco mirando de reojo el cronómetro y la permanencia más misión imposible que nunca, Aguza apareció para marcar un tanto que permite a la Ponferradina sumar tres puntos clave para adelantar al Almería, que empató con el Llagostera, y depender de sí misma.

El partido ante un Albacete casi desahuciado fue de todo menos un paseo. La Deportiva salió con lo mejor de la victoria ante el Lugo y la derrota en Mendizorroza. Vega y Nistal recuperaban la dupla Andy-Basha en la medular y mantenían a Hume en punta. A pesar de la inactividad, al canadiense le bastaron dos destellos para convertirse, de largo, en el mejor blanquiazul en Vitoria y se ganó mantenerse en un once al que también volvió Adán.

Empezaron mejor los manchegos. La falta de contundencia en defensa que ya condenó a los bercianos ante el Alavés a punto estuvo de costarle otro disgusto. Ni Raillo ni Miquel destacan por su velocidad y un par de balones a la espalda destaparon sus vergüenzas.

Mejoró la Deportiva solo de mitad de campo hacia adelante gracias al ‘factor’ Aguza. Decía Vega que cuando Andy no está bien el equipo lo nota, pero es el de San Baudillo el que marca la diferencia. Que la jugada pase por sus botas es garantía de peligro y cuando desaparece, también lo hacen los bercianos.

Sin embargo, y sin hacer mucho ruido, fue el Albacete el que más cerca estuvo de adelantarse en el marcador. A la vista del manojo de nervios que fueron los locales atrás, a los de César Ferrando les bastó con esperar, sin desordenarse, un fallo que parecía cuestión de tiempo. Y tuvieron dos. Diego Benito mandaba muy cerca del poste un balón muerto en la frontal mientras que Fran García, tras una falta no pitada sobre Raillo, tampoco acertaba con la portería con Santamaría ya batido.

Tras el descanso y con un empate que no servía a unos ni a otros, Nistal y Vega, expulsado por protestar, fueron los primeros en mover ficha. Salió Luka Djordjevic, que marcó su último tanto en el Carlos Belmonte, y se retiró Hume, mucho menos participativo que en Mendizorroza.

La jugada salió redonda. En el primer balón que tocaba, el montenegrino se subía a la moto, entraba en el área y su balón picado se convertía en un servicio perfecto para que Berrocal, en boca de gol, solo tuviera que empujarla.

El tanto no calmaba los nervios, pero obligaba al Albacete a asumir los riesgos que había evitado durante los primeros cuarenta y cinco minutos y el partido se abrió. También se embruteció. Los manchegos intentaron conseguir por la fuerza lo que no consiguieron con la pelota y el choque se convirtió en un carrusel de parones y salidas de tono en la que Djordjevic se movió como pez en el agua. Solo le faltó puntería. Dos manos a mano tuvo el internacional. En el primero se quedaba a milímetros de desviar el balón ante la salida de Juan Carlos; en el segundo, una jugada calcada a la del gol, el balón se iba fuera.

La Deportiva dejó con vida a los manchegos y estos se aferraron a su último tren con el tanto de Portu. El murciano aprovechaba la indecisión en la salida de Santamaría, batía al cancerbero y desataba la tragedia en El Toralín.

Los últimos minutos fueron una ruleta rusa. Nadie quería las tablas y ambos se volcaron en las áreas. Con todo perdido, apareció Aguza, que con una calma impropia en mitad de la ‘tormenta’, controló el balón en el área y se inventó una rosca envenenada para reventar un Toralín que despidió a los suyos a gritos de «sí se puede». Con Aguza todo es posible.
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