Cualquier similitud entre el Abanca Ademar del sábado pasado y el de éste era pura coincidencia. Sufrió una metamorfosis brutal el conjunto leonés, que se rehízo de la dolorosa derrota frente al Sinfín de la mejor manera: cuajando su mejor partido de toda la temporada y barriendo de la pista al Ciudad Encantada.18-29 vencieron los de Rafa Guijosa,que llegaron a estar hasta 13 goles arriba en la segunda parte (8-21) de un encuentro que dejaron visto para sentencia en una brillante primera mitad.
Volvió el mejor Ademar y lo hizo desde su mejor arma: la defensa. El 6-0, con Juanjo Fernández demostrando que da un plus tremendo y hace que los que están a su alrededor parezcan mejores, secó por completo el ataque conquense, que tuvo además una ‘pesadilla’ en portería con Vladimir Cupara.
Fue el serbio un ‘gigante’ bajo palos, cuajando unos descomunales primeros 30 minutos en los que acabó con un 68% de paradas tras detener 13 de los 19 lanzamientos que le realizaron los locales, que dejaron claro que van a tener que sufrir mucho este año para salvar la categoría.
¿Y el ataque? Pues se vio beneficiado por el hecho de que el rendimiento defensivo permitió un gran número de contraataques, con Carrillo y Huerta como estiletes en el primer acto; y recuperó al mejor MikelAguirrezabalaga, que demostró que en el lateral su versión es muy superior.
El Ademar, que llegó a ganar de 13 goles, rompió el choque con un parcial de 1-7 en la recta final de la primera mitad Con Acacio a los mandos del ataque estático hasta que en el minuto 25 era expulsado con roja directa por un golpe a la cara de un rival, cuatro ‘zambombazos’ del vasco eran vitales en la definitiva escapada de los leoneses, que cerraron la primera mitad con un parcial de 1-7 que elevaba la renta a nueve (6-15) a la hora de irse a vestuarios.
El partido parecía sentenciado pero, por si aún quedaba alguna duda, los leoneses se encargaron de sentenciarlo en el arranque de segunda mitad. Cupara seguía su exhibición y Juanín tomaba el relevo a Carrillo y hundía con sus contras al Cuenca, que con ese 8-21 se veía obligado a tener como único objetivo maquillar lo máximo posible la sangría.
Pero sólo consiguió frenarla y que no se ampliara más, pues en torno a la decena de goles se mantuvo ya la distancia, con la victoria sentenciada y la oportunidad de probar cosas y coger confianza en jugadores normalmente menos protagonista.
Fue el caso de Zildzic, que dejó buenos minutos como ‘director de orquesta’; de Leo Santos, que tuvo un 100% de acierto en sus lanzamientos; e incluso de Rodrigo Pérez, que tenía minutos en la recta final y en su primera acción en cancha se marcaba un golazo de cadera.
Motivos para la esperanza de un Ademar que despejó las dudas que habían podido surgir. Con la imagen de este sábado, los resultados llegarán. El miércoles, frente al Puente Genil, tocará confirmarlo ante su hinchada.